Huigh van Groot, conocido en idioma español como Hugo Grocio, nació en Delft, cerca de Rotterdam, Holanda, el 10 de abril de 1583.

A los 8 años componía versos latinos y, desde muy joven, se distinguió por sus estudios de las lenguas y literaturas clásicas conforme con el espíritu del Renacimiento.

Jurista, embajador, escritor y poeta; después de Erasmo de Rotterdam, es el mayor humanista de los Países Bajos.

Tuvo influencias intelectuales grecolatinas de Aristóteles y Cicerón, pero también del francés Jean Bodin.

De religión era devoto del arminianismo, fundado por Jacobo Arminio en la Holanda del siglo XVII, como una variante de cristianismo evangélico con discrepancias respecto del calvinismo.

En 1594, a los 11 años, empezó sus estudios de Derecho en la universidad de Leiden en Holanda, donde se graduó en 1598.

En Orleans, Francia, se doctoró en Jurisprudencia y estudió Filosofía y, además, aprobó los cursos de Astrología, Matemáticas y Teología.

Transmitió las ideas de la Escuela de Salamanca en los escenarios de Holanda, Francia y Suecia. Parece que él es «el eslabón perdido»; es decir, el puente que transmite por Europa las ideas de la Escuela de Salamanca. Su pensamiento es, en realidad, un vínculo entre dicha escuela y la Ilustración escocesa, de la que formó parte Adam Smith, padre de la economía.

En 1598, Grocio empezó como abogado en La Haya. En 1607, fue Fiscal General de Holanda. Se distinguió también como latinista.

Su carrera política se vio truncada por su participación en las luchas religiosas entre teólogos cristianos calvinistas ortodoxos versus arminianos, y las controversias políticas entre monárquicos y republicanos de los Países Bajos, por lo que se le condena a cadena perpetua en 1619. Escapó de la cárcel tres años después, gracias a la ayuda de su esposa, María van Reigersberger, y se exilió en Francia, donde coincidió en la Universidad de París con Luis de Molina de la Escuela de Salamanca.

En Francia recibió una modesta pensión de Luis XIII y vivió en París dedicado a escribir. No le permitieron dar clases en la universidad debido a su orientación protestante.

En 1621, volvió a Rotterdam, pero luego fue expulsado y se refugió en Suecia, donde la reina Cristina, en 1634, le nombró Embajador en Francia. Al concluir su misión diplomática en 1645 y de regreso a Suecia una tempestad le obligó a desembarcar cerca de Danzig y luego marchó enfermo hasta Rostock, Alemania, donde falleció.

Defensor del absolutismo, considera que el Derecho Natural requiere de un soberano fuerte que garantice el orden, la paz y la expansión comercial. Para los contemporáneos, es difícil entender que un humanista y un defensor del Derecho Natural pudiera defender, al mismo tiempo, el absolutismo, pero así fue en realidad.

Es interesante hacer notar que, tanto los absolutistas de la época, como los liberales que vendrían después tratan de justificar sus teorías por medio del Derecho Natural. Es decir, que el Derecho Natural estaba presente en ambas tendencias y era el puente entre el absolutismo y el liberalismo.

A Hugo Grocio se le considera, junto con Francisco de Vitoria, uno de los fundadores del Derecho Internacional.

Su libro El derecho de la guerra y la paz (París, 1625), dedicado a Luis XIII, fue el primer tratado de Derecho Internacional Público, pero se basa en las ideas de Vitoria y de Francisco Suárez, iusnaturalistas españoles. Allí, se pronunció contra la esclavitud y construyó un sistema de conceptos para evitar y reglamentar las guerras.

Tal parece que, históricamente, ha existido una tendencia en los países anglosajones y protestantes a olvidar y relegar a Vitoria porque es de España, bastión del catolicismo en Europa y a darle todo el mérito a Grocio, quien es holandés y arminiano, una doctrina fundada en el calvinismo. Las rivalidades entre protestantes y católicos pudieron haber afectado negativamente el éxito profesional de Vitoria. Pero en honor a la verdad, el maestro y el primer autor de Derecho Internacional Público fue Francisco de Vitoria, y el discípulo aventajadísimo y de enormes méritos que produjo la primera obra sistemática de dicha materia fue Hugo Grocio. Pero el primero fue Vitoria, quien es citado abundantemente por Grocio.

Grocio consideraba que el Derecho Internacional proviene y debe basarse en la teoría del Derecho Natural y del Derecho de Gentes. Posiblemente, Grocio también ha sido el creador del concepto de «contrato social», esencial en la obra de John Locke y en la de Juan Jacobo Rousseau. Pero se opone a la soberanía popular y defiende el Estado absoluto. Es decir, que promueve el contrato social, pero no la democracia.

En su libro, Sobre la libertad de los mares (Leiden, 1609), promueve el uso libre de las vías marítimas para beneficio de la humanidad; un texto que anuncia el derecho sobre los mares.

Junto con Samuel von Pufendorf (1632-1694) influyó en las ideas jurídicas y económicas de Francis Hutcheson, quien fuera considerado el padre de la Ilustración escocesa y el profesor de Adam Smith en la Universidad de Glasgow. Hutcheson fue el primero en enseñar economía política, una materia que el llamó Económica.

En La riqueza de las naciones, Adam Smith cita a Hugo Grocio sobre temas económicos tales como la importancia de la moneda, el intercambio comercial, el «valor en uso» y el «valor en cambio». De manera que Grocio influyó en Smith, posiblemente a través de Hutcheson.

Cuando regresaba de un viaje a Suecia, donde había dimitido como Embajador, Hugo Grocio murió a los 62 años en Rostock, Alemania, el 28 de agosto de 1645.

Sus restos fueron llevados a Delft, cerca de Rotterdam, donde descansan junto a los de Guillermo de Orange, el padre de la Patria de los Países Bajos.