Una de las figuras más incómodas actualmente para amplios sectores de la sociedad española es la del futbolista catalán de Fútbol Club Barcelona Gerard Piqué, y lo es por méritos propios; piensa lo que dice y dice lo que piensa, con opiniones altamente controvertidas en el escenario político actual y con ataques velados a lo que representa el Real Madrid y otros aspectos de la sociedad española. Especialmente remarcables son sus opiniones en lo que se refiere a la independencia de Cataluña, a favor de la que nunca se ha posicionado, pero la que sí ha expresado repetidamente que hay que someter a referendo.

El jugador es una rara avis en el mundo del fútbol; tiene inquietudes culturales, políticas y empresariales, que incluyen cursos de verano en Harvard, este sí que Harvard y no Aravaca, que en algún caso le ocasionaron incorporarse con algún día de retraso a concentraciones de la Selección Española. Es, por tanto, alguien con mejor formación que muchos líderes políticos del país y probablemente más listo e inteligente que la mayoría de ellos.

A pesar de todo, lo controvertido de sus opiniones hacen que se coja con desprecio todo lo que viene de su boca, especialmente en algunas zonas del país y en algunos estamentos de la sociedad. Eso podría ser comprensible si sus opiniones fueran ataques a sectores de la población, pero raramente lo son. Un buen ejemplo se ha vivido recientemente, cuando dijo que iríamos mejor como país si se hablara menos del VAR (Sistema de Video Arbitraje implantado este año en el fútbol patrio) y se comentara más el juicio a los políticos del llamado procés catalán, entendiendo, también, que la idea se podía extrapolar a, en general, hablar menos del deporte y banalidades y prestar más atención a temas más importantes. La respuesta más comentada llegó del mediático periodista radiofónico Carlos Herrera, alguien que tuvo una buena reputación durante décadas y que se ha destapado recientemente como un mamporrero ultraconservador y muy arrogante, que lo insultó y lo llamó «Gerado», tomando la españolización de su nombre despectivamente, o sea, otro ataque al jugador. Cuando el propio central del Barça expuso los hechos al ser preguntado, la evidencia hizo que al periodista no le quedara otra que disculparse.

Pues bien, Herrera sigue gozando de popularidad y se ríe por sistema del que piensa diferente, al que además no duda en atacar. Piqué pidió hablar más de temas importantes y escucharnos todos. Se puede estar de acuerdo con quien uno quiera, faltaría más, pero las formas delatan mucho a uno y a otro. Y duele comentar cuál de los dos recibe mejor tratamiento en el país hoy día.

Para la España que se vende en los medios de comunicación mayoritarios es una figura mucho más cómoda Sergio Ramos, por ejemplo, quien es aficionado a tradiciones hoy día consideradas salvajes como los toros, no representa un ejemplo de educación ni de cultura y no muestra inquietudes ni sensibilidad por ningún tema social, pero juega en el Real Madrid y exhibe la bandera rojigualda cada vez que puede.