En su famoso discurso en la ceremonia de graduación de la Universidad de Stanford, el ya fallecido Steve Jobs, otrora presidente de Apple, dijo: “La única forma de hacer un gran trabajo es amar lo que haces. Si aún no lo has encontrado, sigue buscando. No te conformes. Igual que con todos los asuntos del corazón, cuando lo encuentres lo sabrás”.

¿Cuántas veces no hemos soñado en ese utópico momento en el que ganamos la lotería y entramos en el despacho de nuestro jefe a decirle que dejamos el trabajo? Si esto pasa por vuestras cabezas se debe, en unos casos a que no hay buena sintonía con vuestro superior (un hecho que sin duda daría para otro artículo) y en otros tantos porque estáis cansados, aburridos o desmotivados con vuestro trabajo.

Según un estudio sobre clima laboral realizado por OpenMet People a principios de 2014, 8 de cada 10 trabajadores españoles está contento con el trabajo que realiza, lo cual es una cifra muy elevada, pero en este mismo estudio se constata que el 59% de los encuestados considera que no recibe un salario ajustado a su esfuerzo, interés y dedicación. Por otro lado, otro estudio realizado por la consultora Kelly Services a escala mundial en 2013 reflejaba que el 43% de los trabajadores habían pensado en más de una ocasión abandonar su trabajo y el 18% se encontraba totalmente desmotivado.

Las principales razones por las que la gente empieza a, literalmente, odiar su trabajo son el micromanagement o la supervisión constante por parte del jefe, la falta de crecimiento dentro de la empresa, la inseguridad laboral, la falta de liderazgo, de reconocimiento por el trabajo bien hecho, de comunicación, el mal ambiente laboral y el aburrimiento.

Ahora que tanto oímos decir aquello de “necesito ya las vacaciones”, es el momento para reflexionar y pensar si se está lo suficientemente motivado y tomar la decisión, por qué no, de cambiar de aires. En los últimos meses parece que el mercado laboral se empieza a mover en España, al menos un poco más que en los últimos años, por lo que es un momento perfecto para empezar a ver “cómo respira” el mercado. Es, igualmente, un momento positivo para aquellos que se han visto envuelto en un ERE o han dejado recientemente su empresa o cargo para cambiar de aires.

Pero, ¿cuáles deberían ser los siguientes pasos? ¿Por dónde empezar? Resumo a continuación varias claves a la hora de buscar nuevo trabajo, ya sea desde dentro del actual o desde el paro, que he aprendido en los primeros meses en los que he participado en el programa de outplacement o recolocación de empleados de la empresa Right Management.

Crea un buen CV

Esto puede sonar a obviedad pero la realidad es que la mitad de las veces creemos tener un buen resumen de nuestra vida laboral y lo que tenemos escrito en papel es un mero “job description” que no refleja lo más importante que son los logros que hemos conseguido a lo largo de nuestros años en diferentes empresas. Piensa en los beneficios que supuso aquello que hiciste, los reconocimientos internos que te dieron y plásmalo para demostrar no solo qué haces o hacías sino lo bien que lo has hecho.

Según un estudio de TheLadders, empresa norteamericana de búsqueda de empleo, los reclutadores pasan una media de seis segundos antes de decidir si el candidato encaja o no en el puesto ¡Solo seis segundos! Por eso es vital que comiences tu CV con un párrafo de resumen, antes de detallar tu experiencia, que haga que aquel que lo lea no solo pueda hacerse una idea de quién eres y qué haces a golpe de vista sino que se enganche y quiera seguir leyéndote. En curriculumfacil.es se muestran ejemplos de cómo debería ser dicho perfil.

Lo idóneo es que el CV no ocupe más de dos páginas, y es mejor no incluir aquellos cursos, conferencias y seminarios que hiciste hace 4 años y que no aportan valor alguno. Y si has pasado por muchos trabajos, resume los más antiguos que realizaste en una línea agrupándolos en una horquilla temporal. Lo importante es lo último que has hecho, y siempre recuerda añadir los logros.

