En estos tiempos pandémicos, del mismo modo que ocurrió en la época prepandémica, y volverá a repetirse en el mundo postpandemia, conviene informar a nivel internacional sobre los méritos de la historia costarricense. No porque esta sociedad sea una excepcionalidad en el concierto de las naciones (que no lo es), sino debido a la necesidad de subrayar las luces y fortalezas de un país que, como ocurre con cada nación y grupo humano, de seguro guarda lecciones de vida para el resto de la humanidad.

Luces y sombras configuran la realidad existencial e histórica de Costa Rica, y en esta ocasión quiero referirme a un aspecto luminoso: la historia de sus idearios.

Síntesis histórica

A grandes rasgos, si partimos de la experiencia social costarricense desde el año 1940, es factible intentar una respuesta a la pregunta ¿Qué es un ideario? Sin más preámbulo, un ideario constituye una síntesis del pensar y del sentir de una sociedad en un momento histórico determinado, que se refiere al presente y al futuro del país. Esa síntesis puede incluir ponencias escritas, conferencias, discursos, coloquios, seminarios, mesas redondas, textos electrónicos, videos, documentales, entrevistas televisadas y radiales, y actividades culturales. A través de estos distintos productos o acciones se expresan las condiciones objetivas y subjetivas del desarrollo nacional en ámbitos económico-sociales, ético-culturales y jurídico-políticos.

La experiencia viva, directa, previa a cualquier reflexión conceptual, de las personas, los grupos y segmentos poblacionales, aspira a reflejarse e interactuar en esa formación simbólica compleja y dinámica, que cambia y se enriquece de modo constante, denominada ideario. Recuérdese a este respecto la tesis de Ernst Cassirer sobre las formas simbólicas, según la cual el ser humano plasma en el lenguaje, el arte y el conocimiento, las metáforas que otorgan significado a la realidad y permiten el nacimiento de identidades grupales. En el caso costarricense los idearios son eso, la explicitación metafórica del sentido histórico de la nación en un momento determinado. Tal sentido histórico debe entenderse no como unívoco o unidimensional, sino como síntesis de los diversos sentidos presentes en la sociedad. Es claro que ese sentido histórico, como sentido de la pluralidad de sentidos, no se traduce solo a través de los idearios, pero estos constituyen o aspiran a constituirse en modelos paradigmáticos de expresión.

Los idearios, entonces, en tanto formas de conocimiento y autoconocimiento, constituyen modos de plasmar y vivenciar a la sociedad nacional, maneras de crearla y recrearla. No es un libro o un conjunto de libros, sino la construcción social de una experiencia individual y colectiva traducida en textos, conferencias, seminarios, festivales y otras formas de articulación organizativa.

Instancias convocantes

Contando desde el año 1940, se han realizado seis idearios nacionales. La Editorial Surco y el Centro para el Estudio de los Problemas Nacionales convocaron al Primer Ideario Costarricense en 1943; en 1977 la Casa Presidencial y la Oficina de Planificación Nacional organizaron el Segundo Ideario. En el año 1993, la Universidad Nacional de Costa Rica en alianza con el Ministerio de Planificación y Política Económica diseñaron y ejecutaron el Tercer Ideario Nacional; en 2000-2002 la Universidad Estatal a Distancia tuvo a su cargo el Cuarto Ideario Nacional, en lo que fue el último ideario del siglo XX; entre los años 2009-2010 la Universidad Nacional de Costa Rica volvió a convocar al Ideario Costarricense en lo que constituye el Primer Ideario del Siglo XXI.

Énfasis temáticos

En lo que se refiere a los énfasis temáticos estos han estado determinados por las singularidades históricas correspondientes. En el ideario del año 1943 quienes participaron se interesaron por asuntos relacionados con la estructura de los poderes públicos, la efectividad del sufragio popular, el derecho público, la consolidación de las garantías individuales, la organización de la hacienda pública, la economía agrícola, la situación de la educación nacional y la creación de la política internacional costarricense. El ideario del año 1977 continuó la reflexión sobre los temas que interesaron en el ideario de 1943, pero ahora sobre la base de la experiencia acumulada desde la Asamblea Nacional Constituyente de 1949. Puede decirse que el ideario de 1977 tomó la estructura orgánica del Estado y del gobierno convirtiéndola en fuente de los énfasis temáticos correspondientes a esa estructura. La extensión de los trabajos presentados en el ideario 1977 es bastante mayor a los textos que forman el ideario del 43.

