Nuestro país cae cuatro puestos en la clasificación global del Foro Económico Mundial. Su puntuación se ha visto reducida por el descenso de oportunidades y la participación económica de las mujeres

“Poco a poco avanzamos hacia la igualdad”, se dice cuando se habla de brecha de género. ¿Es cierto? Según el informe Gender Gap 2016 del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), no. Al menos, no en términos absolutos. El estudio concluye que, en 74 de los 144 países analizados, han caído los índices de igualdad. España es uno de ellos. Ha pasado de la posición 25 en el informe de 2015 a la 29 en el del pasado año, y su puntuación ha bajado de 0,742 (sobre 1), a 0,738.

El descenso afecta mayoritariamente a la categoría de oportunidades y participación económica. «Entre legisladores y decisores, así como en trabajos técnicos y profesionales, hay menos mujeres», señala María José Villanueva, vicepresidenta de la Asociación Española de Ejecutivas y Consejeras (Eje&Con) y directora de Márketing de la compañía farmacéutica AstraZeneca. «Es muy preocupante porque la mujer se aleja de los puestos de toma de decisiones y retrasa la llegada de la paridad», añade. Y subraya otra de las conclusiones del informe del WEF: «El cambio cultural es más lento del esperado».

Este mismo texto sitúa a España en el puesto 64 de 144 en lo que respecta a mujeres con cargos de liderazgo, si bien ha subido dos plazas en comparación con 2015. Villanueva aporta más datos: «Más del 60% de los licenciados son mujeres, pero, según aumenta la categoría profesional, disminuye la presencia de la mujer, y en alta dirección se reduce al 14%». Es lo que se conoce como techo de cristal.

Respecto a la presencia de mujeres en los consejos de administración, Villanueva afirma que «todas las empresas del Ibex 35 contaron en 2016 con al menos una mujer, lo que supone un aumento de un 4,6% más que en 2015». Según el informe del WEF, la cifra de mujeres en las juntas de empresas que cotizan en bolsa es de 17, frente a 83 hombres.

A Villanueva también le preocupa «el incremento de la brecha salarial». En este sentido, Djamil Kahale, profesor Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Universidad a Distancia de Madrid (Udima), y experto en temas de igualdad, habla de disparidad encubierta en la retribución. «Tras un mismo salario base, se esconden diferencias en los complementos que, con frecuencia, el empresario reconoce inferiores en el caso de las mujeres», explica.

Lo confirman los datos recogidos por UGT en un informe presentado en febrero, que señala que en España las mujeres cobran 5.982 euros menos en sueldo bruto, cerca de 916 euros menos en pagas extraordinarias y algo más de 50 euros menos en valor en especie que los hombres. Esto sitúa la brecha salarial en un 23,5%, según el sindicato, que denuncia que «es una de las más elevadas de Europa». La diferencia salarial más alta se da entre la población no cualificada, en el sector servicios, con un 31,36%. También supera la media (con un 27,25%) de la brecha entre las trabajadoras con más de 55 años. Para más inri, las mujeres reciben un 37% menos de pensión.

Desigualdad en el empleo

En un país como España, con una mayoría de población femenina (23.654.467 frente a 22.813.635 hombres, según el Instituto Nacional de Estadística), la población activa de mujeres sigue siendo minoría: 10.609 por 12.214 hombres. Los datos los recoge el informe La participación laboral de las mujeres en España, elaborado por el Consejo Económico y Social (el CES, adscrito al Ministerio de Empleo y Seguridad Social).

A esto se suma una tasa de empleo femenina del 53,5% frente a un 63,7% para los hombres. El número se reduce entre las mujeres con menor formación: a menor nivel educativo, menor participación laboral. Por sectores, la mayoría trabaja en enseñanza comercial y administración (14,7%), salud (9,7%), educación y formación de personal docente (6,5%) y servicios personales (4,1%). Por el contrario, tienen menor presencia que los hombres en mecánica, electrónica y otras áreas de formación técnica.

