¿Puede ser algo más gratificante que pasar una tarde con Mario Alonso Puig y que nos dé consejos sobre qué hacer para que nuestras vidas sean un poco mejor este 2020?

Cuando casi la mayoría ya hemos olvidado nuestros propósitos de Año Nuevo. Sí, los que intentamos cumplir la primera semana, quizás la segunda, pero no llegamos a la tercera… Ahora tenemos la posibilidad, a través de las recomendaciones de Mario, de rehacer nuestra lista y empezar de nuevo a «pensar en grande — como apunta él — y no dejarnos amilanar por el pasado, ya que este no determina nuestro futuro».

En nuestra conversación, tomamos como punto de partida este nuevo año que se presenta lleno de nuevas posibilidades, afirmando que serán «un año en el que habrá cambios vertiginosos, una mentalidad de cambio general, con nuevos desafíos y pruebas, donde las personas tienen que adaptar su mente para evolucionar». Y cita a Darwin, con la célebre frase de: «No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio».

Él cree realmente que «siempre es posible ir hacia una sociedad mejor. Esto empieza en uno mismo revirtiendo nuestro estado de ánimo». Para cambiarlo, comenta, «el primer paso es reconocerlo. ¿Cómo estoy? Y no pasa nada si el estado de ánimo cae, igual que se cae la red eléctrica» (risas). «Una vez reconocemos que nuestro ánimo está bajo, tenemos que buscar en primer lugar la inspiración, utilizar una buena estrategia y entrenarnos».

¿Cómo lo hacemos? «A través de tres elementos que se encuentran en nosotros: el cuerpo, la mente y el alma. El cuerpo, a través del descanso, la alimentación y el ejercicio; la mente, a través de la atención y el alma, con cordialidad, generosidad, empatía, proactividad y gratitud hacia todo lo que nos rodea».

¿Y si, por el contrario, hablamos de una persona que ya se encuentra en una depresión o enfermedad similar? «Hay veces que estas personas se pueden beneficiar con una medicación específica y durante un determinado tiempo. Sin embargo, lo que nunca podemos obviar en estas situaciones es la importancia que tienen el ejercicio físico, la nutrición, el sentirse acompañado y el tener un sentido trascendente de la vida».

Lo importante, como comenta Mario, «es encontrar en cada uno de nosotros ese ser invencible que todos llevamos dentro, eso no significa que no podamos tener momentos de caída, sino el ser capaz de navegar por las inclemencias de la vida sin hundirse ni dejarse llevar por el éxito, como es el caso de un junco, una planta que se puede doblar, aunque nunca se parte. Aquí entra el concepto de resiliencia, que es la capacidad que tiene cualquier persona de remontarse y superar cualquier circunstancia traumática».

Hablamos también con él de la importancia de algunas palabras, como «el entusiasmo, una cualidad necesaria para nuestra sociedad, en la que, ante un reto, el entusiasta, siempre ve un camino».

O la «capacidad creativa, donde la persona disfruta haciendo algo, en la que se siente partícipe de la creación, saliéndose de la lógica habitual. Sólo los que se atreven, rompen límites. Una palabra que va muy ligada al concepto de reinventarse, nos da el ejemplo del gusano que se convierte en mariposa», afirmando que: «Todos podemos ser nuestra mejor versión».

Antes de nuestra despedida, nos propone un decálogo para mejorar nuestra vida este 2020, en ámbitos generales:

  1. No dormir menos de 7 horas al día.
  2. Caminar deprisa durante 30 minutos al día, un mínimo de 5 días a la semana.
  3. Seguir una dieta mediterránea, comiendo menos de lo habitual.
  4. Aprender a gobernar el foco de atención.
  5. Que nuestras interpretaciones de la vida nos ayuden y no nos anulen.
  6. Que nada se nos interponga en el camino del amor. Este siempre es la mejor opción.
  7. Al despertarnos, pensar en 3 razones por las que le demos gracias a la vida.
  8. Tratar a todas las personas con respeto y cordialidad.
  9. Dar paseos por la naturaleza.
  10. No conformarse con el sufrimiento de otras personas, ¡haz algo para reducirlo!

Al final, nos despedimos de Mario con buen sabor de boca, reconociendo que realmente, como él apunta, «vivir es un asunto urgente».