El martes 17 de octubre era el último día en el que se podía realizar el recorrido gratuito por el Teatro Colón, el único teatro nacional de Colombia y que en este año celebró su aniversario número 125. Sin embargo, cuando llegué el recorrido final ya estaba copado, las fichas se habían distribuido —no eran más de 30 personas—, y para realizarlo debería venir un miércoles y adquirir mi boleta para ello.

Una historia similar se vivió durante los seis días de celebración, del 12 al 17 de octubre, en los cuales se realizó por primera vez una maratón con más de 50 eventos gratuitos en este escenario (25 conciertos, 15 espectáculos familiares, 7 funciones de teatro y 4 de danza, 2 recitales de poesía y conferencias académicas), las filas para ingresar eran largas y empezaban temprano. Fueron en total 30.000 espectadores los que disfrutaron estos espectáculos.

«Uno de esos días me llegó una foto tomada a las seis de la mañana y ya había fila para entrar a las diez de la mañana», me contó Manuel José Álvarez, director del teatro. Cada uno de estos eventos fueron escogidos bajo las políticas establecidas hace casi cuatro años, desde que Álvarez llegó a la dirección: ser incluyentes y diversos, demostrando que todas las expresiones artísticas tienen su espacio allí, siempre y cuando cumplan con ciertos estándares de categoría.

Para dar una idea de estos estándares, se puede revisar la gala de los 125 años que tuvo a la soprano surcoreana Sumi Jo junto a la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, y como invitado especial al bajo barítono colombiano Valeriano Lanchas. Ambos cantantes se han presentado en importantes escenarios del mundo, como el New York Opera House, por nombrar uno.

Tener a Sumi Jo refuerza lo dicho por Javier Hernández en la revista musical Tempo en el artículo «El Teatro Colón, nuestro teatro de la ópera», en el que se hace recuento de las figuras internacionales que pasaron por Bogotá y las nacionales que lograron destacarse en el exterior y empezaron allí: «Carlos Julio Ramírez, Martha Senn, Valeriano Lanchas, Carmiña Gallo, Juanita Lascarro, Marina Tafur, Zoraida Salazar, María Pardo, Betty Garcés, Francisco Vergara, Manuel Contreras y tantos otros que por cuestiones de espacio sería imposible mencionar».

Hoy, a nivel musical, cuenta con una variedad de propuestas que llaman la atención de los oídos en el exterior, y es por eso que el Teatro Colón ha presentado en el Toque Colón a artistas como los Meridian Brothers, María Mulata, Esteman, Alcolyricoz, Monsieur Periné, Petrona Martínez, entre otros. Para los 125 años, estuvieron presentes Danicattack, Cocó Nonó, Telebit, Ságan, Julio Victoria y Zalama Crew, lo que aseguró sonidos electrónicos, tropicales, rockeros y pop.

Las artes escénicas también fueron parte de la programación para la celebración. Cómo regresa el humo al tabaco, bajo la dirección de Felipe Vergara y César Badillo, y Kininí, la niña mariposa (obra infantil de títeres) fueron dos de las propuestas que el Colón tenía para esos días. En los últimos años, el Teatro Colón ha buscado presentar obras con su toque, mostrando que es un teatro de producción. Como ejemplo está Labio de liebre, una obra del dramaturgo colombiano Fabio Rubiano, que habla sobre el acuerdo de paz realizado con los paramilitares. Álvarez considera que Labio de liebre es la obra icónica del teatro contemporáneo colombiano.

Pero la paz no sólo se representa desde el arte en el Teatro Colón. Allí se firmó el acuerdo definitivo de paz con la guerrilla de las FARC-EP (Fuerza Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo y ahora, como partido político, son llamadas Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común). Esto ocurrió el 26 de noviembre del año pasado, cuando el presidente Juan Manuel Santos y el entonces máximo comandante de las FARC, Rodrigo Londoño, alias «Timochenko», se reunieron frente a todo el país —gracias a la transmisión por televisión— para iniciar el proceso de desmovilización y regreso a la vida civil de los guerrilleros, terminando así con un conflicto que duró más de medio siglo.

Desde su inauguración el 12 de octubre de 1892, el Teatro Colón fue pensado para ser sede de eventos de importancia nacional, como la firma de la paz o el aniversario de esta. Se quería tener un escenario que le diera orgullo al país, por eso se contrató al arquitecto italiano Pietro Cantini, quien a su vez trajo a varios artistas o los contrató en Europa para hacer toda la decoración. El telón de boca fue hecho en Florencia y zarpó en mayo de 1890, llegó a Colombia en febrero del año siguiente.

Por esta misma época se erigieron otros escenarios importantes del continente —como el Teatro Nacional Sucre de Ecuador o el Teatro Colón de Buenos Aires—, en conmemoración de los 400 años del descubrimiento de América, por eso el nombre de Colón.

Durante mucho tiempo la etiqueta era algo incuestionable en este recinto. El mismo Gabriel García Márquez lo vivió en 1967, cuando casi no se le permite ingresar a la presentación teatral de varios de sus cuentos por no tener corbata. Fue necesario conseguirle una prestada, tal como lo cuenta Óscar Alarcón en su relato para la revista Tempo, quien atestiguó los hechos.

En 2015, la BBC incluyó al Teatro Colón entre los ocho teatros más breathtaking (asombrosos, para tener una referencia en español) junto al Teatro Minack de Inglaterra, al Seebühne de Austria, entre otros. Con el movimiento y la atención que ha logrado la dirección en los últimos años, se espera que el teatro siga atrayendo artistas de gran nivel nacional e internacional.

La propuesta de Manuel José Álvarez y su equipo de trabajo es clara: promover a los talentos nacionales, como la Banda Sinfónica Juvenil de Colombia, formada por los mejores músicos juveniles del país, quienes fueron escogidos a través de audiciones en video enviadas desde todos los rincones del territorio nacional. Este proyecto fue dirigido por el Ministerio de Cultura.

Para el próximo año, en el Colón quieren hacer una competencia de pianistas mientras se disputa el Mundial de Rusia el próximo año. También quieren llegar más a las regiones, como lo hacen con el Colón Itinerante, un proyecto que lleva la programación del teatro a diferentes partes de Colombia.

A su vez, desean seguir reconstruyendo la historia del Colón. Para el aniversario realizaron una gran investigación titulada 125 hitos, en la que se cuentan desde los orígenes del teatro, cuando allí estaba el Teatro Maldonado, hasta el proceso de remodelación y reapertura, que empezó en 2008 y culminó en 2014.