John Locke nace en Wrington, Somerset, Inglaterra el 29 de agosto de 1632. Fundador del empirismo moderno y padre del liberalismo. Polifacético pensador inglés del siglo XVII. Desempeña diversos cargos y profesiones, médico, profesor de griego antiguo y de retórica, diplomático, político, teólogo, economista, filósofo, pedagogo, químico, biólogo. Su padre era abogado y su familia modesta, profundamente religiosa, protestante y de inclinación puritana.

Estudia en Westminster School y luego gana una beca para estudiar medicina en el Christ Church, entonces el Colegio más renombrado de la Universidad de Oxford. Allí impera el escolasticismo que no es de su agrado. Obtiene el Master en 1658. Recibe el llamado de la carrera eclesiástica pero luego se inclina más por las ciencias y la filosofía. Tal parece que no llega a formar una familia.

Como escribe Jean Jacques Chevallier, hombre de estudio, de salud delicada, débil del pecho, sufriendo de asma, al que el aire de Londres no favorecía en nada, Locke estaba visiblemente hecho para la vida contemplativa.

En su Ensayo sobre el entendimiento humano (1690) funda el Empirismo moderno, critica el innatismo e influye en David Hume. Afirma que las ideas y el conocimiento nacen de la experiencia con lo que modera el racionalismo de Descartes. Es célebre su frase: Ningún conocimiento humano puede ir más allá de su experiencia.

En 1666 conoce a Lord Ashley, quien sería el primer conde Shaftesbury, un político inglés quien a partir de 1673 dirige la oposición parlamentaria contra el catolicismo del rey y funda el partido whig o liberal. Tiene que huir a Ámsterdam, Holanda, donde muere en 1683.

Locke se constituye en el preceptor del hijo del conde y su persona de confianza. Cuando el conde cae en desgracia, Locke parte para Francia, donde vive cuatro años escribiendo la mayor parte de su Ensayo sobre el entendimiento humano.

Al regresar a Londres, Smith se encuentra amenazado de ser detenido por sus lazos con el conde de Shaftesbury por lo que opta por marchar a Holanda, el típico país de asilo y libertad para los refugiados políticos. En ese país concluye su Ensayo y escribió sus Ensayos sobre el Gobierno Civil. Cuando regresó a Inglaterra los publica anónimamente en 1690.

En Londres ya ha triunfado la revolución inglesa de 1688 que significa el derrocamiento del monarca católico Jacobo II y la instauración de la democracia parlamentaria moderna en Inglaterra. Locke justifica dicha revolución en su Segundo Ensayo. En ese tiempo se enfrentan el partido tory (conservador) que era absolutista y promovía el derecho divino de los reyes y el partido whig (liberal) que favorecía una monarquía constitucional limitada y el Parlamento como representante del pueblo. Locke se convierte en el gran doctrinario de los liberales.

La teoría de Locke está contenida en los Dos Ensayos sobre el Gobierno Civil. El primer Tratado critica el derecho divino de los reyes y ha perdido importancia y ahora se imprime el Segundo en el que se exponen sus principales ideas.

A diferencia de Thomas Hobbes, que defiende el absolutismo en el Leviatán, Locke es el primer escritor político que promueve un gobierno civil libre y ataca sistemáticamente los estados absolutistas. Para evitar la tiranía favorece la teoría de la necesaria división de poderes.

Bajo la influencia de John Owen es partidario de una política de tolerancia para con todas las religiones. Al principio de su carrera intelectual habla a favor del clero anglicano y favorece la represión de los inconformes de credos diferentes, pero después de conocer a Lord Ashley cambia su posición y escribe a favor de la libertad de cultos, la tolerancia religiosa y la no injerencia del estado en las creencias religiosas. Locke, ferviente cristiano, en sus Cartas sobre la tolerancia anuncia el estado laico con las siguientes palabras:

«Todo el poder del gobierno civil afecta exclusivamente a los intereses civiles, se limita a las cosas de este mundo y no tiene nada que ver con el otro».

En palabras de Gaetano Mosca, Locke quiere que la elección de religión sea libre y no dependa del Estado, sólo se opone a que se toleren a los ateos, por razones de índole moral.

