¿Qué pasaría si vivieras el resto de tu vida sin móvil? El 70% de los jóvenes de entre 16 y 26 años se sentirían aislados, solos y en riesgo de exclusión. La razón es el reconocimiento general de las nuevas tecnologías y las redes sociales como el lugar donde se debe estar, lo que genera nuevos procesos de integración y exclusión entre adolescentes. Porque todo pasa en las redes sociales... Los presidentes de los países ya no hacen declaraciones de prensa, utilizan Twitter. Por tanto, si no estás, corres dos peligros: que los amigos se olviden de ti y sentirte incomunicado.

Los jóvenes sufren ansiedad cuando no tienen el móvil porque se han acostumbrado a compartir lo que sienten las 24 horas del día. Las redes han cambiado la manera de relacionarnos con los demás y la manera de relacionarnos con nosotros mismos: buscan los likes de la gente para no estar solos, para demostrar que son más populares que Kim Kardashian o David Bisbal. Sino están omnipresentes en todos sitios y lo cuentan todo, sienten que no son nadie.

Si estamos conectados nos sentimos menos solos, conectamos virtualmente con cuatro o cinco personas desde el sofá de casa, es la soledad social. Estamos abiertos y permanentemente distraídos y eso nos hace vulnerables, hemos abierto demasiadas puertas y la atención que requiere atenderlas todas nos condena a la individualidad, cada uno mira en su habitación su tablet o su móvil.

Todo resumido en una imagen, esa donde las personas quedan con amigos pero aún estando en el mismo lugar están ausentes porque están en su mundo virtual, olvidan su momento real para vivir otro virtual con otros amigos. Estamos hiperconectados pero tan dominados por las nuevas tecnologías que da miedo pararse a pensar.

Si es que, claro, sino tengo móvil, internet y redes sociales, soy una amish. Lo que intento decir es que trabajamos todos para los amos de internet, media docena de megacompañias que han acumulado el mayor valor en bolsa del planeta, las que han puesto la red a su servicio mediante unos cuantos algoritmos que nos comunican tanto como nos incomunican.

Los algoritmos son cada vez más milimétricos, adivinan qué queremos a partir de lo que hemos visualizado antes en internet, saben quienes somos y que nos gusta comprar o consultar. Nos sirven lo que debería gustarnos para colocar publicidad cada vez más personalizada. Internet ya solo te conecta con lo decide Google, no te ofrece opciones de información, Google está pensando por ti.

La idea es siempre la misma en la historia del hombre, es la dominación de la masa lo que conlleva el enriquecimiento de algunos, y así es, la tendencia de la tecnología en bolsa en los últimos años es imparable. Es el sector más alcista con retornos anualizados del 45% si se mira al Nasdaq 100, el doble que los otros dos índices más representativos de la primera economía del mundo. Es más: el indicador tecnológico por excelencia se encuentra ya a un 3% de borrar el golpe que ha supuesto el escándalo de Facebook y su privacidad el pasado marzo: el caso de la filtración masiva de datos de al menos 87 millones de usuarios de Facebook

Gigantes como Amazon o Google son criticados constantemente por el alcance de la invasión de nuestra intimidad, igualmente la polémica llega a otras aplicaciones como YouTube, por recopilar presuntamente datos de menores de trece años con fines comerciales.

Regulación, es la gran palabra, aquí es donde estas compañías se encuentran con la gran amenaza, el aumento de la regulación, ya sea antimonopolio, impositiva o de privacidad. Europa lleva la iniciativa y la primera prueba de fuego empieza el 25 de mayo. Me refiero al Reglamento General de Protección de Datos, su objetivo es dotar de protección a los ciudadanos de la Unión Europea y regular, entre otras cosas, los datos que las empresas recopilan de los usuarios con independencia de dónde están domiciliadas. Lo que afecta directamente a gigantes como Facebook, Google, Apple o Twitter, que ya han anunciado que aplicarán las nuevas normas de la UE, en todos los países.

Pero la protección de datos no es el único problema de estas compañías, otra cuestión es su tamaño, son gigantes, y son una amenaza porque operan como un monopolio. Amazon ha superado ya los 100 millones de usuarios Prime en Estados Unidos. Los reguladores deben de pensar, y hacerlo rápido.

Godman Sachs dice que el sector de la tecnología perderá peso cuando en septiembre de este año Standard & Poor´s saque del sector a Facebook y Apple y los introduzca dentro del sector servicios de comunicación. Esto hará que el sector tecnológico pierda parte de su atractivo para los inversores. Gracias, y gracias, creo que ha llegado el momento de reducir el peso de las grandes corporaciones tecnológicas, asusta saber que en Estados Unidos solo hay cinco ventas de 250 recomendaciones entre Facebook, Apple, Amazon, Microsoft, Netflix y Google. Aún así las previsiones para las seis compañías apuntan a un repunte medio de sus ganancias del 200% durante los próximos tres años.

El debate sobre Facebook y la privacidad de los datos demuestra la lamentable preparación en economía digital que sufren la mayoría de los países, actualmente se carece de legislación para proteger la privacidad del usuario. Por centrar el tiro, esto significa que determinada operadora me llame todos los días a la misma hora, pese a que yo nunca les he dado mi número de teléfono. Esto significa que más de un 50 empresas diferentes saben donde vivo, porque en alguna ocasión compré una televisión por internet. Esto significa que Amazon sabe más de mis gustos que yo misma. Esto significa que Google Maps sabe a que restaurante iré a comer antes que yo lo decida en el GPS.

Ya no hay vuelta atrás, darle al like, comprar por internet y descargar apps, tiene su precio: nuestros datos personales y el poco gusto por la lectura de un libro. Y ahora… ¿quién pone puertas al campo?