El ideario del año 1993 se dividió en dos partes, una denominada «Ideario Global», y la otra formada por áreas específicas de reflexión. El Ideario Global dio expresión a visiones estratégicas del desarrollo costarricense y su inserción en el mundo, mientras que las contribuciones por ámbitos específicos se concentraron en educación, recursos humanos, economía agrícola, política social, cultura, modernización del Estado, integración económica, sistema político-electoral y conservación del medio ambiente. El ideario de los años 2000-2002, que fue el último ideario del siglo XX, se concentró en los siguientes temas: crisis de la sociedad costarricense, sistema democrático, educación ambiental, el catolicismo en Costa Rica, la perspectiva empresarial del desarrollo nacional, la tradición del pensamiento liberal, el Poder Judicial, situación cultural y social de los indígenas, manejo integrado de desechos sólidos y líquidos posconsumo, democracia participativa, nuevos paradigmas educativos, políticas sociales y culturales, modelos de desarrollo, ciencia y tecnología. Este ideario incluyó un concurso de ensayo, la publicación de una colección de libros de bolsillo y la realización de más de doce programas televisivos.

El ideario 2009-2010, que fue el primero del siglo XXI, se dividió en cinco partes. La primera comprendió la visión de país de tres expresidentes de la República, la segunda incluyó las ponencias de los presidentes en funciones del Poder Judicial, la Asamblea Legislativa y la Corte Suprema de Justicia; la tercera se formó con las ponencias de dirigentes políticos, sociales y religiosos; la cuarta comprendió las ponencias escritas por ciudadanos en general, y la quinta se formó con las contribuciones de organizaciones sociales y grupos ciudadanos organizados. En el marco de las cinco partes indicadas los temas principales abordados en este ideario fueron los siguientes: estrategias de desarrollo nacional, importancia de la dimensión ética en el desarrollo, nuevos paradigmas judiciales, sistema electoral, sostenibilidad del desarrollo, perspectiva religiosa del desarrollo nacional, Internet avanzado, descentralización y poder local, desarrollo económico y social de Guanacaste, desarrollo económico y social de la Región Brunca, condiciones políticas del desarrollo, desarrollo económico y social de Limón, situación del sistema de salud, situación del sindicalismo, movimiento solidarista, cámaras empresariales, movimientos juveniles en la Región Huetar Norte y Caribe, movimientos religiosos evangélicos y católicos.

Principio rector de los modelos de gestión y metodologías de trabajo

De lo escrito se desprende que los idearios han debido diseñarse y organizarse de alguna manera para concretar su naturaleza de síntesis histórica. Esto implica ciertos modelos de gestión y metodologías específicas tendientes a propiciar los mayores volúmenes posibles de diversidad participativa, pluralidad de intereses e incorporación ciudadana, de modo que se logre la más libérrima manifestación de todos los segmentos poblacionales y sociales. Cuando esta condición de expresión social multidimensional y plural no se materializa o lo hace de modo muy parcial e insuficiente entonces el ideario pierde su condición de síntesis histórica para transformarse (deformarse) en una experiencia feudalizada de la instancia convocante; esto explica que en general los organizadores de los distintos idearios hayan tenido una especial preocupación por asegurar la mayor y más diversa participación ciudadana. Atender a la pluralidad de intereses, visiones y experiencias es clave para que un ideario sea expresión de unidad en la diversidad, y no de estructuras burocráticas, académicas o de otro tipo.

Dimensiones territoriales y modos de expresión

Cuando se toma nota de las dimensiones territoriales de los idearios, se observa que, desde 1943, estas se han venido expandiendo. Los idearios empezaron circunscritos a la capital, para luego cubrir el Valle Central y finalmente todo el territorio nacional, creándose la posibilidad de llevar esta experiencia de construcción social dialogante a otros países. El número de participantes también ha crecido de manera constante, pero sobre todo se han diversificado las formas de expresión, y los contenidos temáticos. En los idearios de 1943, 1977 y 1993 la creación de textos escritos fue la vía casi exclusiva de participación, pero en los idearios de los años 1999-2000 y 2009-2010, además de la creación de textos, se introdujeron actividades culturales, debates, seminarios, encuentros, ponencias electrónicas, entrevistas televisivas y radiales, y archivos fotográficos. Es importante señalar que en los idearios han participado trabajadores, empresarios, políticos, ideólogos, cooperativistas, solidaristas, sindicalistas, agricultores, profesionales liberales y estudiantes; en algunas ocasiones lo han hecho los presidentes del Poder Legislativo, el Poder Electoral, el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo, y a partir del ideario de 2000-2001 también se ha contado con la presencia de grupos culturales.

Los idearios en las transiciones históricas

Como he dicho, fue en 1943 cuando la editorial Surco publicó el Ideario Costarricense de ese año, originado en el entusiasmo de tres abogados, un médico, un funcionario de la banca nacional, dos empresarios y un especialista en criminología, que lo convocan y organizan. Al leer las páginas del Ideario Costarricense de 1943 es notoria la capacidad visionaria de las 86 personas que escribieron en él. Interesa observar que la realización de este ideario coincide con un cambio de época en la sociedad costarricense propiciado al crearse el Seguro Social, promulgarse el Código de Trabajo, aprobarse el capítulo constitucional sobre las garantías sociales, eliminarse el ejército y nacionalizarse la banca. Las fuerzas sociopolíticas que se enfrentaron en la década de los cuarenta, si bien lucharon entre sí, contribuyeron ambas al resultado básico de aquellos años: poner fin al modelo de desarrollo oligárquico exportador e inaugurar la época del Estado social y liberal de Derecho que poco después se complementó, primero, con la estrategia de sustitución de importaciones, y segundo, con la estrategia de apertura comercial y desmonopolización del sector público. En este fenómeno histórico subyace lo que los expertos califican como alianza de las clases sociales medias con los industriales, cafetaleros y comerciantes, lo que en puridad constituye una neutralización recíproca entre las clases sociales.

