En una ciudad de más de ocho millones de habitantes es casi imposible que no existan altas dosis de caos, de tráfico lento, de ruido y de contaminación. Hay múltiples medidas que con los años varias urbes han tomado para crear conciencia e intentar reducir un poco todo ello como son los días sin automóvil. Esta clase de eventos se van incrementando por el mundo para concienciar y apoyar formas alternativas de transporte.

En Bogotá he tenido la oportunidad de vivir varios de aquellos "día sin carro", que son normalmente en mitad de la semana y en los que solo pueden salir a la calle vehículos de servicio y transporte público. Aunque mucha gente aprovecha la ocasión para salir en bicicleta e ir caminando a sus destinos, también se siente la sobrecarga en el transporte público.

Esta es una iniciativa que se lleva a cabo en varias ciudades del mundo a lo largo del año, habiendo sido las primeras algunas europeas debido a crisis de combustibles de los años 50s. La idea actual se basa más en el apoyo a las ciudades accesibles, en el cambio en las formas de movilización y para estimular la creación de ciudades más verdes.

Concretamente en Bogotá el día sin automóvil se lleva a cabo desde el año 2000 una o, en ocasiones, más veces al año y es considerado uno de los eventos de este tipo más grandes de todo el mundo. Y esto se debe en parte al gran tamaño de la ciudad, así como a que todos los vehículos privados están prohibidos en toda ella, inclusive las motocicletas.

Este día para muchos es casi una jornada de fiesta ya que pueden salir por las calles principales en sus bicicletas, caminando y hasta en patines, sin tener la preocupación de algún vehículo cruzándose en su camino y amenazando su vida. Además se hacen diversas actividades lúdicas para mostrar las ventajas de dejar el carro en casa.

Otra gran ventaja es la disminución de los niveles de contaminación, al menos por un día, que es uno de los grandes problemas de muchas urbes. La Secretaría Distrital de Ambiente de Bogotá estimó en el último evento que la contaminación causada por vehículos mostró una disminución de un 21%, así que por lo menos un día es posible respirar un aire de una calidad un poco mejor.

La otra cara de la moneda está en los habitantes de la ciudad que viven muy lejos de sus destinos o que no tienen la posibilidad de ir caminando o en bicicleta, quienes tienen que aguantar largas filas y todo el transporte público más lleno de lo normal. Y en la parte comercial también se reporta una disminución de las ventas en ese día.

A pesar de esos puntos negativos, los días libres de automóviles cada vez se van extendiendo a más ciudades de todo el mundo y se ha ido consolidando como una muestra de un futuro menos dependiente en vehículos motorizados personales, además de más enfocada a las formas de transporte alternativas.

Esta clase de eventos se pueden disfrutar en otras ciudades como Toronto, Montreal, Yakarta, Caracas, Washington D.C., Ámsterdam, Rotterdam, Ciudad de México, Medellín, San Francisco y en Manila, entre muchas otras. Normalmente se hacen en días domingos durante todo el año y se aprovechan para también hacer varias actividades de deportes y entretenimiento.