Prepara bien una futura entrevista

Aunque aún no estés inmerso en un proceso de selección, no está de más que vayas preparando la entrevista. Hay preguntas que seguro te hacen: ¿Qué crees que puedes aportar a esta empresa? ¿Por qué deberíamos escogerte a ti y no a otra persona igualmente cualificada? Pero sin duda lo que has de prepararte bien son tus puntos fuertes y tus puntos débiles. Es mejor empezar respondiendo lo que te describe de forma positiva. Para ello debes llevar preparados entre tres y cuatro puntos fuertes que tengas, para luego proceder a comentar (solo si te lo preguntan) aquello que deberías mejorar (no caigas en la trampa de decir “lo que no sé hacer” o “lo que se me da peor”). Siempre hay que hablar en positivo e intentar que los puntos débiles provengan de los fuertes, y comentar qué es lo que estás haciendo para mejorar en este aspecto. Ejemplo: “a veces mi mesa está muy desordenada, pero es debido a que soy una persona multitarea y no me paro a ordenarla tanto como debería… aunque suelo apuntarme en la agenda una hora a la semana para ponerlo todo en orden”. O “en ocasiones soy impaciente porque me gusta trabajar en entornos rápidos… pero a la vez soy flexible y me adapto con facilidad a la velocidad que lleva cada compañía y voy aprendiendo a tener más paciencia”. Dos consejos: nunca digas lo de “soy demasiado perfeccionista” como punto débil. Te habrás cargado la entrevista porque es una respuesta de manual y muy manida. Cámbialo por un “a veces me centro demasiado en los pequeños detalles”. Es realmente importante que lleves preparados tus áreas a mejorar. Si te quedas en blanco y no sabes qué responder, el reclutador no lo verá bien y habrás perdido una oportunidad. La consultora de recolocación de profesionales Moa BPI Group ha trabajado las 100 preguntas más habituales que te vas a encontrar en una entrevista[1].

Actualiza y mejora tu perfil de LinkedIn

Es vital que tengamos un perfil al día y en condiciones en LinkedIn. Entre las muchas cosas que debes tener en cuenta, una de ellas es el extracto o párrafo introductorio. Al igual que en el caso del CV, esto es lo primero que leerán los reclutadores, y que sigan interesados por ti dependerá de ese primer texto. La foto también es vital. Nada de fotos realizadas durante las vacaciones y en las que apenas se te vea. Mejor una foto con fondo plano, en la que se te vea bien y salgas sonriendo. Los mejores consejos para tener un perfil de 10 y las formas de ser más visible en los resultados de búsquedas las encontrarás en el blog de Pedro de Vicente[2].

Localiza a los cazatalentos

Haz una lista de los principales cazatalentos. Una vez que los tengas localizados, busca en su página web al consultor que gestiona tu área o sector para mandarle un email con el CV. Una fuente muy buena para encontrar caza talentos nacionales e internacionales es allheadhunters.com

Haz una lista de empresas objetivo

Incluye las top 5/10 empresas en las que te gustaría trabajar y mira en sus páginas web si actualmente tienen puestos abiertos. Igualmente, busca a la persona a la que tendrías que enviar tu CV, generalmente del departamento de recursos humanos o el que sería tu jefe directo. Si buscas a estas personas en LinkedIn igual tienes contactos que les conocen y eso podría ser una puerta abierta para llegar a ellos. Y, por supuesto, ni dudes a la hora de pedirles formar parte de su red de contactos. Seguro que no tienen problema. Deberías saber que actualmente el 80% de los puestos de trabajo se consiguen a través de contactos, según datos de ProMatch.

Rastrea en webs de búsqueda de empleo

Infojobs, Job & Talent, Monster, LinkedIn, Michael Page…etc. cuelgan todos los días diferentes ofertas y puedes suscribirte a su newsletter para que te lleguen directamente a tu buzón de correo. Según la consultora CEAC los puestos más demandados en 2015 son ejecutivos de marketing, desarrolladores de software y web, ingenieros industriales, enfermeras, jefes de ventas, logopedas, fisioterapeutas, administradores de servicios médicos y de salud y de redes y de sistemas informáticos.

