Viviendo en la Comunidad Valenciana durante casi una década, he podido ver diferentes tipos de celebraciones que están muy ligadas a la cultura local como los Moros y Cristianos y las Fallas. Y en todas ellas uno de los elementos más importantes es la pirotecnia.

Los fuegos artificiales tienen una gran tradición particularmente en las provincias de Alicante y Valencia. Fueron llevados por los árabes y quedaron muy arraigados en la cultura, hasta el punto de que ninguna celebración grande o pequeña se puede hacer sin ellos.

La mayoría de espectáculos de este tipo que se ven en esta parte de España son nocturnos y pueden fácilmente igualar a algunos de los mejores de todo el mundo. En celebraciones como la de San Jorge o Sant Jordi, la Noche de la Alborada o Nit de l'Albà y la Noche del Fuego o Nit del Foc, se pueden ver largos minutos en los que el cielo se llena de colores con la pirotecnia, que en ocasiones también está sincronizada con música.

Pero en esta parte de España, los fuegos artificiales no se limitan a las horas de oscuridad y los espectáculos que se hacen durante el día son incluso más populares que los nocturnos. Estos eventos reciben el nombre de Mascletà o Mascletada y son una experiencia que es casi indescriptible.

Las sensaciones que se producen en los fuegos pirotécnicos nocturnos con sus colores y sus formas se copian durante el día con los sonidos y la forma en la que resuenan las explosiones en el cuerpo. La idea de estos espectáculos es emocionar al público mediante el ruido.

Aunque los más atrevidos, o los que no saben de qué va la situación, se hacen en primera línea de la mascletá, muchos otros preferimos mantener la distancia para disfrutar sin quedar rayando en la sordera. Y es que en cada espectáculo se pueden llegar a explotar unos 240 kilos de pólvora.

Al principio se escuchan algunas explosiones y se alcanzan a ver algunas luces en el cielo, luego llega una parte en donde el sonido se hace más fuerte y las explosiones son más frecuentes, para terminar con una serie de estruendos rápidos de los petardos de mayor potencia que se sienten no solo en los oídos, sino en el cuerpo y hasta en el suelo.

La idea es ir llevando al espectador por un viaje que parece una montaña rusa, haciendo explosiones que forman casi una sinfonía que se mezcla con humo de varios colores y pequeñas luces que se elevan a lo alto. Es tanta la emoción que estos espectáculos producen que durante ellos se escucha al público entusiasmado gritando y animando a los pirotécnicos para terminar con una gran ovación.

La mascletá es uno de los eventos más visitados por turistas y locales en la Comunidad Valenciana y para disfrutarlo con totalidad hay que llegar con una media hora de anticipación, además de ir con el cuerpo preparado para vivir la experiencia.