Retratos de Cambios es un reportaje fotográfico que muestra la cara más humana de la actual Birmania. Un país que, tras más de medio siglo de dictadura militar, se abre poco a poco hacia una democracia inacabada, con sus esperanzas puestas en las elecciones de este noviembre. Su autora, la fotógrafa y artista Clarisse D'Arcimoles, nos presenta esta realidad a través de una serie de retratos individuales que intentan “…capturar un instante entre dos momentos, la transición entre un país largamente aislado y su apertura al mundo”.

Clarisse nos cuenta cómo surgió este proyecto tras su primer viaje a Birmania en la primavera de 2014. “Fui para organizar una competición que promocionaba el arte birmano. Durante tres meses conocí a mucha gente y a la comunidad de artistas. Un año después volví para viajar, fotografiar la actual Birmania y mostrar al mundo su gente. Pensé que sería interesante hacerlo antes de que todo cambie, por eso el proyecto se llama de Birmania a Myanmar: retratos de cambios. Representa un nuevo país que sale de una dictadura para convertirse en una democracia”.

Gracias a los contactos que Clarisse estableció durante su primera estancia, consiguió sumergirse en la vida birmana y viajar a lugares que normalmente están fuera del alcance de los visitantes. “Mis amigos me ayudaron a organizar el viaje. Pude quedarme en sus casas, lo que es bastante sorprendente considerando que hace un par de años estaba prohibido. De hecho todavía no está del todo permitido, está muy controlado. Pero mis amigos me consiguieron un tipo de autorización para poder viajar a las ciudades fronterizas, llegar a pueblos tribales y a sus monasterios. Todo era medio secreto, medio oficial”.

Un país dividido por etnias

Los frutos de esta experiencia fueron tres proyectos que Clarisse sintetizó en Retratos de Cambios. “Es un resumen, una mezcla de las diferentes regiones, etnias, religiones, clases sociales… Hay paisajes, templos budistas, monumentos, pero también niños, ancianos, monjes, amas de casa…”. A través de estas imágenes, es posible adivinar la gran diversidad étnica, la historia, los conflictos y la situación actual que se ha vivido y se vive en tierras birmanas.

Birmania, Republica de Unión de Myanmar desde 2010, contiene en sus fronteras una de las poblaciones con mayor diversidad étnica del planeta, con más de 100 lenguas distintas. Un 30% de sus 60 millones de habitantes pertenecen a minorías étnicas, el resto lo constituyen la mayoría barma´, birmanos. El país está organizado en 14 regiones según estos grupos. Así, existen 7 divisiones donde predominan la razabarma´ y otros 7 estados donde conviven las minorías étnicas. El budismo theravada es la principal religión del país, con un pequeño porcentaje de musulmanes y cristianos. Esta diversidad étnica ha sido, y sigue siendo, el principal foco de conflicto desde que Birmania dejase de ser colonia británica en 1947.

Tras conseguir la independencia, el militar y político Aung San, padre de la actual líder democrática San Suu Kyi, propuso un acuerdo que garantizaba la autonomía y la igualdad entre las minorías. Sin embargo, esto nunca se llevó a cabo. Aung San fue asesinado meses más tarde y se impuso un gobierno que pretendía unificar el país en una sola cultura, la birmana, y una única religión, la budista. A pesar de los años, la figura que prometía una convivencia pacífica para el pueblo birmano sigue vive en la memoria. Así nos lo cuenta Clarisse, “Antes no estaba permitido pronunciar el nombre de Aung San, pero ahora hay retratos de él en todos los sitios. La esperanza de muchos birmanos esta puestas en su hija, que lucha por los mismo objetivos”.

Testimonio de 60 años de dictadura militar

Bajo el nuevo gobierno de 1948, los conflictos étnicos y las dificultades económicas se acrecentaron, hasta que en 1962 el general Ne Win dio un golpe de estado con el fin de restablecer el orden. Así, se instauró un estado socialista de partido único basado en una ideología de aislacionismo y xenofobia conocida como “Vía Birmana al Socialismo”. Se nacionalizo la industria, se reprimió brutalmente a las minorías y se cerraron las fronteras, expulsando a todo extranjero. Esta dictadura trajo grave consecuencias. Una acentuada crisis económica, la escasez de alimentos de primera necesidad y la fuerte represión hacía las minorías hicieron que estallaran huelgas y protestas por todo el país.

