De orillas del Shannon emerge majestuoso el Castillo del Rey Juan (1212), uno de los símbolos más emblemáticos que dotan a la ciudad de Limerick de la esencia medieval que aún hoy siguen desprendiendo los muros de sus construcciones.

Se trata de la tercera ciudad más poblada de la isla, capital del condado de Limerick, en la provincia de Munster, al oeste de la República de Irlanda. Los datos marcan su existencia al menos desde el año 812, con la colonización de los vikingos, aunque estudios sugieren la presencia de poblaciones anteriores a la citada fecha. Después, con la llegada de los normandos en el siglo XII, se rediseñó la ciudad y se añadieron edificios como el Castillo del Rey Juan y la Catedral de Santa María (1168).

Durante las guerras civiles del siglo XVII la ciudad desempeñó un papel crucial, siendo sitiada por Oliver Cromwell (1651) y dos veces por los guillermitas (1690 y 1691), para finalmente conseguir el Tratado de Limerick. Dicho tratado fue el que puso fin a las guerras entre jacobitas y guillermitas en 1691, cuya firma tuvo lugar en una piedra que hasta entonces había sido empleada por los habitantes de la ciudad para subir y bajar del caballo cada vez que entraban y salían de esta, habiendo sido elegida por estar situada en un lugar visible para ambos ejércitos desde ambas orillas del río. Desde entonces conocida como la Piedra del Tratado.

Limerick se enriqueció del mercado en el S. XVIII, pero la Gran Hambruna y el Acta de la Unión supusieron la gran depresión, de la que solo se recuperaría siglos más tarde. La apertura de líneas ferroviarias que la comunican con las ciudades de Cork, Dublín y Waterford, así como otras líneas secundarias, la convirtieron en un centro de comunicaciones a nivel regional.

Hoy no es la ciudad que hace décadas se conocía como stab city (ciudad de las puñaladas), debido a la ola de violencia protagonizada por dos familias rivales envueltas en actividades criminales, drogas y asesinatos (a navajazos, de ahí lo de stab). Hoy es una ciudad segura como cualquier otra, hermosa, con una gran oferta de actividades culturales (fue Capital Europea de la Cultura en 2014 y aspira a serlo en 2020) y montones de sitios en donde pasar el tiempo libre.

En el Hunt Museum (perteneciente a Gertrude y John Hunt) encontramos una colección de antigüedades y figuras de arte decorativo de Grecia, Roma y Egipto, materiales arqueológicos irlandeses del Neolítico, la Edad de Bronce y la Edad Media, y elementos del cristianismo de los siglos XVIII y XIX, así como obras de Picasso, Renoir, Yeats, Robert Fagan y Henry Moore.

La Limerick City Gallery of Art es una de las principales galerías de arte contemporáneo en Irlanda y posee una colección de arte irlandés que llega a las 831 piezas fechadas entre los siglos XVIII y XXI.

La Universidad y el Centro Tecnológico son los centros de estudios superiores, que albergan gran cantidad de estudiantes, también procedentes de otros países. Situada en un entorno insuperable, la Universidad es atravesada de nuevo por el Shannon, que deja a su paso un aura de niebla y un montón de patos. En las inmediaciones, ruinas de antiguas fortalezas medievales que caracterizan el paisaje irlandés y las pintorescas casas de los pescadores. Además de un curioso "pueblo" que alberga las residencias de los estudiantes.

Los domingos se puede acudir al mercado de la ciudad, el Milk Market, un atractivo mercado en el que se puede hallar todo tipo de productos locales frescos y naturales. Un lugar de compras y de encuentros con amigos.

Como no podía faltar en Irlanda, los pubs en los que deleitar la auténtica Guinness son muchos y muy variados. Nancy Blake´s, Costello´s Tavern, Mickey Martins, The Library, Smyths Bar, The Blind Pig y un largo etcétera. Pero para los más sensibles, en The White House todos los miércoles recitales de poesía en los que uno mismo puede ser el espontáneo del día. Grandes sitios para escuchar música en directo: Dolan´s, Black Swan, The Old Quarter. Mis preferidos, cerca del río: The Locke Bar y The Curragower.

En los alrededores se encuentran cantidad de parajes que merece mucho la pena visitar, como la pintoresca ciudad de Ennis, el Castillo de Bunratty (construido en 1425, donde puedes disfrutar de una auténtica velada medieval con banquete y baile), Adare (pueblecito característico por sus construcciones tradicionales) o Lough Gur (lugar misterioso rico en elementos arqueológicos procedentes de la Edad de Piedra).

Además, Limerick resulta bien conocido por ser el lugar en el que transcurre la obra de Frank McCourt, Angela´s Ashes (Premio Pulitzer), en el que relata su infancia en las duras condiciones en que se vivía en Irlanda en aquel momento (años 30 y 40): enfermedades, pobreza, muerte, falta de higiene, desempleo y alcoholismo del padre que les lleva a sobrevivir casi exclusivamente de la caridad, hasta que Frank logra un empleo y alcanza su sueño de marcharse a América. Pese a la crudeza de su contenido, la inocencia y el sentido del humor con el que está escrito lo convierten en una obra insuperable.

Otros famosos oriundos de la localidad son los cuatro componentes del grupo de pop-rock The Cranberries y la escritora de best-sellers Marian Keyes. Tan recomendables como el anterior.

Para terminar, he querido hacer referencia a una curiosidad relacionada con la ciudad que nos ocupa. Se trata del "limerick", conocido como una forma poética muy extendida en el mundo anglosajón, formada por cinco versos de tipo anapéstico con un esquema de rima AABBA, en el que por lo general los versos tercero y cuarto son más cortos que los restantes y el verso final es una especie de conclusión, variante del primer verso, que termina en la misma palabra. Generalmente, tiene una intención humorística y a menudo obscena. Es común adjuntar una ilustración al poema ad hoc.

El uso de esta estrofa se sitúa frecuentemente en Inglaterra, en el siglo XVIII, y se populariza con el libro Book of Nonsense del escritor y poeta Edward Lear.

Para el nombre, se toma como referencia a la ciudad o el condado de Limerick, a veces vinculado a los llamados Maigue Poets irlandeses, y puede estar derivada de una forma anterior de jocoserías en verso, propias de juegos de sociedad, que tradicionalmente incluían un estribillo con la frase: Will (won´t) you come (up) to Limerick [¿Vendrás (no) a Limerick?].

El primer uso conocido del término limerick para este tipo de poema es una referencia de 1880, en un periódico de Saint John (Nuevo Brunswick), con un latiguillo que parece que ya era común:

Había un joven rústico llamado Mallory,
que obtenía un muy pequeño salario.
Cuando fue al teatro,
su bolsa le hizo ocupar
un asiento en la galería superior.
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