Con una mejor calidad de vida y poder adquisitivo, miles de hombres y mujeres que trabajan en los Estados Unidos radican en la frontera mexicana, dada la paridad del peso mexicano frente al dólar estadounidense, que fluctúa entre los 14 y 15 pesos.

Diariamente, residentes y ciudadanos estadounidenses que radican en Ciudad Juárez hacen filas de hasta cinco kilómetros de largo y con espera de más de dos horas y media, con la finalidad de cruzar por los puentes internacionales, para trabajar en El Paso, Texas, y lugares circunvecinos.

Esta práctica se ha hecho común, a pesar de las exhaustivas revisiones por parte de agentes de Migración de los Estados Unidos en las garitas ubicadas en los cruces internacionales, con el apoyo de la Guardia Nacional.

Los trabajadores transfronterizos americanos tienen ingresos superiores a los 300 dólares semanales, realizando labores como afanadores en tiendas de autoservicio o departamentales, así como cocineros, lava-trastes o personal de mantenimiento en hoteles, moteles, cafeterías y lavanderías. También desarrollando trabajos como obreros en empresas maquiladoras, lavaderos de carros, así como desempeñando algunos oficios como peluqueros, mecánicos, carpinteros, albañiles, electricistas, jardineros, pintores y despachadores en estaciones de servicio en donde expenden gasolina y diésel, entre otros.

En Ciudad Juárez, estas personas viven en casas de fraccionamientos privados, rentan departamentos amueblados, tienen vehículos de reciente modelo, programan sus vacaciones anualmente, tienen recursos económicos para invertir o ahorrar en cuentas bancarias y envían a sus hijos a estudiar en colegios públicos y privados de Estados Unidos.

Generan una derrama económica significativa, pues además de adquirir bienes del lado mexicano, son quienes con frecuencia solicitan los servicios profesionales de optometristas, dentistas, cultoras de belleza, restauradores y pintores de carrocerías automotrices, entre otros.

Cabe hacer mención que los salarios mínimos percibidos por los residentes y ciudadanos americanos al trabajar en El Paso, Texas, superan los 4.000 pesos semanales. En tanto, los mexicanos que laboran ese mismo lapso de tiempo en empresas maquiladoras, perciben salarios que no superan los 750 pesos.

Las condiciones de vida de los residentes fronterizos, tanto juarenses como connacionales provenientes de diversas regiones de la República Mexicana, que laboran en empresas maquiladoras como obreros, viven en pequeñas viviendas construidas en terrenos con una superficie no mayor a los 100 metros cuadrados.