El 8 de agosto de 1988 se produjo la mayor de las manifestaciones, el Levantamiento 8888, que provocó un cambio de gobierno con la imposición de una Junta militar a manos del general Saw Maung. Esta protesta antigubernamental a favor de la democracia fue iniciada por estudiantes, a ella se sumaron miles de birmanos y se extendió por todo el país. La respuesta militar fue violentamente tajante. Se detuvo a miles de personas que fueron torturadas y asesinadas, se prohibió el derecho a reunirse y se endureció el estado policial.

Como testimonio de estos años de represión, encontramos ente los retratos de Clarisse a un matrimonio anciano de la etnia akaran en el Estado de Rakhine. Sentados en un banco en el interior de su casa, su mirada y semblante nos narran sin palabras la historia de toda una vida de esfuerzo y valentía. “Esta pareja eran profesores en su juventud y han estado trabajando toda su vida para construir esta casa de hormigón. Al final, han conseguido su objetivo. Ellos representan el pasado, el sufrimiento de haber vivido una larga dictadura que de alguna forma les ha hecho ser una gente extraordinaria”.

Este matrimonio también sería testigo de cómo en 1990 la Junta Militar convocó unas elecciones democráticas. Uno de los partidos opositores era la Liga Nacional Democrática (LND), con la hija de Aung San y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, a la cabeza. Ganaron las elecciones por mayoría. Sin embargo, este atisbo de esperanza termino con la detención y encarcelamiento de los directivos del LND por la Junta militar. Una de sus represalias fue el arresto domiciliario de Aung San Suu Kyi, que duro 21 años, durante los cuales estuvo separada de su marido e hijos, de nacionalidad británica. En las décadas siguientes, el gobierno militar continúo castigando las manifestaciones antigubernamentales de una forma cruenta. Así ocurrió en la Masacre de Depayin en 1996, una protesta estudiantil que acabo con decenas de muertos.

Color azafrán

Otro ejemplo de subyugación del pueblo birmano aconteció en la Revolución Azafrán. Durante varios días en septiembre de 2007, miles de monjes budistas lideraron una protesta pacífica antigubernamental. Las autoridades cargaron contra los manifestantes con gases lacrimógenos, insecticidas, palizas y disparos. Se hicieron redadas en monasterios y se arrestó a cientos de monjes. La violencia de este episodio tuvo un gran eco internacional, siendo condenada por la ONU.

La figura del monje budista en Myanmar posee una alta consideración social. Todo birmano debe vivir como monje durante un mínimo de seis meses. Acometer contra un monje es visto como un crimen espiritual. Clarisse tuvo la oportunidad de experimentar y plasmar la vida del monasterio de Pem Peh en el Estado de Shan, donde decenas de niños son instruidos. “Los padres llevan a los niños para que les enseñen los principios budistas y las tareas básicas… Los monjes son muy respetados, si estas en el autobús tienes que cederles los asientos delanteros, las mujeres no pueden sentarse cerca de ellos, no está permitido tocarlos, hay muchas normas. Son muy respetados porque han decidido vivir de una forma completamente pura”.

A pesar de los preceptos pacifistas y del rechazo al régimen militar por los monjes birmanos, existen casos de fundamentalismo budista xenófobo. En 2012, el monje budista Ashin Wirathu lideró el Movimiento 969 contra los musulmanes de la etnia Rohingya del Estado de Rakáin. Esta etnia musulmana es considerada como una amenaza contra el budismo y se los acusan de violaciones y asesinatos a birmanos. Los enfrentamientos dejaron alrededor de 200 muertos y 140.000 desplazados. Este acontecimiento representa la violenta culminación de uno de los conflictos étnicos de mayor envergadura en Birmania.

Persecución Rohingya

Aunque se piensa que los Rohingyas llevan habitando las tierras occidentales de la frontera con Bangladesh desde el siglo VII, nunca han llegado a ser considerados birmanos por las autoridades. Desde la independencia británica, esta etnia ha sufrido discriminación y persecuciones. Sin embargo, en los últimos años esta situación se ha endurecido aún más si cabe. Tras el ataque budista de 2012, el gobierno decidió recluir a los Rohingyas en campos de refugiados o deportarlos a otros países. Actualmente los Rohingyas subsisten en condiciones infrahumanas en estos campos sin apenas alimento ni agua, tienen prohibida la salida o entrada al guetto y además se les niega la educación e incluso casarse entre ellos.

