José Luis Gil en televisión (Aquí no hay quien viva y la inacabable y exitosa La que se avecina); José Luis Gil en el teatro (con Si la cosa funciona, de Woody Allen); José Luis Gil en la publicidad; José Luis Gil monologuista; José Luis Gil en el cine y hasta en los videojuegos -al hijo de Rajoy no le hemos consultado para la entrevista-. El pasado mes de diciembre decidió darle (otra) vuelta a su carrera para formar parte también de la familia del Gran Circo Alaska, donde participó en su gira en un par de números de cómicos.

"No es que me guste hacer de todo, pero sí es verdad que todo lo que me provoca curiosidad me gusta vivirlo por dentro", explica el veterano actor tras las primeras funciones en Valencia. "Encorsetarse en la profesión de actor, salir al escenario, en una serie de televisión o en el cine está muy bien. De hecho, la mayoría de la gente lo hace. Pero luego hay experiencias nuevas que son muy enriquecedoras".

Lo del circo tiene poco que ver con recuerdos de infancia o siquiera por apego a ese mundo medio raro, buscavidas. De hecho, comenta, no le acababa de atraer. "Desde niño siempre he tenido una idea del circo que no me gustaba. Los circos que llegaban cerca de mi casa no eran muy atractivos, pero esta experiencia me ha devuelto a cuando tenía 12 años y empecé a hacer teatro en la calle: entremeses de Cervantes, pasos de Lope de Rueda... Con esto he vuelto a saber por qué estoy aquí, por qué quería ser actor. Ha sido un reencuentro con mis orígenes y algún día podré decir que, además de todo mi trabajo, he podido ser artista de circo y me lo he pasado estupendamente bien. A alguien le parecerá una tontería; a mí, no. ¡Viva el circo!".

Se podría pensar que sus apariciones están pensadas por si la fiesta decae (que no pasa), de bisagra entre chistes bienintencionados para pinchar algún bostezo. Pero la sucesión de números casi deja sin aire: funambulistas, trapecistas, equilibristas, un autobot de Transformers, juegos de luz, malabaristas y una jovencísima contorsionista de 12 años capaz de plegarse como un diario con los sudokus hechos. ¿Y la estrella invitada, José Luis, qué hace? Hace lo que le toca.

"Tirarme por un trapecio... no iba a aguantar más de una función. Mi virtuosismo con los malabares tampoco es muy destacable... así que lo que yo quería era estar en un cartel, pero también quería salir a la pista y colaborar con los payasos. Lo primero que tenía que conseguir era no cargarme el número, sino que siguiera funcionando igual de bien conmigo".