Obras de teatro, danza, encuentros literarios, jazz, ballet, pop: desde mayo a septiembre Trapani se convierte en un templo del “ocio creativo”, donde no podía faltar la degustación de productos típicos….inspirados en las óperas.

El festival Julio Musical Trapanese “no es solamente un proyecto cultural, sino que se propone como modelo de desarrollo basado en una visión innovadora de su patrimonio de identidad histórico-material”, afirma entusiasmado Giovanni de Santis, el Director Artístico del evento, que desde mayo a septiembre transforma esta ciudad de aproximadamente 70.000 habitantes en un mar de músicas para todos los gustos.

Sonríe cuando afirma su convicción de que la idea del “mundo político” era que fuese el nieto del fundador, el director de orquesta Giovanni de Santis, que hace 67 año creó el festival, quien liquidara este “julio musical”. En realidad el festival no navegaba en buenas aguas, “pero una batalla que parecía perdida ya antes de partir se ha ido transformando en un desafío interesante y entusiasmante” afirma convencido este abogado que dejó la toga hace más de dos décadas para especializarse en organizaciones musicales y que dirigió durante 15 años la local Asociación de Amigos de la Música.

Este año se inauguró la Ciudad Mediterránea de la Música, un proyecto de “recalificacion urbana inmaterial”, es decir un verdadero plan regulador acústico donde cada espectáculo se ubica en lugares estratégicos de la ciudad: conciertos y ballet en el claustro de Santo Domingo, que se remonta al siglo XIII; las actividades líricas (este año fueron Don Juan, Rigoletto y Turandot) en el teatro abierto de la Villa Comunal; un museo, difundido en toda la ciudad para entender las diferentes fases de producción de una ópera (escenografía, pruebas del coro, vestuario, luces, etc.).

Ubicada en el área más occidental de Sicilia, Trapani es denominada “ciudad de la sal y de los dos mares”, gracias a las salinas adyacentes y al hecho que es aquí donde el Tirreno encuentra al Mediterráneo, en el lugar denominado Torre de Ligny, sede del Museo de la Prehistoria y del Mar. El sonido del mar se funde con los acordes de los instrumentos de las “orquestas escondidas”, un curioso festival que parte de un instrumento único en el mundo, el órgano La Grassa, construido en el siglo XIX y que con sus cinco mil flautas produce todos los acordes de una orquesta sinfónica.

Aunque está en la Iglesia de Santo Domingo, no es un órgano litúrgico y la idea de su constructor, Francesco La Grassa, era crear una orquesta sinfónica en una ciudad como Trapani que no se podía permitir una orquesta estable. Es el único órgano en el mundo que se puede tocar a 12 manos, gracias a sus siete teclados. tres de ellos están en el centro del órgano y tienen 70 teclas y 27 pedales, mientras los otros cuatro están a los lados en parejas con 54 teclas y 12 pedales.

No hay sonido que este órgano no sea capaz de crear: desde los instrumentos de viento, como las trompetas de diferentes dimensiones, con sus derivaciones de bajos, trombas, trombones, etc., saxos, clarinetes, violines, violonchelos, instrumentos de cuerda, y también otros que se pierden en la tradición como las cornamusas o las flautas que los pastores utilizaban en las montañas.

Este año asimismo hubo una singular competencia entre el órgano La Grassa, tocado por seres humanos, y un órgano robot, el TeoTronico, inventado en 2012.

Las actividades del julio musical trapanese también prevén espacios literarios, como presentaciones de libros, y debates sobre temas de actualidad y una curiosa iniciativa que tiene que ver con la gastronomía: durante el período de representación de una ópera algunos restaurantes ofrecen un menú relacionado con la obra.

Angelo Benivegna, que prefirió dejar de lado la mesa de dibujo y el diploma de arquitecto para dedicarse a la cocina en su restaurante Salirosso, se entusiasma hablando de sus combinaciones lírico gastronómicas, donde la inspiración “llega tanto del carácter de los personajes como de su entorno”: para Don Juan se parte con verduras (zapallitos italianos, berenjenas,) fritas y dejadas macerar un día por lo menos en vinagre y ajo, un plato tradicional en Sicilia y España, patria de Don Juan; luego cazón en salsa picante, porque Don Juan es así, “picante, vicioso”, mientras para la noble doña Elvira eligió una sopa de langosta, “el crustáceo más noble que encontramos”, afirma convencido. Para el Comendador se usó la escorpina o “pez piedra” que “pincha y hace daño, incluso después de muerto, exactamente como el Comendador”.

