Personajes conocidos en el ámbito militar venezolano, el padre y su hijo, ambos son José de Jesús Sánchez Carrero. El primero es famoso por ser el merideño que dio la vida por Francia durante la Primera Guerra Mundial (artículo anterior para este portal). Su hijo nació en Margarita en Santa Ana del Norte el 30 de diciembre de 1908. Cuatro años más tarde, viviendo en Los Teques, su padre se iría al conflicto en Europa para no regresar jamás.

José júnior queda huérfano a los nueve años de edad, así viaja a Francia en 1921 para educarse en la escuela militar preparatoria de la Boissière-Rambouillet con los beneficios que le otorga el Gobierno galo en parte de la compensación a los esfuerzos de su progenitor por la causa aliada. Adicionalmente es apoyado también por el dictador Juan Vicente Gómez quien era muy amigo de la familia.

Regresa a Venezuela en el problemático año de 1928. Decide con su rango adquirido en Francia de subteniente entrar en la naciente aviación militar en Maracay, pero esta vez el dictador no complace exactamente sus deseos y lo remite a la Escuela Militar de La Planicie. Era instructor del idioma francés cuando para su fortuna y con menos de un mes laborando ocurren los sucesos del 7 de abril con el alzamiento del Cuartel San Carlos. Esto hace que cierren La Planicie y lo envíen a Maracay.

José se entrena como aviador y más aún en los recién llegados equipos franceses como el Morane Saulnier 147 y el veterano bombardero biplano Breguet 19. Además alguien tenía que servir de enlace con el personal galo y como me contó en entrevista que le hice a sus lucidos 96 años en su apartamento de Caracas el 21 de mayo de 2005 me decía: «Así que me ofrecí de intérprete, pero en realidad serví de intrépito». Se gradúa de piloto en noviembre de 1929, igualmente relata que disfrutaba de los vuelos entre las cuatro de la madrugada y las ocho de la mañana, ya a finales de año volaba en solitario sin ayudas.

Dos años después su vida cambiaria. Alrededor del 15 de octubre de 1931 llegaron informes de que en la zona de Mariara habían movimientos extraños de insurgentes y hasta que un avión sobrevolaba de noche la región. Se organizó una misión de reconocimiento aéreo en el monoplano MS147 con él como piloto y el teniente Jorge Marcano como observador. Durante el vuelo entre los cerros no encontraron nada, pero una falla de la bomba de aceite del motor hizo que se estrellaran a un costado de una de las colinas en una hacienda.

Sobrevivieron al impacto pero quedaron heridos sin poder moverse dentro del aparato. Fueron rescatados al día siguiente a las cuatro de la madrugada.

José tenia sus piernas gravemente lesionadas, el primer médico que lo vio en el Hospital de Maracay dijo que había que amputarlas. Sin embargo, nuevamente el dictador intervino en su vida indicando que le salvaran las piernas de cualquier manera, esta vez el tratamiento alterno resultó adecuado y un año después ya caminaba bastante bien, pero no volvió a volar.

No se retiró inmediatamente y pudo conocer en 1932 al venezolano que fue miembro como el decía del escuadrón de Richofen”(Manfred von Richtoffen, el Barón Rojo). De Carlos Meyer decía era un hombre ni flaco ni grueso, como de un metro 67 centímetros de alto, tez blanca y ojos azules, siempre uniformado con un español muy fluido y sin acento alguno. Era poco sociable por las órdenes que tenía desde arriba de no intimar, quizás por ello no supo que el avión donde se mató presentaba fallas. José fue testigo de ese accidente fatal.

A su retiro como uno de los primeros 23 aviadores militares de Venezuela en 1934, sus servicios de intérprete fueron requeridos por López Contreras –gran admirador de su padre- en 1935. Se dedicó desde entonces a la función diplomática tanto en Francia como Curazao. En 1941 lo sorprende en esa vecina isla la entrada de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial y al siguiente año retorna al país para coordinar en Maiquetía el aumento de vuelos militares que harán escala en ese aeropuerto.

En 1947 lo asignan como cónsul a Francia, luego en 1954 va a Zúrich, de allí a la sede de la ONU en Ginebra en 1964, llega hasta Japón en 1971. Su último cargo diplomático lo ejerce cuando Venezuela inicia relaciones con China en 1975 donde llegó justo para las exequias de Mao Tse Tung. Acerca de los chinos recomendaba tener prudencia con ellos. En la Fuerza Aérea Venezolana lo llamaban El Decano por ser uno de sus miembros más antiguos.

De la entrevista que tuve con él me queda un buen recuerdo, estaba muy enfermo pero me atendió amablemente en dos oportunidades, incluso la última vez le hicimos un video ese mismo año de 2005 ya con un camarógrafo profesional y mi amigo Jonathan Gutiérrez, esa vez final ya no decía las cosas de modo tan jocoso o agradables de la existencia, hasta que le pregunté: «¿Qué es para usted volar?» Me respondió emocionado: «Cuando yo tenía un buen avión, lo gozaba. Fue una de las mejores épocas de mi vida».

A principios de 2007 murió ese veterano aviador de Margarita.