El 16 de julio de 1984 el ciclista colombiano debutante en el Tour de Francia Luis Herrera, más conocido como ‘Lucho’, se escapa en el ascenso al Alpe d’Huez y deja atrás a uno de los mejores corredores de entonces, el francés Bernand Hinault. Lucho se anima a ir por la etapa y cuando sube el ritmo, Hinault no es capaz de seguirle el paso. Aquel día, un colombiano gana por primera vez una etapa en la competencia ciclística más importante. Un ciclista latinoamericano que era más amateur que profesional ha vencido en el acenso a más de un campeón de esos años.

Fue una marca profunda en el deporte la dejada por Lucho. En Europa, el ciclismo es el segundo deporte de mayor interés y convocatoria, sólo lo supera el fútbol. El ciclismo creció con las grandes competencias de ruta, que son un patrimonio para sus países: el Giro de Italia, el Tour de Francia y la Vuelta a España. El Giro y el Tour se corren desde la primera década del siglo XX, la Vuelta desde 1935. Para la década del 70, cuando el primer colombiano llega a competir al Giro, Martín ‘Cochise’ Rodríguez, el ciclismo en Europa ya era algo profesional. De hecho, él fue el primer ciclista colombiano en lograr ese status.

Los europeos han sido dominadores totales de este deporte, entre la lista de campeones o de los tres mejores son pocos los representantes de otras latitudes. Concretamente, suelen aparecer más de una vez ciclistas de Estados Unidos, Australia y Colombia. Para ser claro, entre los ciclistas estadounidenses no cuento a Lance Armstrong, quien perdió los siete campeonatos del Tour de Francia luego de que confirmara que se dopó para obtenerlos.

Entre otras curiosidades del ciclismo, los primeros corredores de raza negra no aparecieron hasta el siglo XXI. El primer corredor negro en portar una camiseta en una gran vuelta fue Daniel Teklehaymanot, de Eritrea, quien en el Tour de Francia de 2015 portó por varios días la camiseta de puntos rojos que lo señalaba como el mejor competidor en la montaña.

Arribo

La llegada de los ciclistas colombianos en un número considerable se dio en la década de los 80, luego que Alfonso Flórez Ortiz lograra ser campeón en el Tour de l’Avenir. Esta competencia fue creada en 1961 por Jacques Marchand para atraer ciclistas que no fueran profesionales. Muchos campeones de esta vuelta han sido grandes estrellas como el español Miguel Indurain, el estadounidense Greg LeMond o el francés Laurent Fignon. Para el año 1983, el equipo Colombia Pilas Varta llegó al Tour con una nómina de lo mejor del ciclismo nacional.

Para llegar allí, el país latinoamericano tenía, además de sus corredores, la carta de presentación que representaba la Vuelta a Colombia, la que era considerada la competencia ciclística más importante del continente americano. Fue allí que ‘Cochise’ Rodríguez se fue dando a conocer en los años 60. La nómina del equipo Colombia Pilas Varta era una selección de los mejores corredores de la competencia colombiana. Aún así había diferencias aún considerables entre la vuelta y el Tour. Señalemos dos: la primera era que en Francia se corría una semana más que en Colombia; La segunda, rodar un terreno conocido como pavé, un adoquín hecho con piedras de río que cuando se recorre en bicicleta genera una vibración difícil de manejar. Aún con esto, el equipo obtuvo resultados con el corredor José Patrocinio Jiménez, quien logró el segundo lugar en la clasificación de montaña y quedó en el puesto 17 de la general. Al año siguiente Patrocinio correría con el equipo español Teka.

Luego de la victoria en el Alpe d’Huez de Lucho Herrera, el ciclismo colombiano fue entrando en ritmo y alcanzó su mejor momento. Además de varias victorias de etapa, los colombianos comenzaron a convertirse en los campeones de montaña de las diferentes competencias. Fabio Parra, ciclista que en sus principios corrió con el Café de Colombia -primer equipo profesional de ciclismo colombiano- y luego lo hizo para el Kelme español, logró subir al podio y ser tercero en un Tour de Francia de 1988 y segundo en la Vuelta a España de 1989. ‘Pacho’ Rodríguez y Óscar Vargas fueron terceros en la vuelta ibérica también en 1985 y 1989 respectivamente. La cereza del postre, que también fue en España, fue cuando Lucho Herrara se proclamó campeón de ‘La Vuelta’ en 1987.

