Uno de los mayores fenómenos de la televisión mundial de las últimas décadas regresa este 4 de julio a las pantallas de Netflix. Hablamos de Stranger Things, un fenómeno de masas que ha convertido a sus protagonistas en auténticas estrellas y a todo lo concierne a la serie, en noticia de portada. La tercera temporada de la obra de los hermanos Duffer ha tardado más de lo habitual en llegar -casi dos años-, y por eso la expectación es máxima, igual que las expectativas.

Las primeras críticas de los afortunados que han podido ver ya la temporada son dispares. «Más de mismo», «no sorprende» y «repite fórmula» son algunas de las cosas que hemos podido leer en los días previos al estreno. Lo cierto es que los Duffer no han querido moverse ni un ápice de la estrategia que tan bien les ha funcionado. Aun a riesgo de resultar predecibles, esta nueva temporada no traerá nada nuevo. ¡Pero a quién le importa! Los homenajes a los años 80, la cultura pop que marcó a toda una generación, las pelis de miedo que nos obsesionaron, la ciencia ficción… Todo sigue presente en este batiburrillo de monstruos, adolescentes con las hormonas a flor de piel, misterio y mucha nostalgia. Nostalgia de una época en la que todo parecía más fácil y ser joven era apasionante.

«Ya no somos niños, ¿creías que seguiríamos siempre jugando al D&D en el sótano?», dice uno de los protagonistas en el tráiler de la nueva temporada. Y es que ha pasado un año desde que dejamos al grupo de niños -ya convertidos en adolescentes-, en el baile de fin de curso y dándose sus primeros besos a ritmo del I’ll be watching you. Esta tercera entrega nos traslada a un año después de los acontecimiento de la segunda, en el verano de 1985, en medio de celebraciones del 4 de julio (Día de la Independencia de Estados Unidos). El azotamentes y sus demogorgons que amenazaban al pueblo de Hawkins no solo no han desaparecido, sino que están bastante mosqueados.

Lo que debía ser un verano de diversión parece que que va a torcerse sin remedio. El ‘mundo al revés’ se presenta mucho más oscuro que en las dos primeras entregas, aunque en esta tenemos a nuestra heroína, la niña con poderes, Eleven, a pleno rendimiento y lista para hacer frente a lo que venga, de la mano de sus amigos. Todo envuelto en mucho color y una estética que nos recuerda al VHS de nuestros años mozos y a ese toque pop hortera que todos tuvimos que sufrir. Con una banda sonora llena de «temazos» de los 80, como siempre. La trama cambia de escenarios, y en esta ocasión nos encontramos metidos en un centro comercial -¿quién no se acuerda de cuando inauguraron el primero en su ciudad y alucinó hasta el infinito?- que os aseguramos que vais a acabar odiando.

Lo que han dejado claras las primeras revisiones de la serie es que esta temporada tiene mucha más acción, mucha más profundidad y nuevos protagonistas que le dan un aire fresco. Pero cada capítulo sigue siendo esa hora de delicia, diversión y vuelta a la infancia. Por eso, no podemos esperar para verla y acompañar a Eleven, Mike, Dustin, Lucas, Max y Will en esta nueva aventura veraniega que promete mucho entretenimiento. ¡No nos cansamos de Stranger Things!