El escritor y director de cine Pier Paolo Pasolini, uno de los intelectuales italianos más importantes de fines del siglo XX, fue bárbaramente asesinado el 2 de noviembre de 1975 en la periferia de Ostia, un balneario cerca de Roma. Un homicidio cuyos contornos nunca estuvieron claros y que dejó una serie de interrogantes que se han ido acrecentando con el correr de los años y en la medida que se han ido perfeccionando los métodos de investigación.

Ya algunas dudas aparecieron inmediatamente después del asesinato, como por ejemplo el hecho de que un hombre atlético y deportista, Pier Paolo Pasolini, hubiera quedado fuera de combate a raíz de los golpes de un joven flaco y enclenque como era Pino Pelosi, quien se autoacusó del crimen. También se encontraron en el coche del intelectual una plantilla para pie derecho y un jersey verde que no eran de él, ni de su presunto asesino.

Ya una sentencia de primer grado había establecido que en el coche había más personas la noche del asesinato y en el año 2009, es decir 34 años después del delito, un análisis del ADN, realizado a petición del abogado Stefano Maccioni, que representa a Guido Mazzon, primo de Pasolini, determinó que efectivamente había trazas de diversas personas en la escena del delito.

Y este dato sin duda cambia no solamente la historia, sino también la dinámica del delito. De todas maneras y a pesar de las numerosas pistas que conducen hacia un grupo criminal denominado “Banda de la Magliana” (la Magliana es un barrio de Roma), la magistratura decide archivar el caso el 25 de mayo de 2015. Sin embargo, para la memoria colectiva el caso no podía cerrarse, y en diciembre del año pasado se creó un Comité para solicitar al Parlamento italiano que investigue el homicidio Pasolini, apoyando la propuesta de la institución de una Comisión de la Cámara de Diputados con este fin.

Esta Comisión no se limitará solo a investigar sobre el asesinato de Pier Paolo Pasolini, sino que tratará de esclarecer las sombras que han impedido llegar a la verdad última en algunos casos de homicidios de personalidades, como es el asesinato del empresario Enrico Mattei, o del periodista Mauro di Mauro, entre otros; el verdadero alcance de la Logia Masónica Propaganda 2 (P2) y la responsabilidad de otros aparatos, estructuras y organizaciones del Estado.

Contemporáneamente, la película La Maquinación, basada en el libro homónimo de David Grieco, sigue la traza del homicidio político y revela un escenario desconcertante sobre las verdaderas razones de la eliminación del escritor y cineasta. ¿El asesino de Pier Paolo Pasolini fue efectivamente el esmirriado y marginal Pino Pelosi, acusado del homicidio, o un grupo de marionetas de ultraderecha manejado por los poderes que movían los hilos de la estrategia de la tensión? El escritor y cineasta David Grieco, director de esta película, ofrece una clave de lectura que se sumerge en las arenas movedizas de ese período, la década de los años 70 y 80 que ensangrentó Italia con atentados de ultraderecha y de ultraizquierda.

“La defensa de Pelosi, que justificó el crimen afirmando que solamente se defendió de los avances de Pier Paolo, nunca me convenció”, dice Grieco. “La historia entre Pasolini y Pelosi era una relación más o menos estable que duraba cuatro meses, y aunque yo nunca los vi juntos, los amigos más cercanos a Pier Paolo, como Ninetto Davoli y los hermanos Citti, todos ellos actores, y muy cercanos a Pasolini, sí lo conocían”.

“¿Y por qué no hablaron nunca, ya que de hacerlo las declaraciones del asesino hubieran caído por su propio peso?”, es la pregunta lógica. “Por miedo”, contesta Grieco sin titubeos y a partir de esa respuesta nos adentramos en uno de los períodos más sombríos de este país, (a partir de los años 70) con un partido comunista que ya había abrazado el eurocomunismo y que corría el riesgo de convertirse en la primera fuerza política del país, y sectores (dentro y fuera del Estado) que tenían que impedirlo por todos los medios.

Y uno de esos medios era acallar definitivamente una de las voces intelectuales de izquierda más influyente del país, cuyos análisis no se publicaban solamente en los órganos de partido, sino como editoriales, entre otros, en el prestigioso Corriere della Sera, el diario más importante de Italia.

Davide Grieco, el director de la película, sabe de que habla, porque conocía al escritor desde pequeño, ya que era muy amigo de la pareja de su padre, la escritora y cineasta Lorenza Mazzetti, “que para mi fue una especie de madre elegida”, afirma. Incluso durante un breve periodo, Grieco fue ayudante de dirección de Pasolini, pero luego abandonó el mundo del cine para dedicarse al periodismo.

La trama del filme La Maquinación , con un espectacular Massimo Ranieri en el rol de Pasolini, parte de los dos últimos trabajos del intelectual asesinado: por una parte el montaje de la que sería quizás su película más transgresora, Saló o las 120 jornadas de Sodoma, y por la otra la escritura de su novela Petrolio, una crítica feroz contra el poder político y económico de Italia.

Una noche, unos amigos de Pino Pelosi, marginales como él, pertenecientes a un grupo de ultraderecha, roban los rollos de los negativos de Saló y piden un rescate exorbitante: Pasolini va con Pelosi al balneario de Ostia y allí es asesinado: su eliminación física era el verdadero objetivo. De todas maneras, la película Saló finalmente se pudo realizar obteniendo un nuevo negativo de la película, ya montada, aunque se perdieron dos escenas que Pasolini no había impreso y que estaban solo en los negativos.

Incluso hubo testigos que afirmaron haber visto varias personas, entre ellos el refugiado ruso Misha Bessendorf, que vivía en unas casuchas cerca del lugar del delito que aseguró haber visto un grupo de hombres que golpeaban a una persona. El ruso emigró a Estados Unidos y nunca más se ha sabido de él. Como también han desaparecido los más que probables autores materiales del crimen, los amigos de Pelosi, quien a veces ha reconocido su presencia, para luego retractarse: algunos han muerto por sobredosis, mientras otros simplemente han desaparecido sin dejar huellas.

“Pelosi, que se autoacusó del crimen, siempre ha dicho verdades a medias, si se quisiera hacer una investigación seria están todos los elementos: documentos judiciales, declaraciones contradictorias, retractaciones, etc., pero evidentemente no es esa la intención”, explica Grieco.

“Desde hace dos años están listas dos puntadas sobre el caso Pasolini para ¿Quién lo ha visto?, uno de los programas más seguidos de la Rai, la televisión estatal italiana, que analiza los casos de personas desaparecidas o sigue las trazas de crímenes donde hay lagunas, como es el caso del asesinato de Pasolini….y siempre hay algo que impide verlas”, puntualiza el director Grieco.

Aunque en Italia ha tenido serios problemas de distribución, la película La Maquinación ha obtenido enorme éxito fuera de sus fronteras, ha sido invitada a varios festivales internacionales y en Cannes se ha presentado fuera de concurso, con gran aprobación del público.

“Llegar a la verdad, aunque sea más de 40 años después de su asesinato, es una deuda moral que tenemos todos con Pier Paolo, que es un verdadero patrimonio cultural, y no solamente para los italianos, sino para todo el mundo”, concluye David Grieco.