El problema con Turandot era como unir la comida china a la gastronomía de Trapani: no hubo tal unión, sino una curiosa identificación con los personajes. Como entrada un cóctel de langostinos donde se mezclan los sabores para recordar la transformación de Turandot de fría y vengadora a dulce y enamorada; tres rollitos de pez espada, relleno con salsa roja, verde y blanca recuerdan los tres enigmas; el plato de fondo dice relación con el dúo entre Calaf y Turandot, y tiene solo dos elementos: lubina y camarón rojo, color de la pasión que sella la historia.

Como la mayor parte de los espectáculos se realiza en la noche, en el día hay tiempo para recorrer la ciudad y sus alrededores como la Reserva de las Salinas de Trapani y Paceco, con enormes tinas donde se cultiva la sal, que se obtiene según el método denominado “de cultivación”: durante el invierno el agua del mar se deposita en estas enormes tinas que permiten su evaporación. La producción se realiza en el verano y los tres elementos fundamentales son el agua marina, la sal y el viento.

Esta zona es un Sitio de Interés Comunitario (SIC) , ya que el microclima húmedo permite un desarrollo peculiar de la flora y fauna. Por eso también forma parte de los lugares definidos como Zona de Protección para los pájaros, porque es aquí donde los volátiles se detienen en la ruta migratoria hacia el Africa y viceversa.

Otro lugar imperdible es Erice, muy cerca de Trapani. Ubicada en la cima del monte homónimo, según la leyenda fue fundada por refugiados que huían de Troya. Conserva intacto el trazado medieval y goza de una vista espectacular, gracias a que fue construida a 750 metros sobre el nivel del mar.

Frente a Trapani están las islas Egadas (o Agatas), un archipiélago de origen volcánico donde tuvo lugar la histórica batalla naval en la cual el romano Cayo Lucio Cátulo derrotó a los cartagineses el año 241 a.C, poniendo fin a la primera Guerra Púnica. Una de las naves romanas que contribuyó a este triunfo está en el museo de Favignana, la isla con forma de mariposa y la principal de este archipiélago.

El museo está en el ex edificio Florio, una ex almadraba (o atunara), que se construyó en la segunda mitad del siglo XIX . En este lugar se realizaban todas las actividades relacionadas con la pesca del atún: desde la matanza, a la producción de conservas. A raíz de la paulatina escasez del pescado y de la férrea competencia con otros pescadores del Mediterráneo la atunara terminó sus actividades en la década del 70. Durante veinte años estuvo totalmente abandonada hasta que en los años 90 la Región Sicilia compró el edificio y se empezó una reestructuración total que terminó en 2010: con sus 32.000 metros cuadrados, de los cuales tres cuartos estántechados. La ex atunara se convirtió en un excelente ejemplo de arqueología industrial con museos y salas multimediales.

Y es aquí donde las viñas Firriato lanzaron un desafío a la naturaleza según explica el sommelier Sandro Randazzo: “después de 100 años desde la última vez que hubo agricultura en la isla, de nuevo hace un par de años plantamos uvas; el calor y la brisa salada proveniente del mar reseca todos los cultivos”. Sin embargo, ese detalle no amilanó a Salvatore y Vinzia di Gaetano, que poseen viñas en toda la isla y después de una serie de experimentos decidieron cultivar un tipo de uva de cáscara dura que crea una especie de muro que impide a la sal entrar en el grano de uva. Después descubrieron que cubriendo las uvas con una capa de sal, el vino adquiría un sabor especial, enriquecido por las algas marinas que arrastra la corriente y cubre toda la viña.

De aquí nace la línea Exclusive con tres etiquetas (un blanco y dos tintos) y como no ha sido posible construir cantinas en la isla y dado que las viñas están muy cerca del mar para el trasporte se usa el mismo método de los antepasados: las uvas se llevan a Trapani en barcazas.

Para más informaciones….y quizás para organizar con tiempo una estupenda y novedosa vacación: www.lugliomusicale.it