Nunca he creído que este tipo de consejos pueda ser útil y sin embargo abundan. Listas de cosas que tenemos que evitar, contrapuesta a otras listas, donde nos aconsejan hacer todo lo contrario. En estos consejos dominan sugerencias como: usa los adjetivos con moderación, evita los adverbios, usa verbos directos que reflejen acción y evita las construcciones en pasivo. Haz frases cortas, sé simple en tu estilo, relee, corrige y vuelve a releer y una vez terminado, vuelve a comenzar.

Un rosario interminable de cosas desprovistas de ejemplos, que a nadie ayudan y además confunden. Yo me pregunto dónde está el límite en el uso de los adjetivos, que profundas razones literarias justifican la adverbio-fobia, qué significa utilizar verbos directos y usar un estilo simple. Pablo Neruda, que podría ser presentado como el poeta contemporáneo más leído, abundaba en adjetivos, las frases de Cortazar no son cortas y su estilo no es simple y, en vez, es un autor leído, además de ser un modelo de escritura.

Reflexionando sobre estos consejos, no puedo evitar pensar en la falta de contexto y su absurda abstracción. Recientemente he leído unos consejos que según el autor provenían directamente de Mark Twain, que como sabemos escribía en inglés y pertenecía a un universo cultural que no es el nuestro y sus consejos eran presentados como si su validez fuese universal, independiente de la cultura y la lengua, y además atemporal.

Amo los escritos de Mark Twain, amo su humor y su capacidad narrativa, pero reconozco que era hijo de su universo cultural y que lo que hacía era parte de su estilo, escritura y modo de pensar. Imitar a Mark Twain sería un absurdo total y pensando en él, me recuerdo de una de sus frases ya clásicas:

Travel is fatal to prejudice, bigotry, and narrow-mindedness, and many of our people need it sorely on these accounts. Broad, wholesome, charitable views of men and things cannot be acquired by vegetating in one little corner of the earth all one’s lifetime.

Y en cierta medida, cuando Mark Twain habla de viajar incluye también el viaje literario, que significaría en este contexto: lee de todo y observa los detalles, que cada texto bien escrito será una escuela que no debes imitar sino adaptarla a tu modo de ser, de sentir, de pensar y de narrar. Basta ya de consejos para escribir mejor, escribe y vuelve a hacerlo todos los días y lee variado y siempre más, ya que la lectura constante y apasionada es seguramente el camino mejor para una buena escritura y como se dice por allí: la habitud crea el órgano.