Pasaron treinta y cuatro años, y en 1977 el gobierno de la República convocó a la formación de un nuevo ideario nacional que reunió buena parte del pensamiento costarricense. También el ideario de 1977 tiene lugar cuando la sociedad costarricense está a las puertas de un nuevo cambio de época. En aquel año estaba claro que en el país se requerían transformaciones de forma y de fondo en las dinámicas sociales y económicas, las cuales se concretan entre 1982 y 1990, dando paso a un nuevo modelo de desarrollo basado en la apertura comercial, la ruptura de monopolios y el énfasis en la economía de mercado.

En 1993, la Universidad Nacional de Costa Rica y el Ministerio de Planificación y Política Económica convocaron a un nuevo ideario, en conmemoración de los cincuenta años del ideario de 1943. La iniciativa es realizada cuando el país se encontraba próximo a entrar en una fase recesiva de su evolución económica y social (1995-1996), y en una etapa de intensificación de la estrategia de apertura comercial. Si bien el ideario de 1993 no anticipa un cambio de época, tal como ocurre en 1943 y 1977, lo cierto es que se construye cuando se acelera la ruptura que tuvo lugar entre 1982 y 1990. El ideario de 1993 es un elemento interno cardinal del cambio de época ocurrido en la década de los ochenta.

En febrero del año 2000, la Universidad Estatal a Distancia convocó el ideario de ese año, que se prolongó hasta el 2002. Es este el ideario del cambio de siglo que originó la edición de 20 libros, varios programas de televisión y los aportes textuales de más 100 costarricenses. Este ideario fue el primero que trascendió los límites geográficos del Valle Central y recogió opiniones no solo de profesionales, intelectuales, políticos y empresarios, sino también de obreros, agricultores, trabajadores en general y estudiantes. Su convocatoria se sitúa en el momento anterior a la crisis y desaparición del bipartidismo histórico, la aprobación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y la consolidación de nuevas formaciones políticas alternativas al bipartidismo. El ideario nacional 2000-2002 anticipó estos hechos.

Diez años después del ideario del 2000-2002, la Universidad Nacional de Costa Rica convocó al primer ideario del siglo XXI. En esta iniciativa participaron costarricenses residentes en todas las regiones del país, pertenecientes a todas las clases sociales y con distintos niveles de instrucción formal y diversas experiencias laborales. Este ideario se ubica en la antesala de una época caracterizada por la ambigüedad, la confusión y la inercia socioeconómica, con alto riesgo de crisis interna originada en los desequilibrios fiscales y en la ineficacia política.

Como puede deducirse de lo escrito, el ideario de 1943 coincidió con el final del modelo de desarrollo exportador de la República Liberal, el de 1977 anticipó el final del modelo de desarrollo de sustitución de importaciones y Estado empresario, que era una deformación del Estado social y liberal de Derecho que había sido creado en 1949. El ideario de 1993 guarda relación directa con la consolidación del modelo de apertura comercial que había reemplazado al de sustitución de importaciones, y con el énfasis en los contenidos de la economía de mercado; el ideario del cambio de siglo (1999-2002) se ubica en la antesala de importantes transformaciones políticas internas que anticipan la madurez política del modelo de apertura, y el ideario del 2009-2010 antecede el periodo de confusión e impulso transformador que experimenta la sociedad costarricense entre los años 2010 y 2020.

Autonomía descentralizada y control centralizado: dos tendencias en la historia de los idearios

En la historia de los idearios destaca el esfuerzo de proteger e impulsar la autonomía cívica, experimental y reflexiva de los costarricenses respecto a los intereses políticos, institucionales, ideológicos, estatales y gubernamentales. No se trata de una autonomía absoluta, pero sí de la búsqueda de independencia respecto a los feudos de poder. No tener presente esta exigencia de independencia, no conocer la acción social y la reflexión que durante casi ochenta años se ha materializado en los idearios, distorsiona el sentido histórico de esta experiencia. Es la autonomía la que ha permitido experimentar los momentos de mayor lucidez en la historia de los idearios. La autonomía sobresale en los idearios de 1943, 2000-2002 y 2009-2010, en estas oportunidades los esfuerzos destinados a fortalecer la independencia ciudadana respecto a los feudos de poder fácticos y formales alcanzaron importantes éxitos. Los idearios de los años 1977 y 1993, por el contrario, estuvieron marcados por la influencia de intereses político-institucionales y gubernamentales, y esto dificultó una incidencia mayor del pensamiento, la vida cotidiana y el sentir de los costarricenses que no formaban parte de esas estructuras.