España pierde población a un ritmo de 2.100 habitantes mensuales, 72 cada día. Con este dato, la población española ha vuelto a alcanzar en los primeros seis meses de 2016 un crecimiento vegetativo negativo por segunda vez en un primer semestre desde 1999.

Esto significa que el número de defunciones ocurridas en España vuelve a superar al de nacimientos. En concreto, en 12.998 personas. Es decir, cada vez quedan menos españoles salvo que la inmigración lo arregle. Y es que el 17,9% de las mujeres que fueron madres durante este periodo no tenían nacionalidad española.

Así se desprende de los números que ha publicado el Instituto Nacional de Estadística sobre movimientos de población. Los datos muestran un crecimiento vegetativo no tan negativo como el del mismo periodo de 2015. Un año que terminó por convertirse en el primero en que las muertes superaron a los nacimientos desde 1941.

Entre enero y junio de 2016 nacieron en España 195.555 niños, la cifra más baja en un primer semestre desde 2011 y un 4,6% menos que hace un año, lo que supone retomar la tendencia decreciente que se inició en 2008 y que se interrumpió durante 2014.

Sin embargo, también disminuyó el número de muertes. En este periodo fallecieron 208.553 personas, un 7,8% menos. La población española ha registrado, así, un saldo negativo de 12.998 personas pese a que el número de defunciones ha caído respecto al pasado año.

Uno de los factores que este año han influido en el menor número de defunciones es la menor virulencia durante este periodo en 2016. Las cifras de defunciones de personas mayores este año ha sido poco habitual, no habrá que sorprenderse cuando en el próximo año la cifra aumente.

En cuanto al número de nacimientos, el INE aduce al retraso de la edad en el que las parejas tienen el primer hijo para la baja natalidad. La crisis ha ocasionado una caída de la maternidad, como es lógico, y también ha hecho que se aumente el flujo de emigraciones al exterior.

Desde 2008, cuando nacieron 519.779 niños (el máximo en 30 años), el número de nacimientos se ha reducido en casi un 20%.

También destaca que continúe el descenso del flujo de inmigraciones del exterior. No hay que olvidar de que, en 2007 -cuando entraron 700.000 personas- España superaba en flujos de inmigración exterior a países que han sido históricamente receptores de ésta, como Estados Unidos.

En todos los países que muestran una estructura demográfica natural de población similar a la de España se apoyan en la inmigración, donde tiene un papel importante y nosotros vamos a tener que aumentar este dinamismo también si no queremos que España sea país para viejos.

También se registra un descenso del 2,7% de matrimonios, con respecto al mismo periodo del año anterior, según datos provisionales. De enero a junio se produjeron 68.560 matrimonios.

Desde el INE explican que, como norma general, los primeros semestres de cada año suelen tener mayor mortalidad y menor natalidad que los segundos y que un saldo vegetativo negativo —la diferencia entre nacimientos y defunciones— durante el primer trimestre no implica necesariamente que se mantenga para el conjunto del año.

Menos bebés en Cataluña, Melilla y Aragón

Por comunidades, en las que más han aumentado los nacimientos son Illes Balears (un 1,5%), la ciudad autónoma de Ceuta (0,8%) y Principado de Asturias (0,6%). Los descensos más significativos los han registrado Cataluña (–9,0%), la ciudad autónoma de Melilla (–7,4%) y Aragón (–6,0%).

El número de defunciones disminuyó en todas las regiones y solo creció en la ciudad autónoma de Ceuta (3,6%). Los mayores descensos se han dado en La Rioja (–10,9%), Aragón (–10,2%) y Extremadura (–9,9%).

En cinco comunidades autónomas la cifra de niños nacidos superó a la de las defunciones: Comunidad de Madrid (8.013), Andalucía (2.309), Región de Murcia (1.582), Illes Balears (914) y Canarias, así como en las ciudades autónomas de Melilla y Ceuta. En todas ellas, excepto en Canarias, el saldo vegetativo ya fue positivo en el primer semestre de 2015.

En el primer semestre de 2016 fueron diez las regiones españolas que presentaron un saldo vegetativo negativo, con Galicia (-6.951), Castilla y León (-6.093), Asturias (-3.522) y la Comunidad Valenciana (-2.046) a la cabeza.