La anarquía económica de la sociedad capitalista es la verdadera fuente del mal.

(Albert Einstein)

Joe Biden, presidente de EE.UU., llamó a Cuba un «Estado Fallido», ello a causa de las protestas ocurridas en la isla caribeña por la escasez de productos básicos que debe enfrentar el pueblo cubano. Pero, lo que Biden omite en su discurso, es que tal escases de productos básicos en Cuba es debido al bloqueo económico, financiero, comercial, e inclusive político, que los gobiernos de EE.UU. han impuesto sobre la isla por cerca de 60 años, medidas que fueron aún más endurecidas bajo la administración de Donald Trump.

Pero qué se entiende por «Estado Fallido», para intentar comprender la acusación de Joe Biden.

Si bien a nivel mundial la doctrina académica no tiene una definición clara para denominar a un Estado como fallido, y por lo mismo es manipulable, política y metodológicamente, por los Estados expansionistas e intervencionistas como EE.UU. para justificar sus políticas e intereses sobre otros países.

En tal sentido, la Central Intelligence Agency –CIA– en el año 1995 encargó a un grupo de académicos una investigación llamada Working Papers. State Failure Task Force Report, la cual estaba destinada a determinar las causas que potencialmente favorecerían la debilidad de un Estado, analizando factores demográficos, económicos, medioambientales y políticos.

Pues bien, la investigación de la CIA surgió ante la necesidad de crear adversarios naturales para EE.UU. que amenazaran su seguridad e intereses, toda vez que luego del fin de la Guerra Fría, todo el sistema y aparato de seguridad nacional y de política exterior de EE.UU. se encontraba sin un adversario natural como en su tiempo lo fue la Unión Soviética y todo el bloque del Este.

Conociendo la manipulación creada por la CIA, se puede decir que no existen «Estados Fallidos», lo que existen son Estados en vías de desarrollo, y Estados Bloqueados e Intervenidos por Estados expansionistas como EE.UU. que ven el desarrollo potencial de ciertos países, una amenaza para sus intereses imperialistas.

De insistir Joe Biden en la invención acomodada y poco clara de EE.UU. de «Estado Fallido» en la cual pretende encasillar a Cuba, entonces se debe tener presente que, si por «Estado Fallido» se entiende aquel Estado que no puede garantizar su propio funcionamiento o los servicios básicos a la población, porque carece de capacidades y recursos para controlar y mantener su buen funcionamiento económico, su correcta gobernanza, su nivel básico de condiciones humanitarias para su población, y garantizar la seguridad interior y exterior del país, entonces, dada tales condiciones, EE.UU. y Chile, por ejemplo, bien podrían calificar como «Estados Fallidos» en atención a los siguientes hechos, a saber:

1. Estados incapaces de proteger a sus niños

En EE.UU. la pedofilia ha llegado a tal extremo de impunidad que el párroco Richard Bucci, que ejerce en Rhode Island, afirmó -2020– que «la pedofilia no ha matado a nadie».

En BishopAccountability.org sitio web dedicado a rastrear todos los crímenes sexuales en la Iglesia Católica, estimada que existen en EE.UU. hasta la fecha cerca de 7.000 sacerdotes denunciados desde 1950 por abusos sexuales y violaciones contra menores. La cifra incluso podría ascender hasta 11.000 sacerdotes pederastas.

En Boy Scouts of America, organización juvenil con caracteres religiosos, tuvo lugar las peores agresiones sexuales en la historia de EE.EE.; de hecho, unas 95 mil personas afirman haber sido víctimas de agresiones sexuales por jefes scouts. Se estima que los menores abusados en scouts es ocho veces mayor que de menores víctimas de sacerdotes pedófilos y pederastas en EE.UU. Los hechos dados a conocer por el periódico de los Ángeles Times –2012– al publicar los llamados «expedientes de la perversión».

En Chile, desde el Golpe de Estad0 de 1973 hasta la fecha, se han violado reiteradamente los DD.HH. humanos de los menores, en casos tales Colonia Dignidad, el Servicio Nacional de Menores, conocido como SENAME, la pedofilia y pederastia en la Iglesia Católica chilena, entre otros, sin que hasta el día de hoy existan medidas de protección serias impulsadas por el Estado chileno.

