«La protección de las empresas agrícolas es un recurso estratégico para el sistema del país», dijo textualmente el presidente de Confagricoltura Massimiliano Giansanti en Conferencia de Prensa realizada en la Asociación de Prensa Extranjera en Roma.

«Vivimos un año difícil todavía sacudidos por los efectos de la guerra, se evidencia en el vaivén de los precios de la cesta de la compra. Detrás de los números, sin embargo, hay un diseño más amplio de la geopolítica de los alimentos», y en este sentido «hay que volver a hablar del manejo de los temas agrícolas en la OMC (Organización Mundial del Comercio): la democracia está fuertemente ligada a la agricultura», subrayó.

Por ello «es necesario reflexionar sobre los modelos nutricionales del futuro para salvaguardar la salud y la economía». Recordó, asimismo, que Italia «es un país grande y la agricultura es un motor de la economía italiana. Hoy necesitamos un plan plurianual para poder contar con certezas y dar seguridad alimentaria a nuestros ciudadanos».

Confagricoltura es la organización italiana más antigua para la protección y representación de las empresas agrícolas y del sector primario, en beneficio de la comunidad, la economía, el medio ambiente y el territorio. Favorece el acceso a la innovación empresarial, la sostenibilidad de las prácticas agrícolas y la competencia de las empresas en los mercados nacionales e internacionales.

Con este objetivo, se compromete a salvaguardar los ingresos de los agricultores en diversos aspectos: para la evolución de la legislación sectorial y para la simplificación; para la superación de brechas estructurales y obstáculos a la competitividad; para el libre acceso a los mercados; para la reorganización del sistema productivo con miras a agregaciones y redes; para el crecimiento de las cadenas de suministro intersectoriales y, finalmente, para la protección del Made in Italy.

En la base de la acción sindical está el sistema de valores -definido en el Código de Ética de Confagricoltura- que deben adoptar y respetar las empresas asociadas, porque indican la identidad asociativa de la Confederación. El valor añadido de Confagricoltura es su red profesional ramificada, comprometida con una estrategia compartida para proporcionar a las empresas asociadas protección, información del sector y servicios de calidad e innovadores.

Las consecuencias del cambio climático (fuertes lluvias, inundaciones, sequías) han dejado trágicas consecuencias en el centro y norte de Italia. Según Giansanti, «el momento dramático que están atravesando los territorios de Emilia-Romaña es una prioridad para todo el país; es un territorio con una vocación agroalimentaria muy fuerte, el segundo rubro de exportación regional después de la mecánica: una riqueza que corre el riesgo de verse parcialmente comprometida por una catástrofe que ha alterado la morfología del suelo desde las primeras horas, arrasando más del 30% de la agricultura superficial y causando daños por varios miles de millones, como certificó recientemente el Banco Central de Italia».

A su juicio «esta situación atenta contra la estabilidad del tejido económico local, de la actividad de los empresarios, en uno de los principales polos hortofrutícolas del país». Por ello, «el cambio climático debe abordarse con nuevos modelos agrícolas que puedan reducir las emisiones y operar en sinergia con las transiciones digital y ecológica».

En este sentido, añadió, «Confagricoltura presentó una denuncia ante la Comisión Europea contra la ley irlandesa que exige que todas las bebidas alcohólicas lleven en la etiqueta advertencias sanitarias relativas al riesgo para la salud asociado al consumo de bebidas alcohólicas, porque no es compatible con las normas de la Unión sobre la libre circulación de mercancías. Creemos que es necesario promover la calidad y luchar contra el abuso, fomentando un estilo de vida saludable. El vino, como otros alimentos, debe consumirse con moderación, pero sin demonizarse».

En Confagricoltura el componente femenino no solo está presente, sino que también es muy activo, como lo demuestran las palabras de Annamaria Barrile, directora general de la Confederación quien subraya la necesidad de no «bajar la guardia» en el sector, en materia de inclusión: «La agricultura es un sector particular, con un tipo de trabajo fuertemente influenciado por factores culturales. El trabajo agrícola es considerado culturalmente poco atractivo y asociado al género masculino, lo que dificulta el acceso al crédito para las mujeres. Un prejuicio cultural que agrava aún más la situación, sobre todo teniendo en cuenta que las mujeres son las más afectadas por la falta de servicios en las zonas rurales. Por tanto, es fundamental imaginar un sistema de infraestructuras inclusivo que sitúe al sector agroalimentario en el centro».

Naturaleza y mujer: unidas en la resiliencia

En una conferencia celebrada recientemente en Roma, «Mujeres unidas por el agua», la presidenta de Confagricoltura Mujer, Alessandra Oddi Baglioni, subrayó la voluntad de las asociaciones de mujeres de cuatro sectores agrícolas clave: vino, aceite, frutas, verduras y arroz, «para unirse y abordar en conjunto el problema del cambio climático, ya que las sequías y las inundaciones son dos caras de la misma moneda».

Hay 256.815 empresas propiedad de mujeres activas en la agricultura. De estas, según revela el análisis del Centro de Estudios Confagricoltura, muestran un dinamismo particular las que se dedican a sociedades anónimas y societarias, que representan el 28,2% del total. En particular en el tramo de edad 18/29 alcanza el 33,76 % que demuestra la conciencia adquirida sobre la importancia de construir redes para las mujeres.

Hace diez años, en este rubro, las mujeres eran menos de la mitad, representando el 14% del total. El 31,5% de la administración de empresas agrícolas está en manos de mujeres, el porcentaje más alto (40%) de mujeres empresarias agrícolas se encuentra en Molise (centro sur de Italia). El año 2000 representaban el 25,8% del total.

En el encuentro «Mujeres Unidas por el Agua», la Presidenta Oddi Baglioni pidió a las instituciones «escuchar nuestras propuestas en los lugares donde se planificarán las soluciones; además de las medidas de emergencia y los planes de intervención a largo plazo, es necesario apuntar a fomentar la innovación, combinando soluciones que la propia naturaleza nos puede dar, como la captación de agua de los eventos atmosféricos porque la naturaleza, al igual que el universo femenino, siempre ha sido resiliente», subrayó.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), las mujeres controlan la producción agrícola mundial. No solo eso, siempre son las mujeres las que contribuyen significativamente a la seguridad alimentaria, la gestión de la tierra y los recursos naturales. Sin embargo, continúan teniendo menos acceso al crédito, los mercados y los roles de toma de decisiones.

En la agricultura italiana, según los últimos datos del Censis (Centro para los estudios de inversión social), las mujeres al frente de las explotaciones cultivan el 21% de la SAU (Área Agrícola Utilizada), pero producen el 28% del PIB (Producto Interno bruto) agrícola.

Confagricoltura también y tiene oficinas en Bruselas, mientras que la sede nacional está en Roma, en el histórico Palazzo della Valle, en el corazón de esta capital.