Mi hijo Víctor encontró una reseña de Naskará escrita por el enviado especial del periódico español ABC al Festival, de fecha de 17 de abril de 1953.

Desafortunadamente, su crítica es totalmente desfavorable, pero es evidente que se le escaparon de su inteligencia los valientes mensajes que son la esencia misma de la cinta. Sus comentarios, en parte, dicen:

«Juan Miguel de Mora no consigue sacar al séptimo arte de su país de un estado rudimentario, balbuciente [...]. Hay en el asunto (...) una historia confusa (...) de una india que corre de un lado para otro en busca que se le haga justicia. La protagonista es Stella Inda, la actriz mejicana de "Los Olvidados". También hay en la cinta mucha escena revolucionaria, mas sin justificación».

No hay duda de la lastimosa ignorancia exhibida por el periodista español, quien pareciera no tener idea, de que cuando se filmó la película hace 66 años, había una extendida carencia de comunicaciones inmediatas, no como hoy, de modo que él no conocía, ni para comenzar, los graves acontecimientos políticos y sociales que se vivían aquí, al otro lado del Atlántico, así que no pudo entender ni justificar la razón para mostrar las escenas revolucionarias, que son ejemplo cabal de esa búsqueda de libertad y justicia que personificó la voluntad del pueblo para derrocar al déspota en 1944. Esto coincide decididamente con la urgencia de librar una lucha decidida contra la falta de justicia en los pueblos indígenas.

Lo que el periodista no podía entender, ya que si la historia señala los problemas raciales y religiosos con los Moros en ese país, siglos atrás, no se conocen directamente los abusos racistas contra indígenas pues éstos no existen allá. Tampoco sabía que en aquel entonces no había séptimo arte aquí, y sin embargo Naskará , si no fuera la primera en nuestra historia, sería la segunda, y ciertamente la primera en el idioma indígena Tz’utujil.

Resulta incongruente la injusta crítica del enviado del ABC con la decisión impresionante de los jueces del Festival quienes admitieron nuestra película. Algo significativo, con ponderada visión, percibieron indudablemente en Naskará para colocarla frente a la cinta Salut Casa! , marroquí, de Jean Vidal, para que compitiera por un tan codiciado premio en su categoría. Algo que nos satisface y enorgullece inmensamente, y un episodio más de gran importancia sobre la evidente categoría de esta joya fílmica, cuya demostrada e impresionante trayectoria justifica nuestro propósito de promoverla públicamente ante el pueblo guatemalteco .

Finalmente, los nunca bien ponderados e incansables esfuerzos y empeños de mi amigo el escritor mexicano Augusto Cruz, dieron el tan esperado fruto al lograr la recuperación de Naskará. Como nota más que agradable y agradecida, después de tanto tiempo sin tener comunicación con Juan Miguel, el año pasado me envió una copia de uno de sus más célebres libros, Todesblock, pabellón de la muerte, con la dedicación de su puño y letra:

«Para Rafael Chacón, inolvidable compañero de viejas andanzas, por la mediación de Augusto Cruz. Juan Miguel de Mora. 8’V’2016»

No deseo dejar pasar mucho tiempo sin expresar mis más profundos y sinceros reconocimientos y agradecimientos para mi hijo Víctor Chacón y al gran escritor mexicano Augusto Cruz, autor de su celebrada novela Londres después de Media Noche, sin cuyos denodados esfuerzos, su dedicación y continuas investigaciones, sin jamás desistir, especialmente las de mi amigo Augusto Cruz, Naskará nunca habría sido recuperada. Por otra parte, me siento más que agradecido con la cooperación e interés bien probados, por la Lic. Clariza Castellanos, ex viceministra de Cultura y dos altos funcionarios del Ministerio de Cultura .

«Naskará» es una película rodada íntegramente en Guatemala en 1951. Juan Miguel de Mora Vaquerizo se encargó del guion y la dirección. Rafael Ángel Chacón Mena fue el productor.