La secta Colonia Dignidad fundada en Chile por el psicópata y enfermero nazi Paul Schäfer, en terrenos de la finca Villa Baviera, a 40 kilómetros al sur del pueblo de Parral. En dicho lugar tenían lugar violaciones y abusos de menores, adopciones ilegales y desaparición de personas, todo lo cual era negado por el portavoz de la Colonia, el médico Harmut Hopp. En los tiempos de la dictadura del genocida Augusto Pinochet, Paul Schäfer, fichó a políticos y militares chilenos que frecuentaban el predio.

En el SENAME se viola sistemáticamente los derechos de los niños, según el informe de la Policía de Investigaciones de Chile –PDI– año 2017. Por ejemplo, se constataron 2.071 abusos, 310 de ellos de connotación sexual, hechos ocurridos en el 100% de los centros que administra en SENAME, y en un 88% de los centros administrados por particulares. Existiendo, además, un informe del año 2018 de graves abusos contra menores entregado por la PDI a la Fiscalía de Chile y al Gobierno, el cual el Gobierno no hizo público.

En la «Santa» Iglesia Católica chilena, los abusos sexuales y las violaciones contra menores ejecutadas por sus presbíteros pedófilos y pederastas, el informe del arzobispo del Malta Charles Scicluna, enviado especial del papa Francisco el año 2018 registró, hasta el momento, 368 casos de abuso sexual eclesiástico, a lo que se suman 22 obispos y tres cardenales chilenos acusados de encubrimiento. Dada la gravedad de los hechos, el papa Francisco pidió a todos los obispos chilenos poner sus cargos a disposición.

2. Estados con altísimo nivel de corrupción e impunidad

En EE.UU. al 2020, la percepción del pueblo estadounidense sobre la corrupción del sector público ha crecido, obteniendo 67 puntos en el Índice de percepción de la Corrupción que publica la Organización para la transparencia Internacional. Estados Unidos se posiciona en el lugar 25° en relación al resto de los 179 países de la clasificación.

Considerando a Estado Unidos un país desarrollo, la autodenominada primera potencia mundial, ocupar el lugar 25°, no es algo para enorgullecerse.

Durante este 2021, el ex presidente Donald Trump, junto a su jefe financiero Allen Weisselberg, fueron acusados de fraude fiscal, en una investigación del distrito de Manhattan sobre la evasión del pago de impuestos por más de $1,7 millones en ingresos.

En Chile, Carabineros de Carabineros, la policía militarizada encargada del Orden y la Seguridad Pública, ha cometido en los últimos años fraude al fisco chileno por más de $28 mil millones, en delitos tales como lavado de activos, asociación ilícita y malversación de caudales públicos. Es el denominado Pacogate.

El Ejército de Chile, tiene actualmente 800 militares, activos y retirados, vinculados a un fraude de 3.000 millones de dólares. Todos ellos imputados por el delito de fraude fiscal.

Tanto Carabineros de Chile como el Ejército de Chile, son instituciones que gozan de una total impunidad por parte del Estado chileno.

Caso Pandora Papers, investigación periodística del International Consortium of Investigative Journalists –ICIJ– que revela secretos financieros en jurisdicciones con beneficios fiscales «paraísos fiscales», contiene revelaciones sobre las sociedades de la familia del presidente de la República de Chile Sebastián Piñera Echenique, cuyos activos provienen de donaciones del presidente de Chile.

3. Estados que violan sistemáticamente los DD.HH.

En EE.UU. Human Rights Watch en su Informe Mundial 2021, dijo que Estados Unidos existen grandes fallas de Derechos Humanos: asesinatos policiales de personas negras, las desigualdades en la población norteamericana al enfrentar la Covid-19, los abusos contra los inmigrantes y los solicitantes de asilo, entre otros casos.

Kenneth Roth, director ejecutivo de HRW, en su ensayo introductorio señala que «el gobierno entrante de Estados Unidos debería integrar el respeto por los derechos humanos en su política nacional y exterior, de una manera que tenga más probabilidades de sobrevivir a futuras administraciones estadounidenses menos comprometidas con los derechos humanos».