Se le considera el iniciador de la Ilustración en Inglaterra. Tiene una gran influencia en la Declaración de Independencia y en la Constitución de los Estados Unidos, sobre todo a través de Thomas Jefferson; así como en los sistemas políticos de Inglaterra, Francia, Europa y el mundo en general.

«Nunca hubo, quizá, un espíritu más sabio que Monsieur Locke», escribió Voltaire.

Estado de naturaleza

Conforme al estilo intelectual de su época y emulando a Hobbes, Locke inicia la exposición de su doctrina política refiriéndose al estado de naturaleza,

«un estado de completa libertad para ordenar sus actos y para disponer de sus propiedades y de sus personas como mejor les parezca, dentro de los límites de la ley natural, sin necesidad de pedir permiso y sin depender de la voluntad de otra persona».

Es también «un estado de igualdad, dentro del cual todo poder y toda jurisdicción son recíprocos, en el que nadie tiene más que otro». Según el autor, dicho estado de naturaleza tiene una ley natural por la que se gobierna y que obliga a todos.

En resumen, el estado de naturaleza es una sociedad de seres humanos o personas iguales en cuanto a la libertad individual que tienen para actuar y para disponer de sus propiedades dentro de los límites de la ley natural. En fin, se trata de una hipótesis de trabajo de una comunidad de libertad, igualdad y propiedad dentro de la ley natural. No es un estado de libertinaje, libertad absoluta o anarquía pues rigen los límites de la ley natural.

Pero como cada cual actúa conforme a su interés la aplicación de tal ley natural puede conducir a violaciones de los derechos a la vida y a los bienes de los integrantes de la comunidad. Es decir que en ese estado cada quien vela por el cumplimiento de la ley natural a su manera y promoviendo su propio interés, razón por la que es más conveniente crear una serie de instituciones o estado de derecho que permitan una aplicación más justa de dicha ley natural.

Estado de derecho y sociedad o gobierno civil

Para evitar los inconvenientes y abusos del estado de naturaleza Locke propone tres formas o instituciones:

  • Una ley establecida, aceptada, conocida y firme que sirva por común consenso de lo justo y lo injusto.

  • Un juez reconocido e imparcial, con autoridad para resolver las diferencias, de acuerdo con la ley establecida.

  • Un poder suficiente que respalde y sostenga la sentencia cuando esta es justa y que la ejecute debidamente.

En fin, propugna por un estado de derecho con una ley o constitución que será elaborada y aprobada en el Poder Legislativo, un Poder Judicial para resolver diferencias de acuerdo a la ley establecida y un Poder Ejecutivo para sostener y ejecutar las sentencias, los tres poderes básicos de una sociedad civil. Locke propone también un Poder Federativo, encargado de las relaciones internacionales, siendo consciente de que dicho poder suele estar unido al Poder Ejecutivo.

En fin, que Locke promueve la fundación de un orden constitucional o Estado de derecho con división de poderes como alternativa al estado de naturaleza y a las monarquías absolutas. Sin embargo, conforme al statu quo inglés proponía dejar el ejecutivo y el federativo en manos del rey y el poder legislativo o parlamento en manos del pueblo.

Pacto social y gobierno de la mayoría

Ahora para transitar desde el estado de naturaleza hasta el estado de sociedad o gobierno civil es necesario que los integrantes de la comunidad renuncien a su poder individual de ejecutar la ley natural y den su consentimiento para suscribir un pacto social.

La salida del estado de naturaleza es un acto voluntario de los individuos que son libres e iguales y deciden por su propia cuenta dejar atrás el estado de naturaleza y formar parte de una comunidad política.

El pacto social es el medio por el cual los seres humanos fundan una sociedad política o civil. Con dicho pacto los individuos renuncian a la libertad natural de la que gozaban en el estado de naturaleza y se supeditan a la sociedad civil en la que van a regir los dictados de la mayoría. A cambio van a adquirir la libertad civil o libertad individual dentro de la ley y el sistema de tres poderes, legislativo, judicial y ejecutivo. En el estado de naturaleza, la libertad del individuo consiste en supeditarse a la ley natural, mientras que, en el estado de sociedad civil, su libertad consiste en supeditarse a la ley civil, creada por el poder legislativo conforme al principio de mayoría. En ninguno de los dos casos existe la libertad individual absoluta que proclamarían los anarquistas.

