Que China aumentará su peso en la economía y política mundial está fuera de discusión. Así ocurrirá en la próxima década. La interrogante es, por una parte, si cada país latinoamericano reaccionará y aprovechará la oportunidad que ello implica; y, por otra, si América Latina aunará posiciones comunes para establecer vínculos lo más fructíferos posible. Esto se verá en el II Foro de Cancilleres CELAC-China que tiene lugar en estos días en Santiago. El Canciller chino Wang Yi y 24 cancilleres de la región participarn en el encuentro, titulado Trabajando por más Desarrollo, Innovación y Cooperación para nuestros pueblos.

El incremento de las relaciones económicas con China ha sido acelerado y ofrece un gran potencial. Pero encara obstáculos. Uno de ellos es darle un carácter más equitativo y que contribuya al desarrollo de actividades con mayor valor agregado en América Latina. Otro, es la capacidad de la región de actuar de consuno. Y el tercero es la reacción geopolítica que parece despertar en la Administración Trump.

China ha irrumpido con fuerza en la región, pasando a ser un socio clave. Como ha señalado el presidente del BID, desde el 2000 hasta el 2016, las importaciones latinoamericanas desde Estados Unidos bajaron de 50% a 33%, mientras que las de China subieron de 3% a 18% ( las de la UE están en 13%). Para muchos países, incluyendo a Brasil, Chile, Perú y Uruguay, China es el socio comercial # 1, y para varios otros es el segundo. En la primera versión de este Foro, en Beijing en enero de 2015, el presidente Xi Jinping se comprometió a doblar el comercio sino-latinoamericano, para llegar a los US$ 500,000 millones en 2025, y hacer lo mismo con la inversión china en la región, para llegar a los US$ 250 mil millones.

¿Cómo responder a estos desafíos? Más allá de las relaciones bilaterales, el propósito de un Foro CELAC-China es promover intercambios y aunar posiciones sobre temas más amplio. Algunas proyecciones revelan que Asia representará la mitad del producto mundial en 2050, y que su demanda por recursos naturales y alimentos provenientes de nuestra región seguirá in crescendo. América Latina deberá definir un rumbo y prioridades en términos de qué busca y cómo lo logrará.

Un tema es el transporte y la logística a través del Pacífico. China ya está invirtiendo en Panamá para expeditar esos flujos comerciales vía Centroamérica. Se necesita algo similar desde el Cono Sur, para que los cada vez mayores envíos de soja, hierro y carnes desde países como Argentina, Brasil y Uruguay, puedan llegar a China y al resto del Asia vía puertos chilenos. Un corredor bioceánico que conecte las llanuras del Mato Grosso, las estancias uruguayas y la pampa húmeda argentina con el Pacífico es fundamental. Empresas chinas de construcción que han desarrollado la extraordinaria infraestructura de la China de hoy, la más avanzada del planeta, tienen el interés y las condiciones para hacerlo, y la banca china para financiarlo.

América Latina debe definir con claridad sus procedimientos transparentes de licitación y adjudicación. Este Foro de Cancilleres representa una gran oportunidad para que la región recoja el guante que ha lanzado China, expresando su interés de cooperar, comerciar e invertir en la región y para que defina prioridades, criterios y programas. Ellos deben responder a la necesidad de fortalecer las actividades de mayor tecnología, convenir proyectos de integración y resguardar nuestra autonomía para que seamos los latinoamericanos quienes decidamos sobre nuestros intereses estratégicos. Esperemos que así ocurra.

Artículo escrito por Sergio Bitar y Jorge Heine