El sentido común erróneamente nos invita a pensar que invertir más horas en el trabajo necesariamente conllevará un aumento de la productividad, pero la realidad nos dice y nos muestra todo lo contrario. Hoy, ante las afirmaciones que han surgido a raíz de la posibilidad de una reducción de nuestra jornada laboral y de las posiciones que se oponen a un cambio de este tipo, me parece importante compartir algunos aspectos y experiencias que ayuden a cuestionar algunos mitos desde los cuales se levantan estos discursos.

Más allá de las creencias: presencialismo vs. flexibilidad y productividad

Con respecto a nuestras largas jornadas laborales, cabe destacar que, como ha demostrado la ARHOE (Asociación para la Racionalización de los Horarios Españoles), la relación entre número de horas trabajadas y productividad no es una relación directa. Si consideramos el caso de España, el mismo nos demuestra que aun siendo el país que más horas trabajaba, llegó a situarse como uno de los tres últimos en productividad.

Con respecto a nuestro país se observa que, según datos de la OCDE, Chile ocupa el quinto lugar en horas trabajadas dentro de los países de la OCDE y el segundo en baja productividad.

En relación a estos datos, cabe destacar que un informe de la consultora McKinsey sobre la productividad en Chile, señala que a futuro, debido al menor crecimiento poblacional y menores aportes por desempleo y participación, el crecimiento dependerá de la productividad laboral. Junto a ello, este informe entre sus conclusiones señala la importancia de aumentar la participación de mujeres y jóvenes, como el establecimiento de regulaciones que promuevan la productividad.

Si consideramos la experiencia de empresas que ya se han embarcado en la implantación de prácticas que promueven la conciliación y flexibilidad, observamos que las mismas pueden ser entendidas como una repuesta para promover la productividad como también la forma de enfrentar otras problemáticas cuando consideramos que, según se observa, las mismas tiene un impacto en:

  • Absentismo: Desde la Fundación Másfamilia señalan que, en aquellas empresas con prácticas de conciliación implantadas, se ha observado un descenso de la media que presentan las empresas españolas -5,3%- hasta un 3%. Por su parte, el estudio Experiencias en organización del tiempo del trabajo en las empresas de Catalunya, elaborado por la Conselleria de Treball en colaboración con el IESE en el que participaron 600 empresas, da cuenta de que las empresas catalanas con políticas de conciliación de la vida laboral y familiar lograron reducir hasta un 30% el absentismo entre sus trabajadores. El informe también evalúa las diferentes políticas de flexibilidad y constata que la medida más aplicada entre grandes empresas es la aplicación de vacaciones flexibles (64%), seguida de la excedencia por el cuidado de un familiar (37%), el horario flexible (31%) y la posibilidad de tener medio día libre recuperable durante el resto de la semana (21%). Entre pymes, la más aplicada también son vacaciones flexibles (68%), seguida del horario flexible (42%) y tiempo para cuidar un familiar (36%). Telecomunicaciones, banca, finanzas y seguros son de los sectores que introducen más medidas para facilitar la conciliación laboral y familiar de sus plantillas.

  • Rotación, fidelización y retención: Según la experiencia de la Fundación Másfamilia, se ha logrado disminuir del 1,6% al 0,9% la rotación, lo que se traduce en una reducción de un 55%. Por su parte, la consultora Towers Perrin señala que las medidas de conciliación son el tercer motivo principal a la hora de fidelizar y retener a los empleados y el principal factor para lograr su compromiso, aspecto que impacta en la productividad y en la calidad del servicio o trabajo que desarrollan

  • Atracción de talento: Según un sondeo mundial realizado por la consultora Towers Perrin a través de 86.000 encuestas, estas medidas son consideradas el segundo factor más importante a la hora de atraer candidatos. La Fundación Másfamilia señala que entre las empresas con estos planes, la recepción de currículos se dispara entre un 40% y un 60% y cuando una oferta de empleo se publica explicando las medidas de flexibilidad y conciliación que lleva aparejadas, el número de candidatos interesados se multiplica por 3,5%.

Por su parte, el Euroíndice laboral IESE- ADECCO (2008), destacaba la relación inversa entre tiempo de trabajo y productividad, observándose un máximo rendimiento por hora trabajada en los países con jornadas más breves, como Holanda, Bélgica, Alemania. En este sentido, un estudio realizado por el Institut National de la Statistique et des Études Économiques (INSEE) afirma que, entre 1950 y 2007, la duración de la jornada anual de los diez países con mayor PIB per cápita disminuyo una media de un 25%.

