Lal La Buya, asi se llama un proyecto que nace encaminado a capacitar a mujeres en riesgo de exclusión social, en especial a aquellas que han padecido violencia de género, para que puedan crear y consolidar una empresa textil, con marca propia, inspirada en los principios de la Moda Ética, y comprometida con la recuperación de las artes, oficios y estéticas tradicionales.

Inicialmente la idea fue impulsada por la Fundación Orbayu, ya que fue la portadora de los fondos y de la idea original. Además, se contó con la colaboración de la ONG Diseño para el Desarrollo y la Fundación Ana Bella. A partir de ahí, es el gobierno de la Ciudad Autónoma de Melilla quien, consciente de la necesidad de fomentar la economía social en una ciudad especialmente castigada por el desempleo, lo asume como una iniciativa de economía social, tomando como referencia otras experiencias basadas en los principios de la llamada Iniciativa de Moda Ética , promovida por el Centro de Comercio Internacional, dependiente de la ONU.

La finalidad esencial del proyecto es generar un marco de seguridad para personas dotadas de diferentes habilidades manuales y de bajos recursos económicos, a fin de que puedan ser autosuficientes económicamente tras un periodo de formación en técnicas de gestión, diseño, comercialización y acceso a los mercados.

Fadela Mohatar, consejera de Cultura de la Ciudad Autónoma de Melilla, espera con la puesta en marcha de este proyecto “lograr el avance en la igualdad real y efectiva de hombres y mujeres, la cohesión social y la lucha contra la pobreza a través de un proyecto que reivindica el valor del arte manual y la sostenibilidad del patrimonio cultural, a través de los círculos virtuosos generados por la Moda Ética”.

Asimismo, busca la “promoción del autoempleo, formando a las participantes para que se integren laboralmente como emprendedoras sociales, y la introducción en el mercado las colecciones de Moda Ética realizadas en sus talleres para contribuir al desarrollo económico sostenible”.

Para alcanzar estos objetivos, se ha trabajado desde la formación hasta el apoyo psicológico y las acciones dirigidas al empoderamiento de las participantes, en este caso casi todas víctimas de la violencia machista.

La Selección de mujeres supervivientes de violencia de género con las actitudes emprendedoras necesarias para llevar a éxito el proyecto, formación en diseño, patronaje, corte y confección; formación en gestión empresarial (organización del taller, creación de uno propio, comercialización de producto, promoción); o las dinámicas grupales de ayuda a la mujer son algunas de las actividades que se llevan a cabo día a día para que las mujeres puedan hacer sus sueños hechos realidad.

La capacitación de estas mujeres, su empoderamiento personal y laboral y las posibilidades de vivir de su trabajo, constituirán un beneficio extensivo a sus familias. Los hijos e hijas de las participantes en el proyecto, tras haber padecido las consecuencias de vivir en un hogar violento, tendrán mayores posibilidades de desarrollo, formación y recuperación, gracias al reconocimiento a la labor de sus madres y la consolidación de un proyecto que les permitirá disfrutar de una vida más digna y segura.

Ayuda y Difusión

Con objeto de fomentar el conocimiento de este proyecto y difusión a nivel nacional, así como de lograr el objetivo de cohesión social y cultural, se han puesto en marcha una serie de herramientas de comunicación.

La primera de ellas ha sido la creación de una pulsera solidaria, símbolo del apoyo a la lucha de estas mujeres por lograr su independencia y su integración social. El proyecto ha contado con una gran aceptación por parte de los principales diseñadores de moda española, así como de otros rostros conocidos del mundo del cine y la cultura, que se han prestado a mostrar su solidaridad mediante la grabación de un vídeo en el que muestran su apoyo a la dignificación de la vida de estas mujeres. Entre otros diseñadores están The 2nd Skin & Co, Ion Fiz, Rabaneda, Nihil Obstat, Leyre Valiente, Moisés Nieto, Bass&Calfer; además de actores como Marc Parejo o Antonio Albella y la modelo María Reyes, embajadora del proyecto. .

La principal aportación ha sido la del diseñador catalán Moisés Castañeyra, que ha creado una primera colección “cápsula”, que ha sido confeccionada por las mujeres que componen estos talleres bajo su supervisión. Asimismo, ha cedido en su totalidad los derechos de la colección así como la futura explotación de la misma, de manera que todos los beneficios de la venta de esos diseños se destinarán íntegramente al proyecto.

Moisés Castañeyra se ha inspirado en los colores, tejidos y artes ancestrales de la cultura tamazight para crear unos diseños sencillos, ponibles y sobre todo accesibles tanto para facilitar la confección por parte de estas mujeres, como de cara a su futura venta. La pulsera se pondrá a la venta en la página web del proyecto y sus beneficios íntegros irán destinados a estas mujeres.

En definitiva, este conjunto de trece palabras definen por si solas LAL La Buya. “Dignidad, emoción, apoyo, entrega, fuerza, dedicación, unión, oportunidad, lucha, diseño, moda, esperanza e integración. Soy Lal La Buya.

Más información en www.lallabuya.com.