Desde entonces, fue más común ver colombianos rodando en equipos europeos. No eran líderes de sus escuadras, eran los elementos clave para la montaña. Así, la década del 90 dejó algunas victorias de etapa, pero no hubo muchos momentos de brillo como en antes. En parte, porque no se consideraba que pudieran ser más que gregarios.

Pelotón

En el programa Informe Robinson de Canal+ que se dedicó en su totalidad al ciclista colombiano Nairo Quintana, los ciclistas españoles del equipo Movistar contaron que la imagen de los corredores colombianos aún hoy tiene prejuicios de cuando apenas llegaban a Europa, que si bien se les reconocen sus dotes de escaladores, les falta rodar mejor en terreno llano y son a veces un tanto torpes al pedalear.

Pese a lo anterior, el flujo de colombianos a equipos europeos nunca se detuvo. Entre estos apareció al final de siglo pasado y comienzos de este, Santiago Botero. Sus victorias en el Tour y sus buenas posiciones al final de las competiciones del 2000, 2001 y 2002, lo hacían ver como el heredero de la generación de los 80. Penosamente, esta fue la época de dopaje más grande en la historia del ciclismo. Varios campeones de grandes vueltas de distintos países terminaron salpicados en lo que se conoció como la Operación Puerto. Aunque Santiago Botero aparece como cliente del médico Eufemiano Fuentes, líder de la red internacional de dopaje que la mencionada operación atacó, no hubo cómo confirmar que Botero se estaba dopando.

Por estos años, ocurrió otro caso curioso, el ciclista Victor Hugo Peña se convirtió en el primer colombiano en vestir la camiseta amarilla de líder en el Tour de Francia. Él era gregario de Lance Armstrong en el equipo estadounidense US Postal Service. Dado que esto pasó en el comienzo de la competición y debía seguir cumpliendo sus labores de equipo para que el líder de la escuadra ganara, terminó el Tour en el puesto 88.

Después, apareció el que muchos periodistas especializados llamarían la ‘nueva esperanza del ciclismo colombiano’: Mauricio Soler. A los 24 años y como debutante, se había adjudicado la camiseta de puntos rojos que lo acreditaba como campeón de la montaña en el Tour de Francia. En aquella ocasión terminó en la posición número 11. Si bien en los años siguientes abandonó algunas competencias, para el 2011 parecía aprovechar su experiencia para seguir mejorando. En ese mismo año, cuando era líder de la Vuelta a Suiza, sufrió un accidente grave que le causó un traumatismo craneoencefálico serio. Al año siguiente y luego de tratamientos y cuidados, el equipo médico de la clínica de Navarra, en España, determinó que Soler no podría competir más.

Fuga

Aunque en Colombia han surgido ciclistas de distintas partes de su geografía, el departamento de Boyacá es donde más ‘escarabajos’ han surgido (en Colombia, a los ciclistas se les llama escarabajos por el gran talento que comparten los insectos y los deportistas para escalar). Fabio Parra, Mauricio Soler, José Patrocinio Jiménez, Pacho Rodríguez y muchos otros que se han nombrado en este artículo, vienen de Boyacá. De aquí también son la mayoría de campeones de la Vuelta a Colombia. De aquí también es uno de los mejores ciclistas de la actualidad, Nairo Quintana.

Él heredó las cualidades que tuvieron muchos de sus coterráneos, como la habilidad de escalar al acostumbrarse a pedalear para ir de la escuela a la casa o a algún otro lugar en las montañas de la Cordillera Oriental, una de las tres cordilleras que tiene Colombia y que ‘cubre’ a toda Boyacá. La capital, Tunja, está a 2.800 metros del nivel del mar y otros municipios están a 3.000 o más. Esto se traduce en que los ciclistas boyacenses están acostumbrados a pedalear en lugares donde el aire escasea.