En Chile, el pueblo Mapuche viene siendo desde siglos violentado en sus DD.HH. Actualmente continúan siendo víctimas de violaciones, mutaciones, asesinatos, encarcelamiento, represiones y expropiaciones, inclusive durante todos los llamados gobiernos democráticos que se sucedieron luego de la dictadura cívico-militar.

A partir del 18 de octubre de 2019, conocido como el «estallido social», el pueblo chileno cansado de los abusos y privilegios de la oligarquía, se manifestó exigiendo los llamados derechos económicos, sociales y culturales, inexistentes en el modelo neoliberal chileno. Los manifestantes fueron víctimas de graves violaciones de derechos humanos cometidas por agentes del Estado, así lo señalan sendos informes de Amnistía Internacional, Human Rights Watch (HRW), la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH).

4. Estados que cosifican a la persona humana

Para los regímenes económicos como el estadounidense, que se caracteriza por ser un capitalismo imperialista e intervencionista, la persona humana se concibe como una mercancía y una como unidad productiva dentro del sistema, cuya única utilidad y finalidad es la de generar riqueza.

Prueba de ello es que, según los datos recientemente publicados por la Reserva Federal muestran que el 1% de los más ricos poseen ahora el 32.1% de toda la riqueza de Estados Unidos. Ello demuestra las enormes brechas de desigualdad abiertas en la sociedad estadounidense, es esto quiere decir que el 10% de los hogares más ricos acumula casi el 70% de toda la riqueza. En otras palabras, la economía estadounidense es la expresión misma de la explotación del hombre por el hombre.

No muy distinto es el caso chileno, cuya economía neoliberal, la cual es un experimento ideado por los Chicago Boys siguiendo las instrucciones de sus educadores Milton Friedman y Arnold Harberger, ha logrado posicionar a Chile como uno de los países más desiguales del mundo según el Banco Mundial, de acuerdo al informe de pobreza y prosperidad compartida en términos de coeficiente de Gini.

Según el informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico –OCDE– Chile se encuentra entre los tres países latinoamericanos que ocupan los últimos lugares en indicadores de bienestar, tales como ingresos, desigualdad social, tasa de homicidios y conocimiento de sus estudiantes.

Se estima, según datos de la CEPAL, que el 1% más rico de Chile concentra más del 25% de los ingresos y riquezas del país.

Los datos anteriores demuestran que, para países como EE.UU. y Chile, entre otros, la persona humana es instrumentalizada, considerándola como un simple medio para la producción de riqueza, es decir, la persona es una cosa cuya única finalidad es la de producir dinero para los dueños del capital.

Pues bien, analizados los hechos señalados en los cuatro puntos anteriores, sin que dicha enumeración sea taxativa, y siguiendo el siempre frío, lógico y práctico actuar de los gobiernos estadounidenses, el cual ha sido imitado por Chile, se podría concluir que tanto EE.UU. como Chile, serían válidos ejemplos de «Estados Fallidos», y no muy distintos al «Estado Fallido cubano» que sentencia Joe Biden.

Pero lo cierto es que Cuba, el Estado cubano, más allá de sus imperfecciones propias de toda obra humana, no es un «Estado Fallido», muy por el contrario, es sencillamente un Estado Humanista y Laico en vías de desarrollo, con un notable potencial en el avance de las ciencias médicas y en otras áreas del conocimiento, además del turismo, que ha debido luchar, exitosamente por 60 años, en contra del bloqueo económico, financiero y comercial, inclusive político, de un Estado Imperialista como lo es EE.UU.

Si por economía se entiende -siguiendo su origen etimológico griego oikos cuyo significado era «hogar»- la administración del hogar, entonces bien se puede afirmar con absoluta certeza, que los economistas cubanos como administradores de su hogar, teniéndose presente el bloqueo y los boicots imperialistas, han demostrado su preparación, capacidad y talento en la ciencia de creación, producción y distribución de riqueza, de bienes y servicios para satisfacer las necesidades del pueblo cubano. Lo cual resulta admirable para una pequeña economía como lo es la isla caribeña.

En definitiva, Cuba no es un «Estado Fallido», muy por el contrario, Cuba representa uno de los grandes y nobles bastiones de la lucha en contra de la explotación del hombre por el hombre causada por el denominado capitalismo imperialista.