Piensen en un fenómeno que haya influido a nivel global en la cultura occidental de los siglos XX y XXI. Enumeren un producto de marketing que haya generado millones y millones de beneficios a lo largo de casi cuatro décadas. Probablemente estén pensando en lo mismo que yo: Star Wars. La saga cinematográfica que nació de la mente de un joven de 29 años llamado George Lucas un día de primavera de 1973, se ha convertido en un mito que nos habla del bien y del mal que habita en todo ser humano.

La historia de la familia Skywalker llega a su fin este mes de diciembre con el estreno del Episodio IX, The Rise of Skywalker (El ascenso de Skywalker), que se ha anunciado como el último capítulo de la trilogía que Lucas tenía en mente. Aunque el imperio del director está ahora en manos de Disney y habrá contenido para rato — hay una serie televisiva en emisión y otra trilogía anunciada para los próximos años —, parece que ya no veremos más Skywalkers en la galaxia. Aun así, los millones y millones de fans del universo de Star Wars siguen enganchados a cada nueva noticia de la saga. Pero, ¿por qué nos apasiona tanto esta historia? Aquí van algunas claves para entenderlo.

El bien y el mal

La historia básica de Star Wars nos habla de la lucha entre el bien y el mal en todos los aspectos. Un Estado militarizado y sangriento que domina el destino de los planetas representa la oscuridad, mientras que la Resistencia, armada de valor y moral, defiende la democracia y nos trae la luz que tanta falta nos hace. Pero la lucha no acaba ahí, sino que se traslada al propio ser humano, que tiene en su interior tanta luz como oscuridad. La familia Skywalker se pasa casi cuarenta años debatiéndose entre las dos. ¿Cómo no sentirse identificados con ellos? Todos tenemos la misma lucha en nuestro interior.

La Fuerza como religión

Los jedi representan esa antigua orden religiosa, casposa y pasada de moda, que tiene a la Fuerza como verdadero Dios. En la época de la trilogía original han perdido toda su influencia y respeto. La Fuerza nace de la vida misma, de todas las cosas que habitan el mundo, y no pertenece a nadie. Es una visión muy primitiva y pagana de la religión que, en su momento, allá por los años setenta, no gustó a mucha gente. Los usuarios de la Fuerza, tanto en el lado oscuro como en el luminoso, son poderosos y tienen habilidades como la telequinesis, la clarividencia y el control mental. Para qué las usen delimita de qué lado están en la guerra entre el bien y el mal. La lucha más importante es la suya, y la Fuerza siempre busca el balance entre la luz y la oscuridad.

Un amor prohibido que cambia el destino del mundo

Como en toda buena historia, el romance es una pieza esencial para entender Star Wars. La trilogía que da origen a la saga, que se rodó más de dos décadas después de las películas originales, nos narra el amor prohibido entre el jedi Anakin Skywalker y la senadora de la República Galáctica Padme Amidala. Los jedi no pueden casarse ni tener relaciones amorosas porque el apego conduce directamente al lado oscuro, pero Anakin no es muy de seguir las reglas. Así que todo acaba muy mal. ¿Y a quién no le gusta un drama shakespeariano que termina en tragedia? Anakin teme perder a su mujer y eso le lleva a caer en el lado oscuro de la fuerza y a convertirse en Darth Vader. Todos sentimos compasión por él, porque por amor uno es capaz de cualquier cosa, ¿verdad?

«Yo soy tu padre»

No hay frase más icónica en la historia del cine que la que Darth Vader la dice a su hijo Luke en El Imperio Contraataca. Una cita que ha pasado a historia y que el propio director escondió de los actores en el rodaje, para que nadie se fuera de la lengua. La cara de sorpresa en el filme del Mark Hamill, que interpreta a Luke, es auténtica. ¡No sabían nada! Es un momento épico, en el que nuestro joven padawan descubre que uno de los seres más malvados de la historia es su padre, y que deberá enfrentarse a él y a sus propios miedos para no repetir el camino que llevó a Anakin al lado oscuro. En su momento, el giro de guión creó una auténtica conmoción en los espectadores y cuatro décadas después, nos sigue poniendo la piel de gallina.

Una historia de redención

Star Wars nos cuenta muchas cosas de nosotros mismos, pero la más importante de todas es que la redención es posible incluso para los más descarriados. Es lo que le sucede a Anakin, que ante la inmanente muerte de su hijo a manos del malísimo emperador Darth Sidius, se rebela contra la oscuridad para salvar a Luke y se redime a sí mismo en una escena épica como pocas. El jedi que una vez fuera regresa para salvar a su familia. Darth Vader muere convertido de nuevo en Anakin Skywalker. La misma historia se narra en la trilogía moderna, que tiene lugar treinta años después de la muerte de Anakin. Esta vez es su nieto, Ben Solo, quien ha caído en la garras del lado oscuro de la fuerza. Está por ver si finalmente consigue volver o si para él ya no hay vuelta atrás.

Tecnología puntera

La obra de George Lucas marcó un antes y un después en el uso de los efectos especiales en el cine. Cuando se estrenó a finales de los años setenta, todo el mundo quería saber cómo habían conseguido esos efectos visuales. Las naves, los droides, las explosiones en pleno espacio exterior… Todo resultaba novedoso y excitante. Aún hoy, los nostálgicos de la saga siguen asombrándose con el nivel visual de la obra original. La nueva trilogía es, simplemente, espectacular. Un auténtico delirio tecnológico y de sonido para disfrutar como niños.

Mujeres líderes y poderosas

Por último, pero no menos importante, amamos Star Wars por un personaje en concreto: Leia Organa. En los años setenta era difícil encontrar personajes femeninos como ella. Líder de la resistencia, general y princesa, miembro del senado e influyente personaje político. Luego descubrimos que es la hija secreta de Anakin Skywalker y hermana de Luke. Pero su valía no la marcan los hombres que la rodean, sino sus actos y su inteligencia. Una mujer que no tiene miedo del peligro y que lucha por el bien común. Sus diálogos en la trilogía original son maravillosos. Leia es un icono feminista que marcó a toda una generación de mujeres que reclamaban mayor protagonismo y respeto. Nuestra heroína preferida y para servidora, lo mejor de la saga.