«Es una verdad universalmente aceptada que toda editorial en posesión de un gran catálogo necesita lectores», diría Jane Austen en momentos como estos. Con la llegada de la pandemia, decenas de industrias han tenido que replantearse su quehacer, reestructurarse desde los cimientos o, incluso, cerrar sus puertas: la industria editorial no es la excepción. Después de un año estudiando un Máster en Edición de la mano de algunos de los profesionales más destacados de la industria en español y de vivir en carne propia el trabajo que lleva día a día una editorial, me planteé preguntarme cómo se vive en la industria que más amor y pasión me causa: la del libro.

En un mercado de contenidos que constantemente ofrece más y más, el libro sigue buscando hacerse de un espacio, de consumidores: necesita de sus lectores mucho más de lo que ellos pueden imaginar. Si se preguntan cómo una pandemia puede afectar a la industria editorial, la cual aparentemente podría tener auge debido a que en las estadísticas de lectura la respuesta a por qué no se lee más sigue siendo: «por la falta de tiempo» (España, 2020), ahora que tenemos «más tiempo que nunca», y lo pongo entre comillas porque el encierro no es precisamente tiempo libre, aquí me gustaría contarles un poco de mi óptica en torno a la situación.

La planeación editorial tuvo que modificarse

Cada año, los editores realizan una planeación de las publicaciones que realizarán durante el año —a veces incluso con dos años de anticipación—, con tiempos específicos para tareas como traducción, corrección, maquetación y el envío a imprenta. Con la aparición del virus y el cierre de comercios, la industria editorial tuvo que replantear todas las novedades y, aunque en el mercado en español se han retomado actividades desde finales de mayo, el retraso sufrido es inminente.

Las librerías cerraron

Un eslabón importante de la industria editorial sigue siendo las librerías, que tuvieron que cerrar sus puertas y dejar confinados a los libros. Aunque plataformas electrónicas como Amazon o Casa del libro en España podrían aún suplir la necesidad de adquirir libros, el servicio de entrega sufrió modificaciones y, todavía más importante, muchas librerías podrían no sobrevivir la temporada de confinamiento —como sucede ya en muchos países—, lo que significará perder puntos de venta y un sitio importante para que los lectores se encuentren los prescriptores literarios.

Muchas editoriales no estaban listas para la necesidad de digitalización

Contar en el catálogo con e-books o audiolibros era algo que no todas las editoriales habían considerado y que juega hoy un papel importante en la cuarentena: su carácter global y facilidad de adquisición le dieron el extra que, de pronto, el libro en papel no pudo satisfacer. ¿Es necesario para la industria editorial estar presente en el mundo digital?, podría haber sido una pregunta en el pasado, hoy es ya una afirmación.

Las ferias del libro se cancelaron

Una de las facetas más importantes para editoriales, editores y agentes literarios son los encuentros que permiten la compra y venta de derechos en las ferias del libro. La primera en cancelarse fue la London Bookfair, y decenas le siguieron, entre ellas la Feria del Libro de Fráncfort —la más importante del mundo— que se realizó de manera virtual, después de que centenares de editores dudaran si valía la pena arriesgarse a posibles contagios. Perder estos espacios de encuentro probablemente tendrá repercusiones en lo que se publicará —o no—, en los siguientes meses.

Se modificó la forma de desarrollar eventos en torno al libro

Aunque aparecieron propuestas sumamente interesantes en las redes sociales de algunas editoriales, tanto pertenecientes a grandes grupos como independientes, la realidad es que eventos como firmas de libros, charlas, conferencias, encuentros y un largo etcétera, son un punto de venta importante para la industria editorial. Asimismo, aterrizándolo en la capital de la industria editorial en español, Barcelona, el 23 de abril se celebra Sant Jordi, considerado como uno de los eventos en torno al libro más importantes del año, donde se factura gran parte de lo que las editoriales ganarán anualmente: la imposibilidad de celebrarlo puso en jaque decenas de miles de euros.

Muchas reflexiones pueden salir de estos cinco factores y lo cierto es que muchos otros aparecerán y se decidirán en los siguientes meses. La cultura está sufriendo, como muchos otros eslabones sociales, pero es de suma importancia reflexionar desde cada arista, desde los comercios grandes y pequeños, acerca de qué es lo siguiente: ¿publicar menos? ¿Publicar más? ¿Dejar de publicar? ¿Buscar nuevos canales? ¿Renovar las estrategias para acercarse al lector y convencerlo de apostar por el libro? ¿Pensar en términos de lo digital? ¿Proponer nuevos canales para vender, para gestionar encuentros?

Son tiempos interesantes para estar vivos y trabajar en industrias que tienen más retos que nunca.

Nota

Federación de gremios de editores de España. (2020). Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España. Febrero.