Llega el cambio de estación, se terminan los días calurosos, bajan las temperaturas y comienzan las lluvias y el frío. Todo esto trae cambios en nuestra alimentación y no sólo porque apetezcan platos más contundentes y calóricos si no porque nuestros huertos también cambian.

Podemos observar estos cambios en las fruterías y tiendas de alimentación donde los productos van variando con cada estación, y aunque podemos encontrar casi de todo durante todo el año siempre es recomendable consumir productos de temporada. Poder tomar fresas o melón en enero es un privilegio que sale muy caro económica y medioambientalmente.

Comer alimentos de temporada es bueno para la salud, ayuda a ahorrar y sirve para reducir las emisiones de dióxido de carbono y fomentar el comercio local. Los productos fuera de temporada suelen ser importados o conservados en cámaras por largo tiempo con todo el gasto energético que conlleva. La sostenibilidad también está en la alimentación.

¿Cómo saber qué alientos son de temporada?

Podemos hacerlo simplemente fijándonos en los productos que más abundan, preguntando en nuestra tienda habitual o buscando listados en la web. Aquí hablaremos de los que ahora vienen, los alimentos de otoño e invierno y como cocinarlos.

El otoño nos proporciona productos llenos de vitaminas y minerales que permiten adaptarnos a la bajada de las temperaturas y a una menor exposición solar. Necesitamos una mayor aportación de Vitamina C para aumentar nuestras defensas y combatir más eficazmente gripes y resfriados, y Betacarotenos para el cuidado de la piel.

Castañas, setas, calabazas... Son algunos de los productos estrella, económicos, fáciles de encontrar y además están riquísimos. Con ellos podemos preparar guisos y cremas que harán que nuestra mesa sea una delicia. Asimismo, los cítricos están en su mayor esplendor, con las naranjas como reinas de la vitamina C, pero también los kiwis, chirimoyas, granadas y caquis.

Las verduras de invierno se consolidan y nos piden una cocina más lenta y nutritiva que nos proporcione calor interno, ahora que el frío nos invita a pasar más tiempo en casa y podemos dedicar más tiempo a los fogones. Coliflor, brócoli, repollo y nabo, son algunos de los productos que ahora invaden los mercados, y nos invitan a preparar platos más calóricos y de cuchara. Platos muy reconfortantes y cargados de vitaminas.

Pero no sólo existe la temporalidad en frutas y verduras, también es importante consumir pescado de temporada. El bacalao es el rey del pescado en estas fechas, pero también el besugo, la caballa o la lubina salvaje.

¡Consume productos de temporada! Por eso, te dejo una receta que te puede gustar.

Crema de calabaza al toque de naranja

1 Trozo de calabaza.
1 zanahoria.
½ puerro.
1 patata.
½ cebolla.
1 naranja (zumo y ralladura).
Aove.
Sal.
Pimienta.
Semillas.
Zaatar o especias al gusto.
Caldo de verduras o agua.

Pelamos y troceamos las verduras, reservando unos daditos de calabaza para decorar, las rehogamos en una cazuela con un hilo de aceite. La cubrimos con caldo y las dejamos cocinar, rectificamos de sal y pimienta y trituramos.

En una sartén salteamos los dados de calabaza con el zumo de media naranja y las especias. Servimos la crema decorada con los dados de calabaza, semillas, ralladura de naranja y un hilo de aove.