En los meses de julio y agosto de este año se plantearon dos artículos sobre la agenda de política exterior china en la época moderna. La misma está alejada a ese proceso aislacionista que en décadas pasadas se le atribuía, se ha convertido en la gran «fábrica del mundo», donde además tiene relaciones con muchas regiones del planeta, como se ha destacado desde el impulso del proyecto One Belt One Road, con el cual desarrollarán programas de infraestructura e inversiones para impulsar una agenda hegemónica de carácter económico y funcional.

El dilema de la relación con la Unión Europea

La República Popular de China fue el segundo socio extracomunitario más importante de los intercambios comerciales europeos durante el año 2019. Los chinos tuvieron una balanza comercial positiva en cuanto a exportaciones hacia Europa en ese período de al menos de €164 mil millones de euros.

Es importante señalar, además de la situación comercial, que las relaciones entre la Unión Europea y China —aunque complicadas— son cruciales para los intereses de ambas regiones, como bien lo destacó la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen.

Hay serias discrepancias en algunos temas, incluyendo las diferencias que genera para los europeos el acercarse a China en medio de una disputa comercial del «gigante asiático» contra los Estados Unidos. A lo anterior, se suma que el propio gobierno de Donald Trump ha tomado decisiones cargadas de «polémica» con respecto a sus relaciones con el bloque europeo, donde se incluye un alejamiento de organizaciones globalistas como la OMS por parte de Estados Unidos, su fuerte crítica al financiamiento y tratamiento en el marco de la OTAN, entre otros.

Otras diferencias para los europeos se relacionan con el papel de China en su zona y con su política asociada al proyecto de «Una sola China»; se critica al gobierno de Beijing por el trato contra la población de Hong Kong, hacia donde un alto porcentaje de las inversiones europeas en China se dirigen.

También hay una relación de desconfianza por temas de ciber seguridad asociados con el tema de la tecnología 5G; el gobierno de Bruselas ha decidido blindarse frente al poderío que desarrolla la empresa, de capital chino, Huawei. De hecho, son tres empresas chinas las que llevan la delantera en el desarrollo de esta gran tecnología, ante la negativa de Occidente de adoptarla por temor a robos de información por parte del gobierno chino. Sin embargo, Rusia ha abierto la posibilidad y dijo sí a este desarrollo conjunto.

Un proyecto en común que existe entre China y la Unión Europea para acabar con la asimetría comercial se encuentra detenido; este proyecto ayudaría a impulsar un balance en las relaciones comerciales entre ambas zonas, disminuiría los aranceles y se aplicaría conforme a los estatutos de la Organización Mundial de Comercio con los subsidios industriales adecuados.

Las relaciones de China con esta importante zona continúan respetando la competencia y los acuerdos. Conservan la constante contradicción entre la necesidad comercial y las diferencias de carácter ideológico o político. La UE sigue siendo más cercana, geopolíticamente hablando, con Estados Unidos; China sigue, en esa perspectiva, siendo considerado un peligroso país «expansionista» de sus propios ideales y agenda política. Los occidentales obviamente también son vistos así.

Notas

El Diario. (2020). La UE tuvo un superávit comercial de 197.000 millones de euros en 2019. Marzo, 25.
Eurostat. (2020). China-EU - international trade in goods statistics. Marzo.
La Vanguardia. (2020). La Comisión Europea blinda su red 5G ante Huawei. Enero, 20.
Rosales, O. (2020). El sueño chino. Buenos Aires: Siglo XXI.
Valiente, A. (2020). "Crucial" pero complicada, así es la relación entre la UE y China. Euronews. Junio, 22.
Xinhua. (24 de agosto de 2020). Canciller ruso: Rusia está interesada en cooperación con China en 5G. Agosto, 24.