Puede ser sorprendente para muchos padres, pero los dolores de cabeza o cefaleas, tanto migrañas como dolores de tipo tensional, en realidad son bastante comunes en la población pediátrica.

Las migrañas se vuelven más frecuentes a medida que los niños van creciendo. Se estima que ocurren en casi el 10% de los niños de 5 a 15 años, y alrededor del 28% de los adolescentes de 15 a 19 años. Los niños tienden a tener migrañas con mayor frecuencia antes de la adolescencia, y las niñas las tienen con mayor frecuencia después de la pubertad, probablemente debido al papel de los estrógenos. Mismo motivo por el que en la edad adulta, las migrañas empeoran con la menstruación.

Síntomas

Las migrañas suelen ser más graves que otros tipos de dolores de cabeza, y los síntomas en los niños pueden ser diferentes a los de los adultos. Por ejemplo, el dolor puede durar menos de dos horas en niños más pequeños, mientras que, generalmente, dura al menos cuatro horas en adolescentes y adultos mayores.

Los síntomas de la migraña en los niños pueden incluir:

  • Dolor de cabeza moderado a intenso en ambos lados de la cabeza (bilateral), aunque a medida que los niños llegan al final de la adolescencia y comienzos de los 20 años, esto probablemente comenzará a seguir el patrón adulto de presentarse principalmente en un lado de la cabeza (unilateral).
  • Dolor pulsante o punzante en la cabeza.
  • Náuseas o vómitos.
  • Sensibilidad a la luz (fotofobia).
  • Sensibilidad al sonido (fonofobia).
  • Aversión a los olores (osmofobia).
  • Dolor abdominal, que en realidad puede ser una migraña abdominal.
  • Un aura que comienza antes de la migraña o al inicio de ésta y que puede incluir trastornos visuales o, con menos frecuencia, debilidad muscular en un lado del cuerpo (hemiparesia) o problemas del lenguaje (afasia). Cuyo diagnóstico deberá hacerse tras descartar otras patologías.

Estos síntomas generalmente empeoran con las actividades físicas de rutina, como caminar o subir escaleras. Los niños muy pequeños que no pueden describir sus síntomas pueden sostenerse la cabeza y llorar.

En raras ocasiones, los niños pueden mostrar síntomas de migraña con aura del tronco del encéfalo, que incluyen:

  • Episodios de habla lenta o arrastrada (disartria).
  • Vértigo (mareos).
  • Zumbidos en los oídos (tinnitus).
  • Visión doble (diplopía) y otros trastornos visuales.
  • Movimientos anormales y torpes (ataxia).
  • Disminución del nivel de conciencia.
  • Disminución de la audición.
  • Entumecimiento simultáneo y sensación de hormigueo en ambos lados (parestesias bilaterales) antes de que comience la migraña.

Ante la aparición de otros síntomas asociados, es conveniente consultar a su médico para asegurarse de que no haya algo más grave que las migrañas.

Diagnóstico

A veces es necesaria la realización de pruebas de imagen (TAC y RMN), análisis de sangre u otras pruebas como el electroencefalograma (EEG) para descartar otros trastornos o patologías que puedan ser los causantes de la aparición de síntomas similares a los de las migrañas, o que puedan agravar una migraña ya existente.

Tratamiento

No existe una cura para las migrañas, pero los tratamientos actuales generalmente pueden ayudar a disminuir la frecuencia de las migrañas y la gravedad de los síntomas. El médico elaborará un plan de tratamiento basado en las necesidades individuales del niño que considere estos factores: frecuencia; duración; severidad; respuesta a analgésicos comunes como naproxeno, ibuprofeno y paracetamol; el grado de afectación en los quehaceres habituales del niño; cualquier otra afección médica que pueda existir.

Los tratamientos para los episodios de migraña pueden incluir: una dosis apropiada para la edad de un analgésico como los mencionados, tan pronto como sea posible, en cuanto comience la migraña, pero evitando su toma más de tres veces por semana, ya que tomarlos con demasiada frecuencia a veces puede causar un efecto de rebote y producir más dolores de cabeza e, incluso, la conversión a una migraña crónica; tratamiento (generalmente jarabe) para las náuseas y vómitos; tratamiento específico de los ataques de migraña con fármacos de la familia de los triptanes (rizatriptán, almogran, zolmitriptán, sumatriptán, etc).

El pronóstico para niños con migrañas es bueno. Sin embargo, en muchos niños persisten cuando son adultos, y otros pueden superarlos a medida que crecen.

Prevención

Otra forma de tratar las migrañas es tratar de prevenirlas tomando un medicamento profiláctico o preventivo todos los días, incluso cuando no se tienen los episodios de migraña. En general, este tratamiento está indicado cuando se sufren de 4 a 6 crisis al mes. Pero sus consideraciones no deben limitarse a la frecuencia. También se debe considerar la gravedad, si interfieren con la rutina y las actividades diarias del niño, si él o ella está perdiendo muchas actividades escolares o de otro tipo, la respuesta al tratamiento de las crisis o si, por el contrario, las migrañas no responden a los medicamentos mencionados anteriormente y si tiene que tomar analgésicos con frecuencia.

También puede ayudar a hacer frente a las migrañas o incluso reducir su frecuencia y gravedad mediante la implementación de algunas medidas de estilo de vida, como:

  • Evitar los desencadenantes comunes de la migraña: esto incluye desencadenantes de la dieta, omitir comidas, malos hábitos de sueño, no hacer suficiente ejercicio y no beber suficiente agua. Se cree que los alimentos comunes, incluidos los favoritos de muchos niños, provocan migrañas, incluidas las bebidas dietéticas (debido al aspartamo que contienen), queso, perritos calientes y otras carnes procesadas (nitritos), refrescos (cafeína) y alimentos grasos.
  • Mantener un registro o diario: es posible que desee comenzar un diario de los dolores de cabeza para ver si puede encontrar y evitar desencadenantes específicos. ¿Está durmiendo lo suficiente? ¿El estrés parece ser un desencadenante? ¿O los obtiene después de comer o beber ciertas cosas? ¿O después de saltar comidas? Este diario también puede ayudar a su médico a decidir el tratamiento efectivo para su hijo.
  • Fomentar un comportamiento saludable: dado que la obesidad está relacionada con las migrañas, asegúrese de que el menor esté haciendo suficiente actividad física y de que consuma una dieta que contenga muchas frutas, verduras y granos integrales, así como de que beba mucha agua. Un horario constante para dormir y comer también puede minimizar los posibles desencadenantes o agravantes.
  • Minimizar el estrés: evitar programar en exceso al niño y enseñarle estrategias de afrontamiento para contrarrestar la ansiedad y los conflictos. Se deben abordar los problemas a medida que ocurren, ya sea en la escuela o en casa.
  • Encontrar lo que funciona: compresas frías o hielo en la cabeza cuando se tiene la migraña. Hacer que se acueste y descanse en un cuarto oscuro, incluso cuando está empezando y es aún leve. A veces, incluso remedios aparentemente extraños pueden ayudar, como picar un poco de chocolate negro, beber una bebida electrolítica o comer un plátano.