El Púgil y la Victoria Alada, componen la instalación arqueológica en el Capitolium de Brescia-Brixia, Patrimonio Mundial de la Humanidad, que ostenta su capitalidad cultural de 2023 en la ciudad lombarda, gracias al Museo Nacional Romano y a la Fundación Brescia Museos.

Se trata de un encuentro entre los dos bronces de época helenística y romana, en su primer careo en Brescia, con motivo de la gran ocasión, a través de la significativa instalación artística para el Capitolium, la sede elegida por el comisario, el arquitecto español Juan Navarro Baldeweg, que así la presenta: «La instalación ayuda la interpretación de un diálogo indirecto y circunspecto entre el Púgil y la Divinidad que preside la sala. Se insinúa una narración visual, espacial, en la que la invocación del púgil ruega protección, se canaliza a través del reflejo espejado de la Victoria Alada en un panel de vidrio oportunamente colocado en un lado de la sala. La posición del Púgil, aunque dirigida hacia la Victoria Alada, conduce a través de la dirección del rostro a la imagen reflejada. Esta desviación nos lleva a una valoración internacional: el orden superior de la divinidad y un deseo particular del combatiente que aspira a la victoria, cuya base permanecerá para el futuro como recuerdo de este año de capitalidad bresciana». Un diálogo entre dos mundos distantes en el tiempo y «sugerido con discreción y respeto» apunta Navarro «la lejanía que ha separado el Púgil y la Victoria en la antigüedad se reduce ahora en el aula del Capitolium». Una escenificación tanto visual como conceptual centrada en los valores universales que las dos obras representan para el hombre contemporáneo aún en nuestros días.

Por su lado Stéphane Verger, director del Museo Nacional Romano, que ha cedido El descanso del púgil, del Palacio Massimo, afirma: «Este préstamo prestigioso, junto con el Ala de la Victoria, procedente también de nuestras colecciones, permite al Museo no solo participar en el gran evento cultural de este año, sino también renovar el estudio y la restauración de ésta y otras obras maestras, como la estatua de bronce del Togado, sacada a la luz debajo del puente Sixto de Roma. El auspicio es que esta sea la primera de muchas futuras colaboraciones con la Fundación Brescia Museos». Durante toda la apertura de la exposición, en la sala de la Edad Romana de Santa Julia queda expuesta la citada y exquisita ala de bronce sumergida en el cauce del río Tíber hasta 1891, en correspondencia al puente Sixto.

Ante las dos piezas maestras del arte universal: el Púgil interpreta plenamente la tensión hacia el éxito deportivo mientras la Victoria Alada evoca el valor de la victoria en el campo de batalla a la que el arte romano dio una forma propia de larga fortuna en los siglos. Las dos obras contienen unas cronologías diferentes (siglos IV-I a.C., el Púgil; mediados del siglo I, la Victoria Alada) y conllevan historias diferentes en la primera parte de sendas vidas: el atleta ciertamente expuesto en un espacio público (quizás en Grecia) y objeto de admiración como indican las superficies desgastadas por las caricias de los admiradores, la Victoria Alada probablemente exhibida en el templo de Brixia como exvoto donado a la ciudad por el emperador Vespasiano, agradecido por la ayuda recibida.

Ambas fueron descubiertas en el curso de las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en el siglo XIX y desde entonces, considerados objetos de atención y esmerados cuidados, llegaron a formar parte de las colecciones museales públicas. El tema abstracto que enlaza estos dos extraordinarios bronces es el del éxito, del resultado positivo, de la victoria. Para el púgil es el veredicto del árbitro al final de la lucha en el que se ha defendido valientemente sin exclusión de golpes, como indican las heridas y los hematomas claramente visibles en el bronce con una altísima habilidad técnica; para la Victoria Alada es la designación del vencedor en la batalla y el restablecimiento de la paz, el final del conflicto. Es decir, el primero espera las palabras del juez, hacia el que dirige su mirada exhausta, la segunda rinde homenaje al vencedor militar, con su nombre grabado en el escudo, presumiblemente sostenido al principio en sus manos. Esta estatua constituye uno de los bronces de la más alta calidad conservados hasta nuestros días, de autor anónimo, fue hallado en 1885 en la ladera de la colina del Quirinal, en Roma, oculto entre los muros de la fundación de un templo. La crítica no ha resultado unánime para la fecha a la que se remonta esta obra de arte, que oscila entre los siglos IV y I a.C.

En relación a la realización de la Victoria Alada -por lo que sabemos hasta ahora- pertenece a después de mediados del siglo I a un taller de alto nivel, que supo crear un modelo estatuario nuevo y original. La presencia de esta estatua hace suponer que pueda tratarse de un regalo de la casa imperial a Brixia por la ayuda otorgada en un acontecimiento militar, quizás los enfrentamientos del año 69 registrados entre Brixia y Cremona entre los ejércitos de Vespasiano, Otón y Vitelio. Brescia apoyó al primero que salió ganador; el nombre de Vespasiano se recuerda en el frontón del Capitolium donde no se excluye que la estatua estuviera colocada.

Desde hace 40 años, Brescia se está volcando en rescatar su gran pasado romano, representado por el citado sitio arqueológico, junto con la más bella estatua de bronce de la antigüedad, sin olvidar otras exposiciones actualmente abiertas, montadas en las sedes museales de Brescia Musei: «Plessi se casa con Brixia», «David LaChapelle por Giacomo Ceruti», «Nomad in a beautiful land», «Davide Rivalta», «Sueños de Gloria», «Luigi Basiletti y la antigüedad», «Los nudos de los jardines del paraíso», «Visiones para un futuro presente» y «Ciudad, ambiente. Comunidad».

Constituyen las sedes museales de la ciudad lombarda: además de la de Santa Julia, Brixia Parque Arqueológico de Brescia Romana, Pinacoteca Tosio Martinengo. Museo de las Armas Luigi Marzoli, así como el Museo del Resurgimiento ‘Leonessa d’Italia’.

Todos los eventos celebrativos quedan a la altura de su capitalidad de la Cultura 2023 de Brescia junto con la otra histórica ciudad de Bérgamo.