Si hay algo que nos estigma como mexicanos es el tema de la lectura: leemos menos de tres libros al año1 , somos el penúltimo lugar mundial en el hábito2 y menos de la mitad de cada diez mexicanos leen de manera constante3 . Éstas y otras características son las que nos identifican en esta área cultural.

Campañas como la de invitación a leer al menos durante ’20 minutos al día’4 , pretenden borrar la atemorizante afirmación de que ‘México no lee’, pero entonces, ¿qué pasa con las ‘Ferias de libro’ en diversas entidades del país?, ¿con los grupos de lectura de los recintos culturales? o ¿las jornadas y/o maratones de la misma? Estos y otro tipo de datos son algunos de los que están siendo ignorados por organizaciones como la UNESCO, INEGI y programas como la Encuesta Nacional de Lectura, quienes año con año comparten los resultados de sus investigaciones que, generalmente, dejan entrever un panorama lamentable en esta práctica.

Para tener una visión más amplia sobre estas actividades, las cuales quizá pocos conocen, pero que sí se realizan, expertos en el tema como el novelista mexicano Alberto Chimal y el ‘fabricante de historias’ Luis Felipe Rodríguez, nos hablan sobre las verdades y mentiras de la lectura en nuestro país, del cual sorprende su mala fama y, al mismo tiempo, su gran –y persistente- impulso.

Experiencia

Chimal (Toluca, México, 1970), quien cuenta con dos novelas y más de quince libros de cuentos, combina su quehacer en la escritura con el desarrollo de talleres literarios. Jóvenes y adultos se acercan a sus historias, caracterizadas por literatura fantástica, a través de la creación de textos, manteniendo vivo éste y otro tipo de géneros.

En ese sentido, el escritor conoce el panorama de la lectura en las nuevas generaciones, de quienes asegura si tienen interés en conocer y crear historias e, incluso, están realizando estas actividades a través de dispositivos relativos a la era tecnológica actual.

Sin embargo, subraya un ‘retraso educativo’ que tiene décadas en México, así como la constante medición de algunos aspectos de la literatura, que están relativamente alejados, o muestran otro tipo de datos, diferentes a lo que se vive en la cotidianeidad.

“La mayor parte de estas estadísticas son en realidad de compra de libros y lo cierto es que hay una gran cantidad de textos, de informaciones dentro y fuera del formato del libro, que están circulando más allá de lo que pueden medir las compras”, explica Chimal.

“Por canales de lo más diverso, desde el libro que se presta, fotocopia, que se sube a Internet, etcétera, todo eso está ahí, no está siendo medido; quién sabe qué tanto repercuta en la cifra total, pero hace falta considerar esas otras posibilidades de la letra impresa y de las cuales la gente se involucra con la información escrita, sobre todo en la actualidad”.

El novelista agrega que el problema va más allá de los índices de lectura, sino del hábito en general, donde leer no es algo cotidiano en la vida de los mexicanos, ocupando la lectura principalmente en el ámbito escolar, pudiéndolo convertir en un ‘contacto con el mundo’ y como herramienta de ‘comprensión de las cosas’: “Ese salto, ese paso nos falta darlo todavía y es parte de lo que a mí me interesa, como a otros, difundir en las actividades; no es cosa de un gremio de escritores, intelectuales o artistas promotores, sino puede ser para cualquier persona”, afirmó.

Sobre el consumo de lectura, el autor de ‘La torre y el jardín’ (2012) comentó que el público está interesado en las ‘grandes franquicias de medios’ –como las sagas llevadas al cine- y en obras de autores extranjeros, con las que quizá no se encuentran creaciones de grandes clásicos, pero sí crean un impacto en sus vidas.

  • ¿Podríamos definir si una lectura es buena o mala?- pregunto a Chimal.

“Creo que sí en el sentido que hay ciertos libros que pueden ser más significativos por más personas que otros. Hay libros que pueden decir cosas más pertinentes, novedosas, profundas, bellas que otros y hay una variedad de criterios y parámetros que se pueden aplicar con más o menos confiabilidad para pensar en el mérito de una obra.

