España es uno de los países de Europa en los que la enseñanza universitaria es más cara. El precio medio de la matrícula en un grado en una universidad española está en torno a los 1.100 euros, muy alejado de los 50 euros anuales que paga un estudiante alemán. Y lo mismo ocurre con los másteres universitarios: en el país germano, el máster cuesta lo mismo que el grado, mientras que en España el precio medio es de 2.000 euros, cuarenta veces más.

Así se explica en un estudio realizado por CC.OO el año pasado, en el que se comparan los precios de la universidades del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). De los 37 países analizados, España se encuentra entre los diez con los precios más altos.

Gran parte de los países europeos ofrecen matrícula gratuita, como es el caso de los países escandinavos (Noruega, Suecia y Finlandia), Austria y Dinamarca y, en otros, existen diversos sistemas que facilitan el pago de los estudios superiores como créditos estatales que pueden ser condonados o desgravaciones fiscales.

La educación superior en España supone un gran sacrificio para las familias y en el que también influye la comunidad autónoma en la que se elige estudiar. El precio medio de los grados es significativamente superior en Cataluña (2.011 euros) que en Galicia (713 euros). Los precios de las tasas universitarias han sufrido un incremento desde que en 2012 se aprobara el Real Decreto Ley de Medidas Urgentes de Racionalización del Gasto Público. El nuevo modelo de precios públicos impuesto por el decreto ha favorecido su encarecimiento. Sin ir más lejos, el coste de la matrícula en Cataluña durante el curso 2010/2011 era de 1.206 €.

A esto tenemos que sumar lo difícil que es obtener una beca. Tan solo el 29% de los estudiantes, tanto de centros privados como públicos, han obtenido algún tipo de beca o ayuda que sufrague parte de los estudios por parte del Gobierno.

A pesar del alto coste de la universidad española, la educación superior en nuestro país no supera a la de sus vecinos. En el ranking de las cien mejores universidades europeas, solo seis son españolas (frente a 18 alemanas) y, en la clasificación mundial, la primera española se encuentra en la posición 141.

Los altos precios es una de las razones por la que en España hay tan pocos estudiantes extranjeros. En nuestro país vecino, Francia, hay muchos más estudiantes latinoamericanos que dentro de nuestras fronteras a pesar de que compartimos idioma y esto se debe al atractivo que suponen las matriculas bajas.

La subida de las tasas universitarias coincidiendo con una de las mayores crisis económicas que ha sufrido el país no ha hecho otra cosa que fomentar la desigualdad, ya que un gran porcentaje de alumnos han tenido que renunciar a los estudios superiores por no poder costearlos.

Un país no puede salir de la crisis si no se invierte en la educación de los más jóvenes y se fomenta una educación pública de calidad. Es por esto que CC.OO pide que se derogue el decreto 14/2012 y se sustituya por un modelo que reduzca las desigualdades entre las diferentes autonomías y también con respecto a Europa, de manera que no sea más barato estudiar una carrera universitaria en Suiza que en Madrid.