“Cuando le dije a mi madre que quería emprender, me preguntó si estaba loca. Tuvimos muchas discusiones en casa, pero ahora mi familia está contenta de verme feliz”, explicó Kristina Tsvetanova durante un evento de emprendimiento, FACE Prague - I have something to tell you, que tuvo lugar el pasado 3 de marzo en Praga.

Kristina es CEO y cofundadora de BLITAB, la startup que ha diseñado la primera tablet para invidentes. A día de hoy, esta empresa ha recibido diversos galardones, como el premio a la “Mejor Startup Social Europea” y la “Copa de Negocios Creativos”. Sin embargo, montarla no fue sencillo para sus fundadores. Según cuenta Tsvetanova “nadie creyó en mi idea de innovar en el área social en Bulgaria, especialmente en el área de las discapacidades. Al principio nadie me apoyó, ni el gobierno, ni los organismos públicos, ni siquiera mi familia creyó que esto pudiera ocurrir. Así que cogí a la gente adecuada y me marché de Sofía a Viena, donde establecimos la compañía”.

Un miedo demasiado frecuente entre los emprendedores

Esta historia no es nueva. Muchos emprendedores sufren experiencias similares cuando, al comienzo de su aventura, no reciben el apoyo esperado por parte de familiares y amigos.

De acuerdo a un estudio realizado por expertos participantes en el proyecto de la Comisión Europea FACE Entrepreneurship, uno de los miedos principales que azora a los nuevos emprendedores es el miedo social. A menudo, los fundadores de startups temen no contar con el apoyo de sus familiares y amigos que, en ocasiones, llegan a ridiculizar sus ideas. Además, estos potenciales emprendedores recelan de ser considerados unos fracasados si el proyecto no funciona y de que no se les ofrezcan nuevas oportunidades.

Según Marek Fodor, fundador de Atrápalo y de Kantox, una de las razones por las que esto ocurre es el desconocimiento. A pesar de contar con el apoyo familiar cuando decidió emprender, sus padres no entendieron en qué trabajaba hasta que lo pudieron ver por sí mismos. Marek reconoce también que la inversión de familiares y amigos en su primera startup le causó mucha presión, “son gente conocida a nivel personal y no inversores profesionales. Si Atrápalo hubiera fracasado y no hubiéramos sido capaces de devolverles el dinero, lo habría llevado fatal.”

¿Cómo combatir estos miedos?

Mientras que un 12,8 por ciento de los adultos europeos tienen intención de montar su propio negocio en los próximos tres años, más de un tercio de ellos declaran que el miedo al fracaso podría prevenirles de hacerlo, convirtiendo a Europa en el continente con mayor miedo al fracaso, de acuerdo a un estudio anual realizado por “Global Entrepreneurship Monitor”.

Kristina Tsvetanova considera esencial que los emprendedores compartan sus experiencias tanto de fracaso como de éxito, para que a través de ellas otros potenciales emprendedores aprendan a lidiar con sus miedos.

Asimismo, Marek explica que estar bien informado y leer sobre las experiencias de otros emprendedores le sirvió para paliar sus miedos. “Algo que me ayudó mucho fue reducir lo desconocido. Hay varios libros estupendos de donde se pueden aprender muchas cosas, por lo que recomiendo a todos los emprendedores que lean mucho y se informen,” explica.

Tras varios años emprendiendo, Marek Fodor confiesa que aún hay noches en las que le cuesta dormir por las preocupaciones. “A veces me pregunto si he hecho las cosas de la mejor forma posible para que la compañía crezca, para que los inversores y el equipo estén satisfechos. Los miedos que tengo a día de hoy son diferentes, y todo el mundo vive con ciertos miedos”, admite este emprendedor eslovaco a la vez que concluye que “hay tantas cosas que desconoces cuando fundas una empresa por primera vez que es natural estar nervioso y algo asustado, pero lo que hay que hacer es controlarlo”.