De acuerdo al diccionario de la Real Academia de la Lengua, la palabra moda significa uso, modo o costumbre que está en boga durante algún tiempo, o en determinado país, con especialidad en los trajes, telas y adornos, principalmente los recién introducidos. Mientras que sustentable se refiere al equilibrio de una especie con los recursos de su entorno.

La ropa siempre ha tenido un uso práctico, para cubrir el cuerpo, pero también un uso ornamental, que le confiere a su portador una imagen pública que informa acerca del grupo social al que pertenece, o de sus intereses y gustos particulares.

De acuerdo al informe Planeta Vivo, de WWF (World Wildlife Fund), nuestro sistema actual de consumo, aunado al crecimiento demográfico y al calentamiento global, demandará que para el año 2030 necesitaremos recursos equivalentes a dos planetas tierra para mantener a la población mundial. De estos recursos gran parte se destina a la industria textil, como cultivos de fibras, agua para dichos cultivos, animales para la industria peletera y petróleo para obtener fibras sintéticas. Aunado a ello, está la contaminación generada por los procesos de transformación de la materia prima a telas e hilos, sus procesos de manufactura, coloración y estampado, y el eslabón final que implica la maquila del producto final y empaque, para que la ropa llegue a las manos del consumidor.

Como ejemplo basta mencionar el consumo de agua que se necesita para producir una prenda, esta medida se llama huella hídrica, y resulta que para producir unos jeans, se requieren 3,305 litros de agua, este consumo abarca todos los procesos de la cadena de fabricación. Dicho estudio fue realizado por Fundación Botín y El Corte Inglés, en España.

Ahora tomemos en cuenta que en el mundo somos más de siete mil millones de personas, y creo que la gran mayoría tenemos al menos un par de jeans…

Por lo que está emergiendo un nuevo sector dentro de la industria, la moda ecológica o sustentable. Este sector propone un nuevo esquema en donde se da prioridad a las materias primas orgánicas certificadas, a los materiales eco amigables, o a los que provienen de artículos reciclados. Además de que algunas marcas también se están preocupando por estructurar su empresa bajo esquemas de comercio justo y prefieren un producción local.

Pensemos más antes de consumir, y con este poder de compra, contribuyamos a mitigar la problemática mundial.

Otros datos numéricos para reflexionar son:

A nivel mundial la industria de la moda en 2010, generó ventas $2,560 trillones de dólares y da empleo a más de 75 millones de personas.

Las ventas de algodón orgánico alcanzaron los $5 billones de dólares.

En México la industria de la moda cuenta con 20,000 empresas que generan un millón de empleos, representando el 10% del PIB Manufacturero. El 90% de las compañías son pequeñas y medianas.

En 2010, tan sólo una tercera parte de la industria textil en China, descargo 2.5 mil millones de toneladas de aguas negras. China produce el 54% de la producción textil total mundial.

En México, Greenpeace realizó un estudio en dos empresas textiles ubicadas en Querétaro y Aguascalientes, encontrando que descargan aguas residuales que contienen Nonilfenol (NP) y nonilfenoles etoxilados (NPEs), sustancias químicas que probablemente actúe como disruptor hormonal, TMDD, dañinos para la vida acuática y de efecto duradero, y Ftalatos, tóxicos para el desarrollo reproductivo en los mamíferos (1).

El proceso de obtención de la seda consiste en introducir los capullos con las orugas vivas adentro en agua hirviendo para ahogarlas.

La industria peletera se cobran anualmente la vida de 20 millones de animales salvajes cazados en trampas, y de 40 millones de animales criados en granjas.

La mayoría de las granjas de pieles se encuentran en Europa: 6.000 en total. Europa produce el 70% de la piel mundial de visón y un 63% de la piel de zorro. América del Norte y los estados del Báltico acaparan respectivamente un 13% y 11% de la producción de visón global, mientras que Rusia y los estados Bálticos, y China acaparan respectivamente el 11% y 27% de la producción de zorro.

Dinamarca y Finlandia son los mayores productores y exportadores mundiales de pieles de visón y zorro. Otros grandes productores de piel de visón y zorro son Holanda, Rusia, Finlandia, Suecia y Canadá.

Los animales son muertos de manera tal que su piel no resulte perjudicada. Por ello, son usualmente gaseados o electrocutados por vía bucal, anal o vaginal; o también son desnucados. Por el ritmo frenético de la granja, muchas veces los animales ni siquiera están totalmente muertos cuando son despellejados. Los restos de su cuerpo son vendidos a la industria cárnica de alimento para perros y gatos, o para la fabricación de abonos.

Detrás de la fabricación de un abrigo de piel se esconden cifras escandalosas. Para hacer un sólo abrigo de un animal en concreto, se sacrifican unas 300 chinchillas, 250 ardillas, 60 visones o martas, 30 gatos o mapaches, 20 zorros, nutrias, linces o focas bebé, 15 ocelotes, 8 lobos, perros o focas adultas, ó 6 leopardos.

Obreras de China, Marruecos, Bangladesh, Honduras o Rumania, viven rodeadas de prendas que confeccionan durante más de 12 horas diarias a cambio de salarios que a apenas cubren las necesidades básicas.

En países como Marruecos, las trabajadoras cumplen jornadas de hasta 14 horas diarias por salarios que pueden ser inferiores a los 100 euros mensuales y que casi nunca superan los 200 euros mensuales, o como Bangladesh, donde los salarios en el sector se sitúan entre los 20 y los 35 euros mensuales y los incendios y hundimientos de fábricas han matado a cientos de personas en los últimos cinco años.

OEKO-TEX® Standard 100 ,GOTS Global Organic Textile Standard o The Global Recycle Standard (GRS), son algunas de las organizaciones encargadas de certificar el origen orgánico ó reciclado de materias primas.

Los beneficios de la tela orgánica es que se cultiva sin químicos, lo que beneficia al planeta y al consumidor.

El cultivo de bambú mitiga más CO2 que cualquier otra planta, una hectárea de bambú captura 40% más de CO2 en los primeros 3 años que una de Pinos o Eucaliptos en 10 ó 14 años.

Notas

(1) Greenpeace