Locke cierra su exposición sobre el pacto social y la noción de mayoría con las siguientes palabras:

«Tenemos, pues, que lo que inicia y realmente constituye una sociedad política cualquiera, no es otra cosa que el consentimiento de un número cualquiera de hombres libres capaces de formar mayoría para unirse e integrarse dentro de semejante sociedad, Y eso, y solamente eso, es lo que dio o podría dar principio a un gobierno legítimo. En sentido contrario, si no se dan esos prerrequisitos el gobierno no sería legítimo y si los hombres libres no logran por su propia voluntad acordar un pacto social entonces la sociedad vuelve al estado de naturaleza. Una monarquía absoluta sería ilegítima porque no nació del consentimiento de una mayoría de hombres libres».

Ley y libertad en la sociedad civil

Para el autor la finalidad de la ley «no es suprimir o restringir la libertad, sino lo contrario; protegerla y ampliarla». Y todos los seres humanos deben ser iguales ante la ley. El autor no parece contemplar la posibilidad de que un poder legislativo apruebe leyes que supriman o restrinjan la libertad, cosa que no se puede descartar.

Para Locke, la ley civil es el límite de la sociedad civil. Si se rechaza o renuncia la ley civil, entonces se recae en el estado de naturaleza o se entra en el terreno de la tiranía. Así también afirma que

«Donde no hay ley no hay libertad. Pues la libertad ha de ser el estar libre de las restricciones y violencia de los otros, lo cual no puede existir si no hay ley, y no es, como se nos dice, una libertad para que todo hombre haga lo que quiera».

En fin, que para Locke la única libertad posible es la libertad dentro de la ley.

### Tiranía, monarquía absoluta o gobierno fuera del derecho o de la ley

Para el autor, tiranía es «el ejercicio del poder fuera del Derecho, cosa que nadie debe hacer [...]. Allí dónde acaba la ley empieza la tiranía». Y agrega que «constituye un error pensar que éste es un vicio exclusivo de las monarquías.

Según Locke la monarquía absoluta no puede ser considerada como una sociedad o gobierno civil y más bien la ubica en el estado de naturaleza. Según dice hay dos formas de estado de naturaleza, sin monarquía absoluta y con monarquía absoluta.

Y a la pregunta de cuál es el elemento diferenciador responde:

«La única diferencia, lamentable además, para el súbdito, o más bien, para el esclavo del príncipe absoluto, es que en el estado de naturaleza dispone de libertad para juzgar él mismo de su derecho y para defenderlo según la medida de sus posibilidades, pero cuando se ve atropellado en su propiedad por la voluntad y por la orden de un monarca no sólo no tiene a quien recurrir, como deben tener cuantos viven en sociedad, sino que, lo mismo que si lo hubieran rebajado de su estado común de criatura racional, se le niega la libertad de juzgar de su caso o de defender su derecho. De ahí que se vea expuesto a todas las miserias y a todos los males que se pueden esperar de quien, encontrándose sin traba alguna en un estado de naturaleza, se ve, además, corrompido por la adulación e investido de un inmenso poder».

En fin, que, para Locke, en la monarquía absoluta se encuentran fundidos los inconvenientes del estado de naturaleza con los que podemos llamar inconvenientes del estado de despotismo o tiranía. Es decir que se carece de una autoridad legítima, de una ley y de unos jueces para apelar ante ellos (inconvenientes del estado de naturaleza) y además está frustrada la posibilidad de hacerse justicia de propia mano, dado el poder avasallador de un déspota equipado con vastos mecanismos de represión (inconvenientes del estado de despotismo).

De manera que, para Locke, el mejor estado para la libertad del ser humano es la sociedad o gobierno civil y el peor es la tiranía o monarquía absoluta.

Finalmente

«el pueblo no sólo tiene el derecho a librarse de la tiranía, sino también el de tomar medidas para prevenirla. Y en caso de ser lesionadas ilegalmente sus libertades o sus bienes, queda relevado de toda obediencia [...] y hay ciertos casos en los que los pueblos tienen derecho a ofrecer resistencia al rey».

Es decir, que también con estos conceptos promueve el derecho de resistencia a la tiranía y le brinda un manto de legitimidad a la revolución inglesa de 1688.