Si la política económica venezolana fuera un niño, tendría que recibir bajo de su arbolito de Navidad un paquete lleno de carbón. Los resultados previstos para el cierre del ejercicio 2014 son muy alarmantes, al ser, junto con Argentina, el único país de la región que registrará una caída de su Producto Interno Bruto (PIB), además de alcanzar una de las inflaciones más exuberantes del mundo.

El informe Perspectivas Económicas Mundiales del Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que el PIB venezolano se contraerá un 3% al terminar el año, unos resultados que le distancian del crecimiento medio previsto para la región sudamericana del 0,7%, así como la de América Latina y el Caribe del 1,3%. Las previsiones del FMI revelan el rápido deterioro de la economía venezolana, ya que, en el primer trimestre del año, el estudio de SR Solchaga Recio, Perspectivas América Latina 2014 estimaba una caída del PIB hasta el 0,6%. Lo que indica que, en sólo nueve meses, se ha agudizado vertiginosamente la contracción del Producto Interno Bruto.

Los cimientos de la economía venezolana se agrietan un poco más ante la incontrolable tasa de inflación. Para el economista Pedro Palma, el año cerrará con un índice inflacionario que oscilará entre 72% y 75%. Unas cifras que, incluso, superan las estimaciones del FMI, que espera una tasa del 64,3%. Indiferentemente del dato que se prefiera asumir, Venezuela terminará el ejercicio, una vez más, con la inflación más alta del mundo, superando a otros países como: Sudan, Irán o Argentina.

Jesús Cacique, reconocido economista venezolano, destaca que el problema inflacionario se remite al año 2003, cuando entró en vigencia tanto el control de precios como el de cambio. “El objetivo del control de precios era abatir y controlar la inflación. Desde entonces (año 2003) la inflación acumulada hasta el mes de mayo (del 2014) es de 1.360%, eso significa que en materia inflacionaria el Gobierno no ha atacado la raíz, la liquidez monetaria; que, desde agosto de 2013 hasta agosto de 2014, se ha incrementado en un 70%”, precisa. La hostilidad de la economía venezolana también ha llevado a que, en 2014, ascendiera el número de empresas que cesaran sus operaciones en el país. Si bien el cierre de Clorox es el caso más recordado del año, también hay que tomar en consideración que, entre 2001 y 2014, ya son más de 200.000 compañías las que han desaparecido, según el Reporte Global de Competitividad 2014-2015 presentado por el Foro Económico Mundial.

La combinación de estos factores, aunados a la corrupción, las expropiaciones, la falta de seguridad jurídica y la caída en más del 50% de la inversión extranjera directa, hacen que la economía venezolana tenga la misma estabilidad que un castillo de naipes en medio de una gran tormenta. Una situación que, previsiblemente, no mejorará para 2015.

Otros 12 meses de naufragio

La economía venezolana no tendrá un respiro durante 2015. Ante la ausencia de un cambio en las políticas económicas y las fuertes fluctuaciones de los precios del barril de petróleo, los indicadores seguirán con una tendencia negativa que, sin embargo, se verá disimulada por el efecto de los procesos electorales que se celebrarán durante el próximo año.

La agencia de calificación Moody´s prevé que, en 2015, un repunte del gasto de cara a unas elecciones parlamentarias, hecho que “empujará la economía a una pequeña expansión de 1,2%”. Una estimación muy cercana a la realizada por el FMI, que sitúa el desarrollo del PIB en 1%. El incremento del gasto, no obstante, agudizará el crecimiento de la inflación. Por ejemplo, para el economista Pedro Palma, el próximo ejercicio podrá alcanzar un índice inflacionario de tres dígitos, al oscilar entre 110% y 120%. Una situación que no ocurría en Venezuela desde hace 18 años, cuando los efectos de la crisis financiera de 1996 dispararon la tasa hasta el 103%, en el gobierno de Rafael Caldera.

A pesar de que el presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, coincide en que Venezuela podrá tener una inflación de tres dígitos ante “una agudización de la regulación de precios”, el FMI es más conservador en sus pronósticos y calcula un índice total del 62,9%. En todo caso, estos resultados volverán a situar al país latinoamericano como líder internacional de los rankings de las inflaciones más elevadas del mundo. Los analistas apuntan que, ante la trágica situación económica, resulta previsible una nueva devaluación de la moneda durante 2015, una medida que tendría por objetivo intentar lograr la unificación entre los tipos de cambios existentes. Una medida que, de concretarse, podrá disparar, aún más, la inflación nacional.

Las medidas económicas previstas para 2015 no podrán, sin embargo, evitar los profundos problemas de desabastecimiento que afronta la población, quienes deben soportar horas en cola para acceder a una cantidad limitada de ciertos productos de la canasta básica. En este sentido, los próximos 12 meses serán la continuación del largo naufragio ocasionado por el desplome de la economía venezolana.