En estas fechas muchos ya tendréis las vacaciones perfectamente organizadas. Muchos incluso ya las habréis pasado. Lo siento. Para los que lo dejan todo para el final, aquí os dejo un recorrido por las vacaciones que han pasado por el Cine.

Si optáis por unas vacaciones en familia, que sepáis que durante estos días de ocio la relajación puede ser lo último que encontréis. A lo largo de las vacaciones pueden aflorar las rencillas familiares ocultas durante el resto del año debido a las ocupaciones de la vida diaria. No hay más que ver lo que les sucede a la familia Hoover de Pequeña Miss Sunshine (Jonathan Dayton y Valerie Faris, 2006). Esta particular familia de ‘fracasados’ recorrerá medio país en un viaje en el que tendrán que olvidar sus diferencias por la pequeña Olive Hoover (Abigail Breslin), una niña que conquistó al público desde la primera escena.

Otra forma de viajar es con amigos, sobre todo cuando se es joven. Un gran número de adolescentes hormonados han surcado las carreteras del cine en busca de juergas plagadas de drogas, alcohol y sexo sin compromiso. Uno de los destinos favoritos son las casas en mitad de la nada. Una de las ventajas que nos presentan es que la ausencia de vecinos hace que no haya a quien molestar si la fiesta se va de las manos, claro que tampoco habrá nadie para escuchar tus gritos de auxilio. Buena cuenta de ello dan los protagonistas de ‘Posesión Infernal’ (Sam Raimi, 1981). Puede que sí que haya vecinos, lo cual tampoco tendría que ser motivo de alegría, sobre todo si tienen los mismos gustos culinarios que cierta familia de Texas, La Matanza de Texas (Tobe Hooper, 1974). En ese caso nunca aceptéis una invitación suya a cenar, podríais ser el postre.

Es muy conveniente llevar el GPS actualizado y no fiarse de lugareños que prometen buenos atajos o grandes vistas. Los incautos que toman estos desvíos acaban viviendo una experiencia aterradora de manos de una familia aislada debido a sus malformaciones, que, al igual que la familia de La Matanza de Texas, tienen una dieta rica en carne humana. Sea por montaña, KM 666: Desvío al Infierto (Rob Schmidt, 2003), o por el desierto, Las Colinas tienen ojos (Wes Craven, 1977), por favor id por las carreteras principales.

En caso de visitar el extranjero hay que tener cuidado con la elección del destino y, sobre todo, según el país, no hay que salir de las zonas de turismo ya que, al igual que los jóvenes de ‘Turistas’ (John Stockwell, 2007), puede que vuestro paquete de vacaciones acabe conteniendo la visita de quirófanos de dudosa reputación en los que os convertirán en donantes de órganos forzados. Visitar los clubs de la ‘gente de bien’ es otra buena opción, vivir como viven los que no se preocupan por el dinero, pero tened mucho cuidado con quién os recomienda los sitios, ya que si estáis por Europa del Este puede que acabéis en uno en el que los socios torturan a jóvenes incautos, Hostel (Eli Roth, 2005).

El alojamiento es algo indispensable, no hay que infravalorar un buen hotel. Tirar por lo barato puede marcar la diferencia entre descansar unas horas o no volver a levantarse. Janet Leigh encontró un motel en la carretera, un lugar aparentemente tranquilo regentado por un hombre llamado Norman Bates que adoraba a su madre. La atención es muy cordial y el trato es agradable, pero el punto fuerte lo encontraréis en el baño, donde podréis disfrutar de una ducha que os dejará muertos, Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960). El matrimonio Fox, interpretado por Kate Beckindsale y Luke Wilson, no dudaría en recomendar un motel con un buen servicio de ocio cinematográfico, encabezado por películas Snuff rodadas en la misma estancia donde te hospedas. Con suerte, tú podrías acabar siendo uno de los protagonistas de la siguiente obra de los macabros dueños del motel, Habitación sin salida (Nimród Antal, 2007).

Para ir terminando esta pequeña guía de advertencias, os quería contar el ejemplo de Céline y Jesse (Julie Delpy y Ethan Hawke). Esta pareja de jóvenes se conocieron en un tren con destino a París, tras una charla, el tren llega a Viena, el destino de Jesse, quien invita a Céline a pasar el día con él. El amor surge entre ambos de la forma más inesperada. Lo mismo les pasa a Debora Kerr y Cary Grant en Tú y yo (Leo McCarey, 1957). Estos dos extraños se conocen en un crucero y surge el amor de manera inmediata, dando lugar a una gran historia de amor. Lo bueno de los romances es que pueden surgir en cualquier momento y lugar. Por lo tanto no dejéis de estar atentos este verano, ya que citando a Love Actually (Richard Curtis, 2003) “El amor, en realidad, está en todas partes”.

Que tengáis un buen verano.