Independiente Santa Fe, equipo de fútbol de Bogotá, Colombia, jugó el 9 de diciembre su último partido del 2015. Esa noche enfrentó al Club Atlético Huracán de Argentina en el juego de vuelta de la Copa Sudamericana, el segundo torneo de clubes en importancia después de la Copa Libertadores. El encuentro terminó 0 a 0 luego de 120 minutos de partido –210 si contamos que tampoco hubo goles en el primer encuentro–, así que todo se definió por penales. Santa Fe ganó 3-1 la serie y en su partido número 74 del año –sí, 74– se consagró campeón continental.

De todos los números escritos en el párrafo anterior, el más llamativo es el 74: para que un club latinoamericano logre jugar tantos encuentros tiene que avanzar en muchas competencias al mismo tiempo. Esto no es común. Aunque haya algunos equipos con una buena chequera que se dan lujos de traer jugadores de Europa, como el Tigres de México que compró a André-Pierre Gignac, las diferencias de nivel no son tan grandes y siempre hay nóminas con pocos ‘famosos’ que están dispuestas a dar la sorpresa.

Sin nombres de peso continental, Santa fe logró llegar a cuartos de final en el torneo de su país y en la Copa Libertadores, ser subcampeón de la Copa Colombia y campeón de la Superliga colombiana y la Copa Sudamericana. Para mayor claridad: en varios países latinoamericanos se juegan dos ligas por año, cada una en un semestre. La Superliga de Colombia enfrenta a los dos campeones del año anterior en enero.

Pero hasta aquí todo se ve como una acumulación de datos nada más. El hecho de que un equipo juegue 74 partidos es una carga emocional demasiado alta para un hincha. Son 74 posibilidades de que se gane, se empate o se pierda; son 74 ocasiones para alegrarse por un gol anotado o enojarse porque se recibe uno; son 74 veces en las que se insultó al árbitro desde el estadio o al frente de la pantalla. 74 juegos son demasiados.

Todo esto se puede elevar a una potencia X cuando los hinchas, jugadores, directivos y periodistas coinciden que Independiente Santa Fe es un equipo que gana pero sufre. Como muestra, la final de 120 minutos y 7 penales cobrados.

Esos ‘74’ también dejan marca en el cuerpo de los jugadores. Los clubes de este lado del mundo no suelen tener el dinero para invertir en los equipos y tratamientos físicos con los que cuentan muchas escuadras europeas. Preparar y mantener físicamente a los jugadores para 74 partidos es un reto, uno que el cuerpo médico y los preparadores físicos lograron superar. Sí, hubo lesiones que mermaron una nómina inicial menor a 20 futbolistas, lo que obligó a jóvenes canteranos a mostrar si estaban a la altura.

El mejor cierre para esos 74 juegos es la conquista del primer torneo internacional por parte del equipo, algo que todos los allegados al club disfrutarán más que en 2013, cuando Santa Fe jugo 76 partidos y solo pudo llevarse un título en enero, la Superliga.

El próximo año se vienen 7 torneos: las dos ligas en Colombia, la copa del mismo país, la Copa Libertadores, la Copa Sudamericana, la Recopa Sudamericana –campeón de Libertadores contra campeón de Sudamericana– y la Copa Kirin –campeón de la Copa Sudamericana contra campeón de la liga japonesa (¿?)– ¿Logrará romper su propio record de partidos?

Número de encuentros que jugó Independiente Santa Fe

Liga colombiana: 42 Copa Colombia: 8 Copa Libertadores: 10 Copa Sudamericana: 12 Superliga: 2

Nota

En Sudamérica los equipos pueden jugar los dos torneos internacionales porque se juegan en momentos distintos. Si un equipo logra los dos cupos por ganar dos torneos diferentes o por acumular puntos, lo puede hacer.