Sin embargo, la forma mejor creo yo, por la cual se pueden ir aprendiendo esos criterios, es a través de la lectura misma y antes de leer (…) El criterio del lector va cambiando con el tiempo, se va refinando, complejizando, y ese criterio es el que le permite a cada uno reconocer o discriminar, posteriormente, ciertas obras para preferirlas en vez de otra.

Acción

Recientemente, Veracruz celebró su primera Feria Nacional del Libro 2014, en la cual el puerto y la capital del estado, Xalapa, recibió a más de cuarenta casas editoriales, contó con un programa artístico y cultural para todo público, y ofreció una venta de libros en el Centro Cultural Atarazanas y el Recinto Sede del Instituto Veracruzano de la Cultura.

Dentro del mismo, se encontró la participación de un joven ‘cuenta cuentos’, Luis Felipe Rodríguez, quien con relatos de Jorge Ibargüengoitia y Pascuala Corona, mantuvo atentos tanto a niños como a adultos que presenciaron sus interpretaciones y selección de cuentos a través de su proyecto ‘Fábrica de historias’.

Fábrica de historias, explicó, es un programa permanente de actividades culturales en el Distrito Federal del programa ‘Alas y raíces’ de CONACULTA. Dicho programa realiza talleres de narración y lectura en voz alta, el cual asiste a museos, escuelas, hospitales y diversos puntos del Estado de México, así como a comunidades indígenas. Sobre el fomento a la lectura, Rodríguez asegura que estamos en ‘un punto de construcción’ donde se impulsa el hábito a través de actividades lúdicas, caracterizándose por la multidisciplina, en la que se incorpora la música o la actuación a la narración oral tradicional y enfocada a un público y espacio determinado.

“Las cifras que se dan en general, desde el estado, me parece que son mucho más complejas de lo que te presentan en medios de comunicación. Ellos dicen ‘Es que los mexicanos no leen’, pero en realidad los mexicanos leen pero no lo que nosotros podemos llamar ‘literatura infantil’ o ‘juvenil’ y ‘literatura de cultura’. Pueden leer ‘El libro vaquero’ o la historieta, y también hay otra cosa que se está olvidando: que las imágenes se leen”, comentó Rodríguez.

Señaló que existen programas a nivel nacional que se están realizando, sin embargo, requieren de mucho trabajo y, principalmente, profesionalización, donde las salas de lectura cuentan con ‘profesionales’ en el ámbito lector que ejecutan estos programas y motivan a los participantes a profundizar en la lectura.

“Está bien porque la gente se está profesionalizando y eso implica estar generando a agentes voluntarios, pero también promotores culturales que tienen un conocimiento de lo que debería ser la literatura infantil y juvenil, que esté dirigido específicamente a ciertas edades y en cuanto a posibilidades de poder explorar”.

  • Entonces, ¿sí se está solucionando la cuestión de la lectura en México o ‘sigue en vías de…?

“Está en proceso y es algo que se tiene que hacer de manera conjunta. Lo que si es importante es que uno, incluso la gente que me está leyendo, puede ser el factor de cambio (…) Sentarse en algún momento a leerle a los niños, a sus nietos, sobrinos, los niños de su calle o crear clubes de lectura, es un proceso que necesita paciencia, amor y pasión. El estado tiene que hacer su parte, como todo, pero cada quien poniendo su granito de arena. Lo que puedes hacer ahora, puede impactar a los niños que en un futuro van a ser profesionales que pueden impactar a más y se puede volver una cadena”, finalizó Rodríguez.

Notas:
1) ‘Mexicanos leen 2.94 libros al año: Encuesta Nacional de Lectura’. Abril 30, 2014. http://aristeguinoticias.com/3004/kiosko/mexicanos-leen-2-94-libros-al-ano-encuesta-nacional-de-lectura/
2 y 3) De la Torre, Ana Paula. ‘México y la lectura (Estadísticas) #DíaMundialDelLibro’. Abril 23, 2014. http://pijamasurf.com/2014/04/mexico-y-la-lectura-estadisticas-diamundialdellibro/
4) Campaña ‘Diviértete leyendo’ del Consejo de la Comunicación. México. http://www.divierteteleyendo.com/

Vea el video de Pamela Solinas:
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