Rehazlo. ¿No te gusta trabajar por trabajar? Vuelve a hacerlo de esta manera, que es la que se me acaba de ocurrir y me convence. A lo mejor mañana te lo cambio entero, de nuevo, y te pido que lo hagas otra vez, de la nueva forma que se me haya ocurrido por la noche.

Te he dicho que lo otro lo voy a hacer yo, aunque es muy probable que en cuatro días, y cuando ya no quede tiempo, te pida que lo hagas tú. Qué más da. Como mañana, que vas a trabajar desde las 8.30 de la mañana hasta las 23.00 de la noche, y no creas que voy a pagarte las horas extra, ni pienses que voy a darte el viernes por la tarde fiesta, ni si quiera voy a agradecerte que el trabajo haya salido adelante después de mi mes de vacaciones y desconexión total. Estoy seguro de que no pondrás ninguna pega a trabajar también el fin de semana, porque se está acumulando el trabajo. Es más, estoy convencido que no tienes ningún tipo de queja por no llegar ni a mileurista ni porque te debamos medio mes de vacaciones, que tampoco te vamos a pagar.

Sí, ya sé que eres licenciada. También tienes un máster, ¿y qué? Me es indiferente que seas competente y trabajadora, realmente me da igual lo que sientas o pienses. ¿Eres periodista? Sí, ya lo sé. Por eso haces una revista, entre otras cosas, ¿no? ¡Ah! Que estás contratada como auxiliar administrativa… ¿y a mí qué? Es lo que toca. Ya, ya sé que no administras nada, pero es lo que hay. Sé que el contrato no refleja ni tu nivel educativo ni el trabajo que realizas, pero sale mucho más barato. No, no va a cambiar. Si no te gusta, ya sabes dónde está la puerta.

Puedo encontrar sustitutos para ti debajo de cualquier piedra, y probablemente pueda pagarle menos que a ti, así que no hagas el tonto si no quieres engrosar las filas del INEM. Estoy de acuerdo en que se valora poco el trabajo intelectual y debería valorarse más, pero no el tuyo. Me parece normal que cobres menos que la mujer que viene a limpiar la oficina, y que no tengas ninguna perspectiva de futuro, ni aquí ni en ningún sitio.

A mí lo que me interesa es que sigas trabajando como una esclava, que cada vez asumas más responsabilidades y trabajo sin cobrar ni un duro más. Que seas tú la que tiene mil cosas en la cabeza y la que lidie con los problemas que surjan en el ámbito de la comunicación, molestándome lo menos posible. Lo único que me interesa es ejercer mi superioridad, trabajar mal para que lo tengas que corregir todo tú, estar pendiente de todo y que te las cargues tú cuando pase alguna cosa o publiquemos un error.

Lo único que me interesa es poder cambiar 25.000 veces de opinión sobre tu trabajo para que lo hagas todas las veces que a mí me apetezca. Aunque hayas estado los cuatro días de tus vacaciones intercambiando correos con imprenta y preocupada porque saliera la revista, aunque el retraso no haya sido culpa tuya, aunque soy consciente de que eres humana y también puedes cometer errores, sólo te necesito para que hagas mi trabajo por una mierda de dinero y que a mí me sigan pagando.

Sé que no soy una persona de fiar, pues puedo cambiar de opinión 1.000 veces un mismo día. Sé que soy despistado, irresponsable y borde. Tengo la manía de no revisar jamás lo que escribo, y doy por hecho que tú arreglarás mis errores. Sé que me he comprometido a cosas que no iba a cumplir y que luego te he lanzado a ti los perros para que fueses tú la que quedase mal. Sé que me olvido de casi todo lo que digo o prometo y que tienes que estar detrás de mí como si fuese un niño. Sé que tengo un pronto duro y que a veces te hago sentir incompetente, aunque a todas luces eres más competente que yo. Me da igual que estés cansada o deprimida, me es indiferente que merezcas más de lo que te damos. No vamos ni a pagarte más ni a reconocer el trabajo que haces. Tampoco vamos a valorar tu opinión, porque no tienes derecho a tenerla. Tienes derecho a estar callada.

¿No es justa tu situación en comparación con la de otros trabajadores? Lo sé. ¿Tú no descansas cuando llegas a casa? Lo sé. No nos importa. Nuestra máxima prioridad es contratar a las personas lo más barato posible. ¿Trabajar por objetivos? Sí, objetivos tienes que cumplir pero no vamos a recompensarte de ninguna manera. No, no vas a ascender. Para eso tendría que irme yo, y como verás, no tengo ninguna intención de marcharme. ¿Quieres tiempo libre? No es mi problema. ¿Que sales siempre más tarde de lo que toca? Lo sé, pero tampoco me importa. Ese no es mi problema. Ni ese ni ninguno de los tuyos. Mi único problema es que quieras marcharte, porque haces muy bien tu trabajo y el mío. Otra/o encontraré, pero le costará aprender y tú eres muy espabilada y rápida. Eres una privilegiada por estar trabajando de lo tuyo.