La pionera fue Cristina Cifuentes, quien, con su Máster falso, destapó todo un entramado de carreras falsas de dirigentes políticos, luego llegó Casado, que sigue sin querer enseñar su trabajo final a pesar de que sigue acusando a Pedro Sánchez de haber plagiado su tesis, cuando está demostrado que no es así, y el presidente del Gobierno no tuvo ningún problema en poner a disposición de los medios su tesis doctoral en soporte informático, ya que esta tesis siempre ha estado a disposición en la biblioteca de la Universidad Camilo Jose Cela. Y con qué cara Albert Ribera cambia la pregunta parlamentaria para hablar de esta tesis de Pedro Sanchez cuando su CV ha cambiado misteriosamente quitando un máster y un supuesto doctorado que estaba cursando. No se puede tener mas vergüenza.

Los supuestos jóvenes de la política que tenían el deber y la responsabilidad de renovarla han resultado ser iguales que los «padres» políticos que les precedieron.

Todos los medios de comunicación han evidenciado las contradicciones de los estudios de Casado. Digo de los estudios porque, para quien no esté informado, no solo es dudoso su máster, sino que también sus estudios en Derecho tienen incógnitas bastantes relevantes.

Una cosa que me indigna como estudiante y profesor es el «no recuerdo» continuo o el no querer enseñar sus trabajos. Mis trabajos, mis investigaciones, mis tesis, están colgadas en varios portales académicos no solo porque creo que pueden ser de ayuda a otros estudiantes y profesores, sino que es para mí un orgullo enseñar el esfuerzo (recompensado) de tanto sacrificio. De hecho, todas las veces que me encuentro con mi tesis de la carrera de Ciencias Políticas me emociono, porque recuerdo las noches pensando en el tema de análisis, las tutorías con la profesora Mónica Santoro de Sociología de la Familia, las revisiones del profesor Federico Troletti, todos los documentos consultados, las bibliotecas y el repaso en voz alta delante del espejo del discurso.

Sí, señores, esto es lo que se vive cuando realmente haces una tesis. Hay un proceso psicológico en criminología que llamamos efecto Sherlock Holmes que describe Horvath en sus investigaciones: durante un interrogatorio o una entrevista, el culpable estará menos dispuesto a colaborar con la policía, y tratará de esconder el conocimiento de informaciones o detalles sobre el delito. Por el contrario, el inocente está dispuesto a ayudar porque sabe que es inocente y no ha cometido el delito y quiere ayudar la policía a resolver el caso y está dispuesto a compartir datos. Experimentará, en definitiva, este efecto Sherlock.

¿Qué miedo hay en enseñar la tesis si realmente la hiciste tu? Pregunto.

Casado acabó tanto el máster como la carrera en tiempo récord, contando que tenia más de dos cargos en el PP, notas modificadas y un largo etcétera. Y luego tenemos a Albert Rivera, que en pleno mastergate elimina de su currículo un máster y su estado de doctorando en la Universidad Autónoma de Barcelona, institución que ha negado que algún Albert Rivera esté cursando un doctorado. Ahora, con esta situación, ¿en serio vas a recriminar a Pedro Sánchez sobre su tesis? Estos dos viejos jóvenes que quieren volver a una España medioeval no son el cambio, son el retroceso.

Estamos viviendo un periodo realmente complicado a nivel político y social. A veces cuando veo la televisión me pregunto por qué los políticos no hacen las cosas mas sencillas, y que las expliquen para que la gente las entienda.

Y la ciudadanía, ¿de verdad entiende lo que está pasando o miran para otro lado? Porque parece ser que los partidos políticos no pagan en las urnas todos los escándalos y los casos de corrupción que cometen. Se le debería de castigar con nuestros votos.

En un estudio de Pablo Fernández-Vázquez, Pablo Barberá y Gonzalo Rivero, investigadores del departamento de Ciencia Política de la Universidad de Nueva York, cuando hablan de corrupción a nivel local, explican que a veces tales prácticas no son vistas negativamente, porque también el ciudadano podría beneficiarse de esos trapicheos, por ejemplo, un alcalde puede ponerse en el bolsillo unos sobres para la construcción de la piscina del pueblo.

Cuántas veces hemos dicho o escuchado la frase «todos los políticos son iguales de corruptos», que muchas personas completan así: «pues entonces me quedo con los míos, que por lo menos tienen mi mismo color e ideología»

Me quedo con las palabras del séptimo Presidente de la República italiana, Sandro Pertini:

«La corrupción es un enemigo de la República. Y los corruptos deben ser atacados sin ninguna circunstancia atenuante, sin piedad. Y dar solidaridad, por razones de amistad o de partido, significa convertirse en cómplices de estos corruptos ».

(Mensaje de Fin de Año, 1979)