En lo que ellas ganan por goleada es en el trabajo a tiempo parcial. Globalmente, son más del doble (33 % ellas, 16 % ellos) las mujeres con este tipo de contratos, según el WEF. Además, dedican cuatro horas diarias a trabajos no remunerados, frente a la hora y media que emplean los hombres.

En España, el informe del CES revela que trabajan a tiempo parcial más del triple de mujeres que de hombres: un 25,2% y un 7,9%, respectivamente. Además, ellas trabajan una hora más y dedican un 20% más de tiempo a trabajo no remunerado cada día. En opinión de Villanueva, esta diferencia «es una limitación importante para el desarrollo de su carrera profesional, ya que merma la disponibilidad de la mujer para viajar, ampliar redes profesionales e incrementar su visibilidad».

Presencia mediática

La visibilidad de la que habla la vicepresidenta de Eje&Con tiene que ver también con la presencia de expertas en los medios de comunicación. Según datos recogidos por Laura Chaparro para la Agencia SINC, sólo uno de cada seis nombres que aparecen en los medios de Estados Unidos es de mujer. Lo señala un estudio publicado en 2015 en la revista American Sociological Review. Llaman a este fenómeno «techo de papel» porque «refleja el techo de cristal que caracteriza la realidad ocupacional de género».

Las cifras en España no son muy diferentes. El 91% de los expertos y el 82% de los portavoces consultados en medios generalistas son hombres, según el Proyecto de Monitoreo Global de Medios citados por Chaparro.

En un debate organizado en febrero por la Asociación Española de Comunicación Científica (AECC), y moderado por Chaparro, varias investigadoras y periodistas subrayaron la necesidad de dar presencia mediática a grandes pensadoras, «y no sólo a famosas o políticas». Criticaron el androcentrismo [enfoque predominantemente masculino] subyacente en los medios. Creen que es necesario un esfuerzo positivo de búsqueda de mujeres expertas por parte de los periodistas para contrarrestar la brecha de papel.

Hacer visible el trabajo de las mujeres es el objetivo de Wikimujeres, que busca aumentar el número de mujeres presentes en Wikipedia. Para ello organizan editatonas, es decir, maratones de edición donde varias personas se juntan con el objetivo de crear contenido nuevo en la Wikipedia (en este caso, relativo a mujeres).

Lo explica una de sus coordinadoras, la periodista Patricia Horrillo: «Nos preocupa la eliminación de sesgos sexistas en la historia de esas mujeres. Es fundamental reconstruir el relato, trabajando con perspectiva de género y haciendo emerger las contribuciones de las mujeres ocultadas durante siglos». Entre estas carencias, cita la escasa presencia de mujeres en los ámbitos tecnológicos y de innovación, «sectores ligados directamente a la participación en el desarrollo económico de un país», señala.

Soluciones

Considerando los datos expuestos, ¿qué medidas se pueden tomar? Horrillo pide «políticas concretas», más allá de campañas bienintencionadas. Critica, por ejemplo, una falta de avances en las políticas de conciliación y que no se cumpla con el 40% de mujeres en puestos de dirección en empresas que aconseja la Ley de Igualdad de 2007. «El problema es que dicha ley aconseja y no obliga», añade la representante de Wikimujeres.

En esta línea, la vicepresidenta de Eje&Con defiende que «son necesarias medidas disruptivas para salir del estancamiento y acelerar el cambio». En concreto, reclama diversidad como parte del buen gobierno corporativo en la empresa privada, ya que «en un mundo donde las decisiones las toman principalmente hombres, la percepción de la necesidad y beneficio de la diversidad de género queda diluida».

En cuanto a los salarios, Villanueva pide transparencia en el ámbito privado y público. El profesor Kahale añade como factores clave los convenios colectivos y la presencia de mujeres en las mesas de negociaciones. Asegura que la Ley de Igualdad «ofrece un amplio abanico de herramientas y medidas para paliar la desigualdad», y destaca el rol de la Inspección de Trabajo como garante de que se cumpla lo dispuesto en dicha ley.