Conocete a ti mismo como trabajador

Existen diferentes tests que miden tu nivel de liderazgo o tu personalidad como empleado o jefe. Un ejemplo es el test del Método Birkman ©, una herramienta que identifica las pasiones, los comportamientos, los intereses y las motivaciones de las personas tanto en el ámbito laboral como en el personal. La herramienta está diseñada para medir con precisión y entender el potencial individual, clarificando las fortalezas, los intereses y las metas de las personas, sus estilos de liderazgo, de pensamiento, y las necesidades que considera fundamentales para desplegar sus actitudes más eficientes y manejar los factores estresantes que dificultan su desempeño. Es muy interesante para conocerte más y saber en qué entornos encajarías mejor. En Internet se puede encontrar una versión resumida del test[3]

Pide una evaluación 360º

Si actualmente estás trabajando, pídele a tu jefe que te haga una evaluación 360º entre las personas con las que trabajas en el día a día. Para ello solo tienes que hacer una lista con los nombres de dichas personas, compartirla con tu jefe y que este les solicite (vía email normalmente) que indiquen tus áreas fuertes y tus áreas de mejora. Así podrás saber de primera mano cómo te ven los demás y qué es lo que realmente tienes que perfeccionar. En el caso de que ahora mismo no estés trabajando, no dudes en pedirle que te respondan a estas dos cuestiones aquellas personas con las que trabajaste y con las que sigas manteniendo cierto contacto.

A todos estos consejos, yo añado dos de cosecha propia.

Mentalidad de cambio

Hay que estar dispuesto a cambiar de trabajo y estar seguro de que se quiere salir de la zona de confort para enfrentarse a procesos de entrevistas y dedicar tiempo a prepararse para una nueva situación. Es muy fácil acomodarse y hacer sota, caballo y rey en el mismo trabajo de siempre, pero si realmente quieres cambiar de aires o incluso de sector, o estás desmotivado, es importante creer en ti mismo y en que eres capaz de desarrollar tus habilidades en otro entorno diferente al que estás habituado. Y pensar, incluso, si se estaría dispuesto a tener un salario ligeramente inferior a cambio de un proyecto ilusionante y en el que, a largo plazo, se pueda encontrar satisfacciones personales y, por qué no, monetarias si se progresa y se desempeñan bien las funciones.

En el caso de que no estés seguro de si quieres seguir trabajando por cuenta ajena o por el contrario desarrollar tu propia empresa, Internet está plagado de ejemplos, consejos y guías de cómo empezar desde cero y emprender. Si eres mujer, recomiendo el blog de oyedeb.com, desde el que su autora, Deborah Marín, comparte ideas y reflexiones para emprender a la medida de cada uno.

Formación continua

En cualquier momento, tanto si estás pensando en cambiar de trabajo como si no, sigue formándote y aprendiendo. Ahora es sencillo y barato gracias a los MOOC (Cursos Online Masivos y Abiertos) que hay por toda la red. Igual necesitas ampliar tus conocimientos en materia de liderazgo y gestión de equipo o conocer más acerca de la inteligencia emocional, o de alguna materia específica desde psicología, IT, marketing, matemáticas…etc. Los cursos están disponibles en cualquier lengua y son impartidos por empresas y por prestigiosas universidades tanto españolas como internacionales. Podrás encontrarlos en webs como mooc.es, Coursera, Miriadax, Womenalia, edX, Udacity, NovoEd o Udemy.

Como dijo Confucio: “escoge un trabajo que te guste y no tendrás que volver a trabajar un solo día de tu vida”. ¡Suerte!

Enlaces de interés

[1] Las 100 preguntas más habituales que te vas a encontrar en una entrevista
[2] Consejos para tener un buen perfil en Linkedin
[3] Test abreviado del Método Birkman