A pesar de sufrir un doble rechazo, por parte de heterosexuales y homosexuales, lo cierto es que el número de estadounidenses que se identifican de esta manera ha aumentado, según los datos publicados por la Encuesta Social General de 2018, que recopila datos a nivel nacional en Estados Unidos.

Los sociólogos D'Lane Compton y Tristan Bridges realizaron un análisis de los datos y llegaron a la conclusión de que se ha dado un aumento del 1%. La encuesta no ofrece una explicación de por qué ha aumentado la población bisexual en Estados Unidos. Una teoría es que se deba al hecho de que ha habido más representación de personas del colectivo LGTBIQ en televisión y cine en las últimas dos décadas (el récord fue en 2018). El récord lo ha llevado la plataforma Netflix. Al fin y al cabo, muchos estudios, como los realizados por las universidades de Cornell y la de Essex han ratificado la teoría de que la heterosexualidad absoluta no existe.

Para ello, reunieron a varios voluntarios (hombres y mujeres) a los que se les examinó la dilatación de la pupila como indicador de excitación sexual mientras veían pornografía con ambos sexos. Pues muchos de los que se definían como 100% heterosexuales, tuvieron dilataciones tan grandes que casi se les salen los ojos. Se ha planteado la teoría de que quizá todos tengamos una tendencia bisexual, que se ha convertido en un cliché que seguro que alguna vez has escuchado.

El aumento de la bisexualidad puede estar relacionado con el de la de tipo político. Definimos como bisexualidad política cuando una persona se siente atraída al mismo tiempo a ideologías opuestas. Tenemos varios tipos de esta que van desde lo religioso, lo económico hasta lo político.

Este 2 de agosto, por ejemplo, muchos evangélicos, aunque su religión les prohibe venerar imágenes, participaron en la romería a la Virgen. Los católicos, por su parte, suelen asistir también a las iglesias evangélicas. Esto quiere decir que no obstante las diferencias de dogma, las personas se sienten atraídas y participan en la religión contraria.

Esto mismo sucede ahora con la parte política. No solo vemos diputados social cristianos haciendo el amor a diputadas evangélicas, sino que muchos personajes de izquierda escriben tesis marxistas, como lucha de clases, derechos del pueblo, explotación capitalista y al mismo tiempo gozan de salarios millonarios, viven en barrios de clase alta, viajan en business class y adquieren Mercedes Benz para ir al trabajo.

Otros se autodenominan de izquierda y se identifican con los pobres del mundo, pero sus ideas se concentran solo en un conflicto y se asemejan a las nazis. En el campo económico, la bisexualidad es aún más evidente. Dicen que apoyan el capitalismo como sistema, pero buscan regular la economía, crear monopolios, obtener beneficios y obligar a los demás a sostener su estilo de vida burgués.

¿Es algo negativo que esté aumentando la bisexualidad política, social y económica? Tal vez no. Así podríamos tener más en común que en oposición. Después de todo, Woody Allen dijo que la bisexualidad era la conducta que te aumentaba en un 50% las posibilidades de tener sexo el sábado por la noche.