Además de todo esto, Nairo tiene una fortaleza mental que pocos ciclistas poseen, según lo dicho por la cabeza del equipo Movistar, Eusebio Unzué. En su primer Tour de Francia saltó de su puesto de gregario para ocupar el segundo lugar en el podio y llevarse la clasificación de la montaña, la del mejor joven y una etapa. En el 2014, logró coronarse campeón en el Giro de Italia y tuvo que retirarse de la Vuelta a España cuando era el líder por una caída.

En el último Tour de Francia, volvió a ocupar el segundo lugar, pero con una diferencia de tiempo menor y atacando en los últimos días al campeón Christopher Froome. Nairo dijo que perdió el Tour en la primera semana luego que un incidente lo retrasara y le hiciera perder un minuto y medio con la punta de carrera. En esta edición logró llevarse la camiseta de los jóvenes de nuevo. Nairo tiene 25 años y sus tres grandes rivales, Froome, Vincenzo Nibali y Alberto Contador, tienen 30 años o más.

En el Giro de 2014, Nairo venció al final a otro colombiano, Rigoberto Urán, la otra gran carta del ciclismo latinoamericano. Rigo, como suele llamársele, también tuvo que dar el salto de gregario a líder de manera inesperada cuando en el Giro de 2013 el capo del equipo al que pertenecía, Bradley Wiggins del Sky Procycling, debió retirarse por enfermedad. Urán ya había logrado escalar a la tercera casilla luego de vencer en la decimocuarta etapa que era de montaña. Rigo no fue inferior al reto y fue subcampeón.

Rigo comenzó a correr más por alternativa que por gusto. Su padre fue quien primero lo hizo andar en bicicleta los fines de semana, pero un grupo paramilitar, uno de los actores del conflicto colombiano, le quitó a quien fuese su primer entrenador un día en que Rigo no fue a montar con él porque la salida era muy temprano. Durante un tiempo le costó volver a montarse en una ‘cicla’. Sin embargo, cuando lo hizo mostró su categoría y logró convertirse en líder del equipo Etixx-Quick Step. Aunque el 2015 no fue su mejor año por problemas de salud que le han impedido dar lo mejor, tiene el potencial para lograr llevarse la ‘Maglia Rosa’, la marca del campeón del Giro.

Hoy por hoy, el futuro del ciclismo de Colombia no pasa por la Vuelta a este país. De hecho, la competencia ciclística ha perdido nivel ante la falta de patrocinios y la falta de una estrategia clara a la hora de convocar audiencias nuevas. Por dos años no hubo participaciones de equipos internacionales y el ganador fue Óscar Sevilla, expulsado del equipo T-Mobile por estar implicados en la Operación Puerto. Se necesita mucho más para que la competencia recupere el nivel que la situó como la mejor de América. Ahora ese apelativo lo lleva el tour de San Luis, que con menos de 10 años de historia ya ha logrado convocar a campeones de grandes vueltas e instaurar una versión para mujeres.

Los que desean ser ciclistas en nuestro país deben lograr destacar en su pueblo, en su región, llamar la atención de los cazatalentos y esperar que un ciclista nacional lo recomiende o un equipo lo quiera contratar, y así pueda lograr ser profesional, al amparo de un equipo que pueda pagar las costosas bicicletas de miles de euros y toda la plantilla de entrenamiento. Luego, mostrar que no sólo pueden escalar sino rodar para ser primeros en la línea final. Así puedan seguir sumando etapas a las 64 ganadas, a los 10 podios y a los 2 títulos que Colombia tiene en las grandes vueltas.

Nota del autor: Este artículo se escribió cuando la Vuelta a España no se estaba disputando. Sin embargo, es posible que algún otro ciclista colombiano haya logrado una etapa o ser líder de la competición. De ser así, pido excusas por no encontrarlo aquí.