¿En qué se diferencia el ser humano de las demás especies? En gran parte por su inteligencia, la cual es reflejo del volumen y peso de su cerebro. Otra cosa que nos diferencia es que andamos erguidos durante todo el día y la estructura de nuestras manos; esta última nos permitió utilizar objetos para sobrevivir. Sin embargo, una cosa que realmente nos hace únicos y que, literalmente, ninguna especie puede hacer es hablar, porque los animales tienen formas de comunicarse, pero los idiomas de los humanos son otro nivel; incluso, podemos imitar los sonidos que emiten los demás animales. En cuanto a imitación del habla humana por parte de los animales, lo máximo que se ha visto es que algunas especies son capaces de repetir las cosas que decimos, como los loros; no obstante, somos la única especie que habla de forma tan compleja, con conciencia y que creamos alfabetos.

Todos los seres humanos somos provenientes de África. En algún punto en el tiempo, cada grupo de humanos siguió su propio camino; cada grupo hablaba un idioma distinto. En el antiguo Imperio Romano el idioma latín se convirtió en una lingua franca; con la división de este imperio varios reinos surgieron y el latín evolucionó en muchos idiomas distintos; hablaremos específicamente del idioma español o castellano.

El castellano es el tercer idioma más hablado en el mundo, después del inglés y el mandarín. Por toda Hispanoamérica se hablan muchos dialectos provenientes del castellano. Posiblemente, dentro de mil años, del español nacerán nuevos idiomas. La Real Academia de la Lengua Española se adapta a la evolución del español para indicar reglas de uso; cada palabra puede tener diferentes significados, dependiendo de en qué región se hable, sin embargo, no importa el sector de habla hispana al que nos estemos refiriendo, una de las constantes es la tilde.

Todas las personas al nacer aprendemos a caminar aproximadamente a los 18 meses, durante ese tiempo el niño dice sus primeras palabras. No es hasta que el niño cumple 4 años, aproximadamente, que aprende a hablar de forma entendible; curiosamente esa es la edad en que nuestra conciencia se desarrolla por completo, todos los humanos tenemos nuestros primeros recuerdos a esa edad, antes de eso, únicamente tenemos memoria a corto plazo.

Ahora les daré un ejemplo para que entiendan mi punto de vista. Digamos que dos niños nacieron en el año 1995; el primero, de nombre Philip, nace en Estados Unidos, el segundo, de nombre Felipe, en España. Durante los primeros años los niños aprenden a hablar; Philip aprende a hablar ingles y Felipe aprende a hablar español. De forma inconsciente, imitando a sus padres y el resto de personas de su entorno, ambos niños aprenden la fonética de sus respectivos idiomas, poco a poco la irán perfeccionando y, dependiendo de su educación, tendrán una forma de expresarse o coloquial o sofisticada.

En el inglés sí existe la acentuación, sin embargo no existe la tilde, ¿entonces ellos cómo saben donde va el acento prosódico?, la clave está en la parte oral y no en la parte escrita. La conclusión es que dependiendo del contexto acentúan la palabra de manera indicada. Existen algunas palabras que tienen o no tilde en el idioma español, un ejemplo de ello es «que» con y sin acento. No quiero promover nada en específico, pero la tilde en este momento no cumple ninguna función útil y solamente ralentiza nuestra escritura a mano, en ordenador y en teléfono móvil.

Esta sociedad está cambiando; las nuevas generaciones están teniendo una paupérrima caligrafía, debido a que no usamos la escritura a mano más que para poner nuestra firma. Por otro lado, la escritura usada en las redes sociales está plagada de nuevos términos nacidos allí. Otra cosa que caracteriza a las redes sociales, específicamente a los chats, es la abreviación de casi todas las palabras. Mi conclusión es que el siglo XXI se caracteriza por el auge de las redes sociales y una comunicación cuyo énfasis es la practicidad; en ese orden de ideas, es muy probable que en el futuro la tilde deje de existir en el idioma español.