Clarisse consiguió viajar hasta la frontera con Bangladesh. “Como extranjero no puedes ver lo que pasa en los campos de refugiados, está muy controlado. Pero pude conocer a Rohingyas que originariamente eran musulmanes y que se convirtieron al cristianismo para poder ser aceptados como birmanos. Este es probablemente el caso de la foto de la chica trabajando en el mercado que lleva una cruz cristiana. Todo está muy separado, están los budistas en un lado y los musulmanes en el otro”.

¿Camino hacia la democracia?

La situación de los Rohingyas y la violación de los derechos humanos es solo una muestra del largo camino que Myanmar todavía tiene que recorrer. Aunque ya se han dado pequeño pasos, aún el gobierno se encuentra bajo el influjo del poder militar. Algunos de estos cambios significativos comenzaron en 2008 con la aprobación por referéndum de una nueva Constitución, la cual no escapó de la influencia militar durante su redacción. En 2010 se convocaron elecciones legislativas, las cuales fueron consideradas fraudulentas por la opinión internacional. El resultado, sin embargo, fue el establecimiento de un gobierno civil dirigido por el Partido de Desarrollo y Solidaridad de la Unión (PDSU) presidido por Thein Sein, actualmente en el cargo. Este ex general había renunciado a su condición de militar meses antes para formar junto con otros ex militares el PDSU. Este año también se liberó a la líder del partido opositor LND Aung San Suu Kyi de su arresto domiciliario.

En 2012 se celebraron unos comicios parciales. El partido LND consiguió 43 escaños y Suu Kyi pudo ocupar un lugar en el Parlamento, aunque la mayoría legislativa continúo en manos del PDSU. Ahora, todas las miradas están puestas en las próximas elecciones presidenciales de noviembre. Existe un gran apoyo popular a la candidatura de Suu Kyi, con la esperanza de poder librarse del poder militar que sigue gobernando entre bambalinas. Sin embargo todavía no se ha modificado la ley que impide su investidura como jefa de estado por haber estado casada y tener hijos de extranjero.

Lo que sí es posible vislumbrar en este camino hacia la democracia son los fuertes intereses económicos por parte de países extranjeros. El levantamiento de las sanciones impuestas por Europa, junto con la condonación de la deuda externa por Japón, permite intuir solo una parte del juego en un país de grandes recursos naturales. Un juego ya iniciado con más de cuatro mil millones de dólares de inversión en los últimos años y una larga cola de países interesados en participar.

Esta apertura democrática o capitalista ya se puede observar en el Myanmar actual. Clarisse nos cuenta cómo en Rangún se refleja la influencia de la sociedad occidental a través de los retratos tomados durante el Festival del Agua que celebra el año nuevo budista. “Fotografíé a la gente del barrio. Fue muy interesante, había todo tipo de personas: niños, mujeres tradicionales, jóvenes vestidos a la moda… Esto era bastante sorprendente porque no es como te imaginas a los birmanos, iban con sus gorras al estilo hip-hop y tatuajes, mezclado con su influencia asiática. Son gente bastante inocente y pura, todo es nuevo para ellos, pero probablemente esto cambiara: cuanto más dinero entre en el país, más dinero querrán.”

Tal y cómo Clarisse ha querido mostrar en sus retratos, Myanmar se encuentra en un momento de transición entre un pasado dictatorial que se resiste a extinguirse y un futuro, si bien democrático, sujeto a las reglas del mercado global. Un país que sigue caminando hacia un porvenir lleno de retratos de cambios. “Con este proyecto no intento enseñar las miserias, la pobreza, las guerras o la gente luchando tras la dictadura. El objetivo es mostrar la esperanza de un bonito país donde la gente es amable y pura, y solo intentan vivir en paz”.

Más información en la web de Clarisse D’Arcimoles: From Burma to Myanmar: portrait of changes

Bibliografía

Las elecciones de 2010 en Wikipedia
Birmania en Wikipedia
Myanmar en Política crítica
Myanmar en Int'l
Las elecciones de 2010 en Birmania Libre
La revolución azafrán en la web del Real Instituto Elcano
La masacre de Depayin en la web de la Asian Human Rights Comission
"La democracia asoma en Myanmar" en El País
Las elecciones de 2012 en 20minutos
"La UE levanta las sanciones a Myanmar" en Euronews
"Myanmar a la caza de inversión extranjera" en Birmania Libre