Revisar la obra del escritor Ernesto Cardenal es como leer un manual de vida. Los temas cruciales están abordados en ella.

Curiosamente, ahora, que se ha ido, la muerte no es tema suyo. No es tema recurrente. Sí lo son el amor, el universo aparejado con la ecología y Dios.

El amor en Ernesto Cardenal

Aunque son el mismo1, de todos modos dividamos el amor según nuestro autor en dos: el amor a la mujer y el amor a Dios.

El amor a la mujer

La sencillez que lo caracteriza llega al extremo en el quizá más célebre de sus poemas:

Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido:
yo porque tú eras lo que yo más amaba
y tú porque yo era el que te amaba más.
Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:
porque yo podré amar a otras como te amaba a ti
pero a ti no te amarán como te amaba yo.

Pues, nada, que yo no sé si eso sea amor. Trata de él, pero no expresa amor del bueno, sino egoísmo y revanchismo. En todo caso, expresa una realidad y de manera diáfana.

Por otra parte ese poema (Epigrama XIII, Al perderte yo a ti) es, decíamos, de una asombrosa sencillez, incluso mayor -parece- a la ya usual en el autor nicaragüense.

El amor a Dios

Tómese como se tome, Cardenal ve a Dios en todos lados. En el prójimo no se diga (él fue ordenado sacerdote de la iglesia católica), sino que en la lucha por la justicia social, en la naturaleza y en el universo todo.

Esa posición macro no le impide ver hacia la intimidad:

En la hamaca sentí que me decías
no te escogí porque fueras santo
o con madera de futuro santo
santos he tenido demasiados
te escogí
para variar.

(«En la hamaca sentí que me decías»)

Aquí y allá uno encuentra el eco que produce Dios en el escritor y la reacción de este; por ejemplo dice: «así éramos llevados hacia Ti sin saber adónde»; o: «y que ahora se presenta ante Ti sin ningún maquillaje».

Viendo a Dios en todos lados, el poeta cristiano lo ve en el pueblo herido por la desigualdad:

Ni pordioseros ni prostitución ni políticos
Claro, no hay libertad mientras haya ricos
mientras haya libertad de explotar a otros
libertad de robarle a los demás
mientras haya clases no hay libertad.

(De «Canto Nacional»)

…O en las víctimas mortales, cuya presencia –dice- debe tener presente quien alcanza alguna posición:

(…) botados al borde de la carretera,
en hoyos que ellos cavaron en fosas comunes,
o simplemente sobre la tierra,
abonos de plantas del monte
Vos los representás a ellos, ellos
delegaron en vos,
los que murieron.

(De «Cuando recibís el nombramiento»)

Esa conciencia lo hizo sentar las bases de una utopía en una de las islas del archipiélago de Solentiname en el Gran Lago de Nicaragua, donde la comunidad pudo desarrollar el arte y la religión. Una religión adherida a la Teología de la Liberación.

Cardenal, temprano opositor a la dictadura de Anastasio Somoza, metió el hombro a la lucha que finalmente lo derrocó. Derrocó a Somoza, sí, pero después se deshizo del propio Cardenal para constituirse ella misma, con el líder revolucionario de un principio, Daniel Ortega, en dictadura del siglo XXI.

El universo geográfico en Ernesto Cardenal

Alabad al Señor cristales hexagonales de nieve
y prismas de color esmeralda del sulfato de cobre
-en el miscroscopio electrónico-
flores fluorescentes en el fondo del mar
diatomeas como un collar de diamantes
y Diadema Antillarum
Anurida marítima y Ligia exótica.

(Del «Salmo 148»)

Geobiológico, ecológico más bien. ¿Verdad?

En esta otra avenida de su vasta obra, nuestro autor conjunta tres de sus grandes amores –otra vez el amor-: el universo (cósmico, estelar), la ciencia (él mismo llamaba a su producción poesía científica) y la naturaleza en sí 2.

Una rareza, pues aun los grandes autores que han sido científicos, en su mayoría al hacer poesía abordan temas más generales y no suelen hablar para sus colegas.

Y una pincelada sobre la naturaleza (de La palabra):

Cuando todo era noche, cuando
todos los seres estaban aún oscuros, antes de ser seres,
existía una voz, una palabra clara,
un canto en la noche.
En el principio era el Canto.
Al cosmos él lo creó cantando.
Y por eso todas las cosas cantan.

Notas

1 ¿Y por qué son el mismo? pues porque la fuente del amor es una sola.
2 Clasificación arbitraria, claro.