Podría decirse que una de las profesiones que más se ha visto afectada por la irrupción de Internet en la sociedad es el periodismo; y esto no lo digo en sentido peyorativo, sino porque ha significado un cambio tremendo para la profesión. Y, como en todos los grandes cambios, los principios suelen ser periodos de confusión e incertidumbre.

En el caso del periodismo, el cambio ha sido especialmente duro y la profesión quedó especialmente tocada, pero no murió. Poco a poco empieza a recuperarse de los golpes y todo indica que no solo conseguirá levantarse, sino que además es posible que logre alcanzar un prestigio nunca antes conseguido. Sé que es una afirmación arriesgada, pero haciendo una pequeña retrospectiva de los últimos quince años -catorce y medio si contamos desde el inicio oficial del siglo XXI- he podido ver cómo una profesión ha pasado de ser ninguneada a convertirse en algo más necesario que nunca.

Pero no nos adelantemos aún a los acontecimientos y empecemos desde el principio, lo que sería la...

Muerte del periodismo

Por si alguien no se percató de ello en su momento, la generalización del uso de Internet por parte de la sociedad provocó una explosión de blogs, diarios digitales, webs de opinión e información y un largo etcétera, lo que causó un daño severo a los medios de comunicación tradicionales. Vimos cómo hubo grandes periódicos que redujeron su plantilla a la mitad y, en general, a lo largo de la geografía española se fueron destruyendo puestos de trabajo a buen ritmo, al tiempo que las universidades seguían produciendo periodistas. El colapso era obvio.

Estábamos en un momento en el que no se veía rentable pagar a un profesional por generar contenidos en un periódico de tirada nacional cuando el público podía encontrar la información que quisiese de forma completamente gratuita. Los medios veían cómo webs de contenidos amarillistas se llevaban el magro de la publicidad, o cómo surgían webs de información con costes muy inferiores en donde los textos de las noticias eran un simple "cortaypega" de otras webs. La calidad de los textos e informaciones pasó a un segundo plano para que primasen la inmediatez y la espectacularidad.

Otro factor a tener muy en cuenta es el visual. Tal y como ocurrió en los informativos de televisión desde sus inicios, siempre prevalecían aquellas noticias que tuviesen imágenes. Ello provocó que en muchas ocasiones un hecho no noticioso se convirtiera en noticia solo por tener imágenes, cosa que se ha multiplicado exponencialmente con la llegada de Internet. Sin embargo, en esos primeros años del siglo, aún no habían aparecido los móviles con cámara y, cuando llegaron, tampoco tenían la calidad de hoy en día. A pesar de ello ya pudimos ver las primeras imágenes de móvil en los informativos de la noche.

Llegados a este punto, el uso de corresponsales y enviados por parte de los medios se redujo considerablemente; y es que, si lo pensamos fríamente, ¿para qué vamos a enviar una unidad móvil cuando va a llegar tarde al lugar de los hechos, y más aún cuando ya hay catorce grabaciones de particulares circulando por la red del justo momento del hecho? Todo eso se había convertido ya en un gasto inasumible y absurdo.

Estábamos en el punto en el que los medios no podían competir contra los blogs de particulares. Sin embargo progresivamente se fue dando una sobresaturación de información mal contrastada, parcialmente o totalmente falsa, la cual se preveía acabaría dando un nuevo impulso a la profesión.

He de decir que aunque este factor ha sido bastante determinante, han sido la casualidad histórica y las peculiaridades del comportamiento humano las que han acelerado considerablemente el proceso, que para seguir en la línea del artículo voy a definirlo como la...

Resurrección

Como he dicho, este resurgir del periodismo lo achacaría a tres factores principales: sobresaturación de información, factores históricos y comportamiento humano. Voy a ir uno por uno para intentar no liarme y poder explicar esto lo más correctamente posible.

La sobresaturación de información es algo que salta a la vista sin tan siquiera fijarse en ello. La ingente cantidad de informaciones falsas o parcialmente incorrectas ha provocado en los usuarios la necesidad de acceder a webs que les garanticen la información más fidedigna posible. A esto se le puede sumar el hecho de que se ha empezado a demandar una mayor calidad en los textos, ya no solo de contenido, sino de forma. Ya no les valen textos de opinión disfrazados de noticias, refritos de otros medios, o artículos con una calidad de redacción cuestionable.

En cuanto a los factores históricos, he de puntualizar que el análisis que hago es -lógicamente- desde mi punto de vista, el de un periodista y usuario español; por ello y para no meterme en camisas de once varas, quiero matizar que la sociedad de la que hablo y la que analizo es la española, y si bien podría ser extrapolable a otros países, prefiero que sea el lector el que trace sus propios paralelismos.

Los factores a los que me refiero son la crisis económica y política que hemos sufrido a lo largo de los últimos años. Por un lado la crisis económica ha conseguido que la sociedad española se preocupe más de la política. Como detalle, quisiera señalar que unos años antes era mucho más común escuchar la frase "a mí no me interesa la política" que ahora. La gente ha podido comprobar en sus propias carnes cómo las decisiones políticas que se tomaban -y se toman- en el seno de la Unión Europea, organismos que sentían en parte como ajenos y distantes, tenían repercusiones directas sobre su vida diaria, y comprendieron que aunque ellos se desentendieran de la política, esta no se va a desentender de ellos.

Por otro lado, la crisis política experimentada en España, especialmente con todo el tema de la corrupción en la que tantos partidos e instituciones se han visto envueltos, ha conllevado la generalización de informaciones en los medios con claras intenciones partidistas. La objetividad se ha ido erosionando y las informaciones se han politizado sobremanera, lo que ha tenido como resultado que paulatinamente más usuarios prefieran aquellos medios de información que no rindan pleitesía a uno u otro partido u organismo. La exigencia de una mayor objetividad se va haciendo cada día más patente.

Por último he mencionado el comportamiento humano como uno de los factores que han provocado esta mejora en la salud del periodismo. Esto lo digo porque, si hay algo que se puede apreciar cada día en la red de redes, es que a la comunidad de usuarios le encanta señalar cuándo alguien está equivocado. En el caso de un artículo periodístico, si hay alguna referencia errónea, algún dato mal interpretado o incluso una leve falta de ortografía, no pasará mucho tiempo hasta que alguien lo puntualice en los comentarios. Con esto obligan a los periodistas a contrastar mejor las fuentes, a no utilizar datos arbitrariamente y a poner más cuidado en la redacción. Podría decirse que estos tres puntos son el abc de la profesión periodística, aunque lamentablemente los hemos echado en falta en multitud de ocasiones.

Todos estos factores van moldeando un público cada vez más exigente, que demanda unos periodistas más respetuosos con su profesión; y aunque aún queda camino por recorrer es alentador ver cómo poco a poco van cambiando las cosas. El periodismo de investigación vuelve a estar en boga y ha sido el responsable de sacar a la luz verdaderas bombas informativas en los últimos años. Y los programas informativos han proliferado considerablemente en la parrilla.

En cuanto a Internet, querría acabar este artículo señalando que la red ya supero su infancia y se adentró en su adolescencia, pero ya se empieza a vislumbrar un posible fin de la misma y quizá podamos ver algún día cómo la comunidad de usuarios alcanza su madurez. Creo que ese paso será necesario en algún momento, el cómo se dé es algo que aún no podemos ni imaginar.