Francesc Torres, artista polifacético catalán, quiere transformar una parte del museo en una caja entrópica haciendo resaltar su función preservadora. Favoreciendo obras mayoritariamente de los siglos XIX y XX seleccionadas de la colección del museo, Torres explora la colisión entre la historia y la cultura reflexionando, al mismo tiempo, sobre la naturaleza de los museos.

Torres, a pesar de no haber hecho ninguna de las obras, las ha escogido como un comisario y, al mismo tiempo, las usará como a objets trouvés, es decir, como materia primera para la realización de una instalación multimedia.

La estructura del proyecto se extenderá como un paisaje construido a base de fragmentos, unos literarios y otros analógicos, que mostrarán la lucha constante de la preservación contra el resultado de todo tipo de destrucción: el paso del tiempo, fenómenos naturales, guerras, intolerancia religiosa y antirreligiosa, étnica o política, planos urbanísticos radicales o violencia económica.

Este proyecto ha surgido a consecuencia de las obras originales de Torras sobre los mismos temas: Accident (1977); The Assyrian Paradigm (1980); Belchite South Bronx (1987); Plus Ultra (1988); Destiny, Entropy and Junk (1990); y Memory Remains (2011).

Ninguna de estas obras aparecerá, pero, en la exposición puesto que Torres ha decidido no “adulterarla”, pero si que se encontrarán documentadas en el libro que la acompañará, en otro capítulo.