Es un universo inexplorado si pensamos en sus rituales, espacios y significados; letra hecha música y canto hecho baile. ¿Cuáles fueron sus orígenes, cómo y por qué se ha propagado desde el Río de la Plata hasta convertirse en una institución presente en casi todos los rincones del planeta? Sería interesante entender este fenómeno. Estamos, obviamente, hablando del tango y la pregunta es qué significa esta rama de la cultura popular bailada, cantada y tocada por cientos de manos.

El tango es lo que es, producto de una serie infinita de casualidades: la ruptura cultural de los inicios del 1900, que surgió en un vacío de identidad entre los emigrantes; la convergencia de músicos y cantantes; el fatalismo de la bohemia; la síntesis de varios estilos musicales y la voz inigualable de Carlos Gardel, así como la gracia provocadora del baile en un período de conflicto y desarraigo. En sí, el tango es un fenómeno social, que nació en los burdeles de la periferia y se impuso a nivel internacional. En el viaje desde el arrabal a la escena mundial, hay un mensaje que anticipa el tiempo histórico y que incluye la sexualización transgresora de la cotidianidad con una mezcla de coraje, reivindicación y espíritu trágico. Las connotaciones culturales del tango son un capítulo aparte, donde se mezclan revanchismo y misoginia con un espíritu de conquista incontrolada siempre centrado en la persona, el protagonista anónimo de un fenómeno de masas.

¿Cómo se impuso el tango culturalmente y cuáles fueron los factores que determinaron el fenómeno? Sin lugar a dudas, uno de los factores fueron las dos guerras mundiales y el vacío que se creó con el repliegue de Europa, la migración y el contacto de diversas culturas, junto con la búsqueda de un espacio sociocultural nuevo que permitiese una redefinición y una nueva identidad. Existe en el tango, en sus letras, una protesta melancólica, una ruptura con el pasado y además una confirmación de los valores más primitivos del mundo masculino y su ambigüedad en relación con la mujer. Otro elemento que caracteriza el tango es una profunda nostalgia por lo perdido o lo que se ha dejado atrás. En sus orígenes encontramos una fuerte presencia de italianos del sur, ávidos de nuevas posibilidades, junto con emigrantes de Europa oriental extirpados de un mundo que se desmoronaba ante sus ojos. También hubo una presencia andaluza, mezclada con danzas y cantos de las tradiciones locales, como la milonga. Entre ellos y su inusitado amalgamiento brotó una nueva música, de una calidad extraordinaria, que se hizo baile y después canto y que siempre fue un himno al desarraigo existencial y al dolor. El tango es una historia triste que se llora con los pies.

Carlos Gardel fue la voz que llevó el tango cantado por el mundo. Fue la bandera y emblema de esta nueva expresión y contribuyó a internacionalizarlo. El baile se estilizó y consolidó en pasos seguros, movimientos rápidos y quiebres de cuerpo que ponían en escena elegancia y sexualidad condimentada por melodías repetitivas y delirantes. La internacionalización de tango llevó a hechos paradojales y uno de estos es que el tango más escuchado a nivel mundial fue escrito por un danés, Tango jalousie (Tango celosía), escrito por Jacob Gade en el 1925 y que, hoy día, es una pieza clásica para orquesta sinfónica. La pasión incontrolable del tango arrabalero se vistió de smoking y subió a lo más alto de la escena mundial, dejando atrás, olvidado, su origen de música de burdel.