A nivel general se puede señalar que aquellas empresas que a día de hoy están vivenciando los beneficios de la implantación de estas prácticas observan un aumento del compromiso de sus empleados, lo cual se traduce en un descenso de la tasa de rotación, mayores índices de satisfacción y un aumento de la productividad.

Junto a ello, cabe destacar que estas organizaciones se presentan como líderes e impulsoras de un cambio social con un alto grado de impacto en el entorno en el que participan.

Mas allá de las creencias: presencialismo vs. flexibilidad y bienestar

Desde la experiencia empresarial sabemos que la flexibilidad horaria favorece el bienestar, disminuye el estrés y facilita por tanto el aumento de la productividad. Este aspecto tan difundido por aquellas empresas que se han embarcado en la implantación de jornadas racionales se ve avalado a su vez por la Universidad de Durham, quien ha publicado un informe en el que luego de analizar 10 estudios en los que participaron 16.600 trabajadores llegaba a la conclusión de que las personas que tienen algún control sobre su horario laboral podrían ser más saludables tanto mental como físicamente que aquellas con trabajos menos flexibles.

El estudio dio cuenta que la adopción de condiciones de trabajo flexibles como decidir nuestros propios horarios, realizar el trabajo desde casa o compartir el trabajo, disminuyen el estrés y posibilitan encontrar tiempo para realizar otras actividades. En este sentido, tener a acceso a experiencias de autonomía en el trabajo y control sobre nuestros horarios sería bueno para la salud generando una menor presión sanguínea, un ritmo cardíaco más estable, mejor calidad del sueño y menos cansancio durante el día.

Junto a ello, ante las estadísticas de nuestro entorno, tenemos que considera lo afirmado por la responsable del estudio, quien señaló que durante años, estudios anteriores detectaron relaciones entre un alto nivel de estrés laboral y un riesgo elevado de sufrir enfermedad cardíaca, depresión y otras enfermedades. Los investigadores que llevaron a cabo este estudio consideran que se da esta situación cuando el trabajo es demandante y brinda poco o ningún control (autocontrol y autonomía) a los empleados.

En esta misma línea, Ignacio Buqueras, expresidente de la Asociación para la Racionalización de los Horarios Españoles, afirma que, en un escenario laboral más flexible, las personas se encuentran motivadas y se sienten apoyadas lo que genera una plantilla más comprometida , productiva y leal, teniendo esto impacto en su calidad de vida e incluso autoestima al sentirse más valorado por sus superiores si los mismos aceptan y comprenden sus necesidades personales y familiares.

En este sentido, si consideramos que la implantación de prácticas de flexibilidad potencian el bienestar de nuestros trabajadores teniendo un impacto positivo en el ambiente laboral, tenemos que considerar los beneficios que a su vez esto trae, ya que son diversos los estudios que demuestran que cuando las personas son expuestas a condiciones que les permiten sentirse bien tenemos más probabilidad de: ayudar a otros, actuar de forma social, expresar agrado y generosidad con otros y consigo mismos, tomar mayores riesgos, resolver problemas de manera más creativa, persistir ante la retroalimentación de fracaso, tomar decisiones de manera más eficiente y mostrar mayor motivación intrínseca, facilita la flexibilidad cognitiva y la solución creativa de problemas, mejora la eficiencia en el procesamiento de la información, predispone a rendimientos más rápidos, eficientes y con menor esfuerzo en toma de decisiones.

Más allá de las creencias : prácticas de flexibilidad horaria o racionalización del tiempo

Ante el escenario comentado creo que no caben dudas de que hoy nos enfrentamos a la necesidad de generar nuevos marcos de entendimiento, siendo la Responsabilidad Social Humana un gran desafío de continuidad para lo que hasta ahora hemos entendido como el movimiento por la vida sostenible y de respeto al medio ambiente desde la RSE o RSC.

Algunas empresas ya son conscientes de este tema y, hoy por hoy , su visibilidad es clave para impulsar cambios. Por ello, y para los que aún siguen incrédulos, comparto el caso de una empresa española del sector energético, en la que a su vez trabajé. Se tata de una multinacional con presencia en más de 40 países. Con una plantilla de alrededor de 9.000 empleados en España y a nivel mundial cerca de 30.000 colaboradores. En el caso de esta empresa, la práctica implantada fue la jornada continua.

¿En qué consiste?

