Muchos no saben que estudiar en la universidad se ha convertido en una elección que pocos pueden permitirse.

Voy a contar una breve historia a la que titularía: por miedo a que me cobren, no estudio más y, como no estudio más, me cobran.

Víctor Armada es un alumno de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, UNED por sus siglas, única elección para esas personas que no pueden ir presencialmente a las clases. Con 22 años, Víctor, tras mucho esfuerzo, consiguió matricularse en un grado universitario.

Sus tres primeros años de carrera fueron geniales. El Estado le pagó el coste de las matrículas e, incluso, le llegaron a recompensar económicamente por obtener buenas notas. Pero, el cuarto y último año, su vida laboral dio un vuelco.

Se encontró sumergido en un trabajo que le impedía estudiar el número de asignaturas que el Estado impone como requisito mínimo e indispensable para acceder a la beca, y se encontró en una encrucijada, así me cuenta:

Si pedía la «beca» para ayudarme a pagar la matrícula, tendría que escoger matricularme en más asignaturas de las que sería capaz de estudiar y, si luego no aprobaba un mínimo de esas asignaturas, me vería obligado a devolver el dinero. Para colmo, el siguiente año tendría que pagar más por la asignatura a la cual no pueda ni presentarme al examen.

Con lo que, preso del miedo a tener que desembolsar una buena cuantía por cada asignatura si no obtenía buenos resultados, elegí no matricularme del curso entero, obligándome a pagar la matrícula de cada una de estas pocas asignaturas que escogí.

Y lo que dice Víctor es cierto la beca te obliga a matricularte a un mínimo de asignaturas, que suelen ser los créditos de un año entero, pero la matrícula de la universidad española no va por rédito, ósea que cada uno paga según su calidad de vida, salario y núcleo familiar como en toda Europa. No. Tú pagas por asignatura. Da igual si ganas 800 € o 2,000 € al mes, o si eres parado. Esa es otra, no hay ayudas para parados, pero sí para personas que tienen familiares que trabajan en la UNED.

Si estas estudiando el grado en psicología como Víctor, para tener un ejemplo concreto, la asignatura de psicobiología, que es anual, te cuesta 143.55 € la primera vez que te matriculas. Si, por lo que sea, tu situación cambia, porque consigues un trabajo, porque tienes un problema familiar, y no te presentas, la segunda vez que te vas a matricular serán 206.55 €. Aquí, una vez más, la injusticia de la universidad, pagar por créditos, como decíamos antes, y la pedagogía del castigo económico.

Y hay más, nos cuenta Víctor: «si intentas optar a una de esas ‘becas’ para que la matrícula sea gratuita y luego no te la conceden, debes pagarlo, pero ¡hacerlo sin pagos aplazados y en un mínimo de 15 días! ¿No parece una locura? Al intentar pedir una ‘beca’, porque tu nivel económico no te permite pagar la universidad, si esta decide que no cumples unos requisitos (muy cuestionables), te invalidan de cualquier privilegio y te cobran todo de golpe y porrazo».

Víctor concluye: «No creo que el hecho de querer estudiar deba implantar ningún miedo económico en nadie. Supongo que no entiendo bien el porqué de este plan para fomentar la educación y formación de las personas, porque, más que un plan educativo, resulta ser un plan empresarial».

Y efectivamente es así, la universidad parece más un banco.