• Los empleados cuentan con una jornada continuada de 7 a 15:30 horas, teniendo a su vez una flexibilidad de media hora para la entrada y la salida. Hay que destacar que, en este caso, los empleados trabajan las mismas horas.

• La misma ha sido aplicada a la mayoría de las empresas del grupo y departamentos en España viéndose beneficiados 7.300 empleados.

• A su vez, en el caso de las madres, se estableció la posibilidad de implantar la reducción flexible de jornada a cinco horas diarias hasta que el niño cumpliera un año, sin reducción de la retribución salarial fija.

• En el caso de los colectivos sujetos a turnos, se estableció que, de las cuatro semanas de un mes, se trabajaría una a jornada partida y las tres restantes a jornada continua. Se trata de grupos de trabajo de ocho personas que en jornada continua trabajan de lunes a jueves de 7:30 a 14:30 horas y los viernes hasta las 13:30 horas. La jornada partida implica un horario de 10.30 a 13:30 y de 14:30 a 19.30 horas.

• En el caso de la división de ingeniería, se establece una jornada continua para el horario de verano y los viernes de jornada de invierno, y jornada partida para el horario de invierno de lunes a Jueves. Junto a ello. los colaboradores tienen la posibilidad de que, una vez cumplida la jornada de presencia obligatoria (cinco horas de lunes a jueves durante la jornada de invierno, y tres horas y media los viernes en jornada de invierno y verano) puedan distribuir la realización del resto de horas para alcanzar el cómputo de horas mensual como estimen oportuno . Por otro lado para esta misma división se estableció una política de flexibilidad de entrada de dos horas y en tiempos de comida de 30 minutos a dos horas.

¿Cómo se llevó a cabo?

• Se incluyeron dentro de las políticas de recursos humanos medidas de conciliación e igualdad de oportunidades

• Existió un acuerdo explicito de la alta dirección con respecto a generar una política de conciliación para el grupo

• El proyecto fue liderado por la Dirección de Recursos Humanos

• Se establecieron espacios de negociación con los sindicatos, lo cual conllevó una revisión del convenio colectivo

• Se creó un manual donde se dieron a conocer las prácticas a las cuales se podían acoger y beneficiar los empleados

• Se realizó una encuesta para evaluar el grado de conocimiento y satisfacción de las medidas de conciliación implantadas

• Se constituyó un comité a nivel empresarial de vigilancia del cumplimiento de las medidas de conciliación e igualdad

• Se estableció un plan de formación específico para directivos dentro del máster corporativo, como también módulos dirigidos a los colaboradores

• Se estableció un plan de igualdad en el grupo en el que se comprometieron a velar por la no discriminación y a aportar soluciones contra la violencia de género y los casos de acoso

• Realización de charlas presenciales y encuestas para conocer nivel de satisfacción de las medidas.

¿Qué resultados y beneficios obtuvieron?

• Incrementar la productividad en 500 horas anuales tras la implantación de la jornada continua

• Reducir los índices de accidentalidad y absentismo en un 10%

• Ganar una media de 40 horas de productividad y compromiso

• Aumento de reputación corporativa. Luego de la implantación de estas prácticas la empresa se ascendió de manera significativa en el ranking de las mejores empresas para trabajar

• Atracción de talento: se situó como empresa target de talento femenino y masculino sensible a la conciliación , aumentando en un 25% la recepción de CVs.

• A nivel de clima laboral , las medidas de conciliación aparecen con una alta valoración por parte de los empleados, situándose en un 88% el grado de satisfacción con respecto a las mismas. Junto a ello destaca el orgullo de pertenencia de los empleados

• Grado de implicación y compromiso de un 80%

• Además de la mejora en productividad se ha reducido la probabilidad de accidentes en el lugar de trabajo.

• Éxito de proyecto asociado al valor de conjunto que para esta empresa tienen estas políticas al tener un impacto tanto en los propios trabajadores y resultados empresariales como en el entorno y familias

• Alto grado de satisfacción con las medidas implantadas por parte de los empleados, percepción de que no existen obstáculos para el desarrollo profesional ni en la retribución por motivo de género o por acogerse a las medidas de conciliación

Ahora sí, te invito a preguntarte cuál es el freno para reducir nuestra jornada laboral. Pruebas empíricas ya existen para argumentar a favor de un cambio, pero el discurso del presencialismo y las largas jornadas laborales... ¿en qué se sostiene? Posiblemente en muchas creencias que tendremos que trabajar, porque hoy necesitamos un cambio que impulse nuestro desarrollo, bienestar y productividad... de forma sostenible.